18
de
julio de 2008
Diez años de injusticia (I)
El
comienzo
El 12
de septiembre de 1998 fueron detenidas en la ciudad
estadounidense de Miami diez personas por “trabajar para un
gobierno extranjero”. El hecho fue publicitado por la prensa
con el nombre de la Red Avispa
DEISY FRANCIS MEXIDOR
"Lo
primero que me llamó la atención, y así lo denunciamos en
Naciones Unidas, fue que resultaba asombroso que el país más
espiador del mundo acusase de espionaje al país más espiado
del mundo".
Fidel 20 de octubre de 1998 Entrevista
concedida a la CNN
Todo empezó el 12 de septiembre de 1998,
sobre las 5:30 a.m. En casa. Allí los detuvieron y los
llevaron al Headquarter del FBI en Miami, "para una
entrevista de ‘convencimiento’ a que colaboráramos y
traicionáramos, con ciertas promesas a cambio". Ramón
Labañino Salazar le narra lo sucedido de esa manera a su
esposa Elizabeth 17 meses después del arresto, cuando pudo
escribir la primera carta.*
Se
han convertido en bandera de lucha de la solidaridad
internacional.
Entonces le confirmó que como era obvio,
nada tenía que decir y que después de varios intentos
fallidos "sin más que lograr, nos llevaron en auto al FDC
(Federal Detention Center) en Miami, en el corazón mismo del
Downtown Miami, donde hemos estado todo este tiempo".
"Desde que entramos —dijo—, fuimos llevados
directamente al piso 13, donde estuvimos 18 días. Es una
celda solitaria, con cama litera de hierro toda, con
colchón, meseta de concreto, inodoro de barro, una silla
metálica, y solo una colcha para dormir. Los tres primeros
días, desde el sábado 12 de septiembre del ’98, hasta el
lunes 14, que fuimos por primera vez a lavarnos la boca, no
aseo, ni baño, ni peine...
, nada de nada. Así es que bajamos por primera vez al show
federal".
Esa primera cita en el tribunal fue para
declarar que no tenían dinero "y que por tanto se nos
asignaría un abogado de la Corte. Allí, aquella vez,
estuvimos presentes los diez".
Durante el operativo policial fueron
detenidas diez personas. En ese momento el FBI las
identificó como René González, Alejandro Alonso, Antonio
Guerrero, Luis Medina, Rubén Campa, Manuel Viramontes, Nilo
Hernández y su esposa Linda, y Joseph Santos y su esposa
Amarilys Silverio. Fueron sometidos a brutales presiones. La
verdadera identidad de tres de ellos no la habían podido
determinar.
LA PRENSA DE MIAMI: ¡VAYA PAPEL!
Un diluvio de propaganda mal intencionada y
fraudulenta que creó el ambiente propicio para condenarlos
posteriormente, rodeó los hechos. Fueron presentados como
una red tenebrosa y llena de complejos aparatos
tecnológicos. La prensa de Miami resultó ser la encargada de
desatar esa campaña. El martes 15 de septiembre esta se hizo
eco del suceso en términos acusatorios al decir que todos
estarían implicados por "trabajar como agentes del Gobierno
de Cuba y de tener como objetivo la obtención de informes
sobre instalaciones militares y grupos exiliados del sur de
la Florida".
Y se expresó más adelante con total cinismo,
que este "podría ser un indicio de la decisión
norteamericana de ser más severos con los agentes de La
Habana que se pueden infiltrar con facilidad en los grupos
de exiliados de Miami, con el fin de provocar incidentes".
Un argumento insólito.
Cuba jamás ha ocasionado daños a Estados
Unidos. Es desde territorio estadounidense que los grupos
terroristas, que con total impunidad proliferan en el sur de
Florida, han enlutado a miles de familias de la Isla por sus
acciones criminales.
No resulta extraño tampoco que entre los
titulares de los periódicos estuviese el siguiente:
"Arrestos no fueron sorpresa para los exiliados". Es cierto,
porque, en Washington, el congresista cubano americano
Lincoln Díaz Balart enseguida declaró que no le causaba
asombro la noticia ya que Héctor Pesquera, entonces director
de la Oficina del FBI en Miami lo había llamado de
inmediato, pero dijo más: aseguró estar debidamente
informado, incluso antes de que los hechos fuesen
publicados.
Lo que evidencia los nexos de la
ultraderecha cubano americana y la participación del FBI en
esa ciudad del sur de Florida en el proceso que seguiría
después.
La causa se radica el 2 de octubre, al otro
día, aparece en las páginas de los diarios que "un Jurado
Federal de Instrucción de Miami encausó el viernes a diez
personas arrestadas el mes pasado, acusadas de espionaje
contra Estados Unidos y de haber servido de agentes ilegales
del gobierno comunista de Cuba.
"( ...
) los investigadores todavía no conocen las verdaderas
indentidades de tres de los acusados descritos en un nombre
muy propio de ellos (que utilizan para clasificar a los
individuos sin identificación), John Doe no. 1,
identificados inicialmente como Viramontes, John Doe no. 2,
identificado inicialmente como Medina, y Rubén Campa como
John Doe no. 3. Se ha ordenado que se mantengan los diez
detenidos sin derecho a fianza y pendientes de juicio".
