Celia Sánchez Manduley: se equivoca la muerte...
"Se equivoca la muerte, Celia/ si cree acabar con tanta vida/ y se equivoca la vida/ si cree que te vence con la muerte"[1]. Nunca será fácil referirse a Celia y menos aún pretender describir su esencia en breves líneas, pero decir su nombre es aunar los valores más puros y sinceros; es decir modestia, fidelidad, amor a la Revolución y a su pueblo. Honda consternación y tristeza devino el 11 de enero de 1980, día en que el pueblo cubano sufrió su pérdida irreparable .