Luego se publica como pan caliente un
informe completo —parcializado además—del agente del FBI
Raúl Fernández, a quien señalan como jefe del operativo, en
el cual concluye que "existe una causa probable de que estos
( ...) hayan violado el
Título 18 USC, Sección 794, que es conspiración para reunir
y entregar información de defensa para ayudar a un gobierno
extranjero".
La EFE, refirió en un despacho que "tres de
ellos, si son encontrados culpables, podrían enfrentar
cadena perpetua". ¡Tempranas especulaciones!
LO QUE LES HACÍA FALTA
El 13 de noviembre, también la EFE, puso
sobre el ruedo un despacho tendencioso en el que alegaban
que "las autoridades estadounidenses están investigando la
presunta relación de la red cubana de espías con el derribo
de dos avionetas de la organización del exilio Hermanos al
Rescate, ocurrida en 1996". Mientras ,The Miami Herald
anunciaba que "el ataque de dos cazas cubanos contra las
avionetas de la agrupación anticastrista provocó la muerte
de cuatro hombres y ha sido el foco de la investigación en
el caso de los espías".
Como era de esperar, fabricaron un vínculo
entre los detenidos y la acción realizada por el Gobierno de
Cuba en legítima defensa de su soberanía nacional. Con este
ingrediente toma sabor político la causa, más por aquellos
días en que se intentaba consumar un proceso a favor de
Hermanos al Rescate en un tribunal de Florida que permitiría
cobrar luego —en el año 2000— a los familiares de los
pilotos derribados un multimillonario resarcimiento con el
dinero que el Departamento del Tesoro tiene congelado en
bancos norteamericanos desde el triunfo de la Revolución, en
virtud del bloqueo.
El juez Superior de Distrito, Lawrence King,
alineado con la mafia terrorista miamense, desempeñó un
papel importante en esta trama al dictaminar que La Habana
debía compensar a esas familias con 187,6 millones de
dólares, "en concepto de indemnización compensatoria y daños
punitivos".
En una entrevista que ofreciera el
Comandante en Jefe Fidel Castro a la cadena televisiva CNN,
el 20 de octubre de 1998, cuando se le preguntó acerca de
este caso aseveró: "Sí, a veces hemos enviado ciudadanos
cubanos que se han infiltrado en organizaciones
contrarrevolucionarias, para informar de actividades
destructivas contra nuestra patria, y creo que tenemos
derecho a hacerlo mientras Estados Unidos tolere que desde
allí se organicen sabotajes, incursiones armadas,
ametrallamiento de instalaciones turísticas, introducción de
armas, explosivos, y, sobre todo, brutales atentados
terroristas".
PARÉNTESIS
El 20 de junio del 2001 se develó la
historia. Entonces la opinión pública nacional e
internacional conoció quiénes son Antonio Guerrero
Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo (Manuel Viramontes),
Fernando González Llort (Rubén Campa), Ramón Labañino
Salazar (Luis Medina) y René González Sehwerert, y el porqué
de su anónima lucha.
Antes, el 17 de junio, después de
imputárseles el veredicto de culpabilidad y en un mensaje al
pueblo estadounidense, confirman que "en nuestros días de
prisión hemos reflexionado sobre nuestra conducta en este
país y reafirmamos la más profunda convicción de que con
nuestra actitud y acciones no transgredimos ni pusimos en
peligro la seguridad del pueblo norteamericano y sí
contribuimos en alguna medida a descubrir planes y acciones
terroristas contra nuestro pueblo, evitando la muerte de
ciudadanos inocentes cubanos y norteamericanos".
Paradójicamente, entre el 16 y 17 de junio
de 1998 autoridades de la Seguridad del Estado cubano, en un
intercambio con el FBI, le entregan 230 páginas sobre las
actividades terroristas contra Cuba, cinco videocasetes con
conversaciones e informaciones transmitidas por las cadenas
de televisión referidas a actividades criminales contra la
Isla y ocho casetes de audio, ascendentes a dos horas y 40
minutos, sobre llamadas telefónicas de terroristas
centroamericanos que estaban detenidos con sus mentores en
el exterior. El FBI admite estar "impresionado" por la
abundancia de pruebas y responde que contestará en dos
semanas.
Sin embargo, el 12 de septiembre de 1998 lo
que intentaron fue "matar" a los posibles mensajeros.
*Elizabeth recibió la primera carta el 20 de
enero del 2001.
Fuentes consultadas: Mesas Redondas
Informativas "En las entrañas del monstruo", junio del 2001.
Libro El dulce abismo.
Testimonio de familiares de los Cinco.
Diez años de injusticia (II)
El “Chu”
Diez años de injusticia (III)
El
dilema de los 164
Diez años de injusticia (IV)
La farsa
Diez años de injusticia (V)
Bajo presión
Diez años de injusticia (VI)
Inocencia condenada
Diez años de injusticia (VII)
Quinteto de gigantes
Diez años de injusticia (VIII)
Casos, cosas y
diferencias
Diez años de injusticia (final)
Preguntas,
respuestas |