15
de
agosto de 2008
Diez años de injusticia
(III)
El dilema de los 164
El miedo de ser jurado en
Miami, donde la animosidad contra Cuba, las persecuciones y
presiones de todo tipo impidieron lograr un tribunal
imparcial contra los Cinco
DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu
"Este
proceso será mucho más interesante que cualquier programa de
televisión". Declara, docta y severa, la jueza Joan Lenard
al diario The Miami Herald, el 16 de marzo del 2000. No
estaba lejos de la verdad la magistrada. Las violaciones e
inconstitucionalidades presentes desde el mismo momento de
la detención de los Cinco antiterroristas cubanos así lo
demostraron.
Pero fue la etapa de selección del jurado
uno de los momentos más bochornosos de todo el tinglado
legal armado contra Antonio Guerrero, Ramón Labañino,
Fernando González, Gerardo Hernández y René González.
Dice
la VI Enmienda de la Constitución de Estados Unidos: "En
toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser
juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial del
distrito y estado en el que el delito se haya cometido,
distrito que deberá haber sido determinado previamente por
la ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y
causa de la acusación, de que se le caree con los testigos
que depongan en su contra, de que se obligue a comparecer a
los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda de
un abogado que le defienda"; sin embargo, la posibilidad de
lograr un jurado imparcial en la ciudad de Miami para
juzgarlos fue nula.
No causó asombro que desde el mismo
momento de los arrestos aquella madrugada de septiembre de
1998, se desatara una feroz campaña de prensa en contra de
los detenidos. René González, en una de las visitas que pudo
hacerle su hija mayor, Irma, le explicaba que los "medios
los habían sentenciado" a priori.
La misma Irma comentaba que era tanta la
animosidad contra ellos que, por ejemplo, en la puerta de la
casa donde residían en esa ciudad del sur de Florida les
colocaron "pegado a la puerta una hoz y un martillo".
Además, noticias como: "Son traidores,
deben darles el más severo castigo", aparecieron en El Nuevo
Herald, el 15 de septiembre de 1998.
ENTRETELONES
El 16 de agosto de 1999, el abogado de
Ramón Labañino, William Norris, solicitó de la Corte la
asignación de fondos para llevar a cabo una encuesta que
permitiera argumentar el cambio de sede del proceso. Unos
meses más tarde, entre el 5 y el 24 de enero del 2000, los
defensores entregaron otras mociones sobre el mismo tema.
Una de ellas la haría Norris a nombre de Ramón, contando ya
con los resultados del sondeo, la declaración de expertos y
una muestra de artículos de prensa. Todo apuntaba a que
Miami nunca sería el lugar para un juicio limpio.
El 20 de marzo del 2000 se elevó
nuevamente una moción a la Corte, esta vez fue una conjunta
de los Cinco acusados. La respuesta de la jueza Lenard se
recibió el 27 de julio al declarar sin lugar la petición,
rechazando así el cambio de jurisdicción y negando la
posibilidad de celebrar el proceso en otro distrito dentro
de Florida.
"Quiere esto decir que para la jueza,
aquella turba que quemaba banderas y neumáticos en las
calles, que dañaba automóviles, que alteraba el orden
público desafiando a la policía, que profería amenazas, que
portaba armas ilegalmente, que incumplió la orden de
devolución del niño Elián en franco desacato a la autoridad,
en un desesperado intento por mantenerlo secuestrado;
aquella turba que logró poner en jaque a la ciudad durante
varios meses, no tenía nada que ver con el juicio, no
influiría en los posibles jurados", apuntó el doctor Rodolfo
Dávalos en su libro Estados Unidos: Cinco Héroes un
juicio silenciado.
Unos meses después, hasta la propia
prensa no tuvo más remedio que reconocer: "Había miedo de
ser jurado".
SIN COMENTARIOS
Quedó demostrado en las audiencias para
la selección del jurado que las 164 personas seleccionadas
como candidatos, examinadas ante la Jueza, en el llamado
Voir Dire ("decir la verdad" en el proceso de preguntas
y repreguntas de las partes), ninguna de ellas admitió
públicamente tener una impresión favorable hacia Cuba. Los
tres aspirantes que ofrecieron opiniones con cierto aire de
equilibrio fueron vetados por la Fiscalía. Solo quedaron
quienes se manifestaron de forma homogénea en su sentimiento
de hostilidad hacia la nación antillana.
Tal es así que algunos de los candidatos
en sus respuestas acerca de la capacidad para apreciar las
declaraciones de los testigos cubanos que propondría la
defensa dijeron: "Para mí todos son mentirosos. Mienten por
cualquier cosa ... ";
"No le creería a testigos procedentes de Cuba ..."; "No le
creería a ningún agente proveniente de Cuba ...", mientras
los criterios de aquellos que quedaron son harto elocuentes:
"Creo que Castro es un dictador comunista y yo me opongo al
comunismo. Me gustaría que se fuera ..."; "Estoy fuertemente
opuesta al comunismo. La política de Estados Unidos hacia
Cuba es justa ...".
Pero, como ha planteado el doctor
Dávalos, "una especie de postigo que nos diera acceso a la
interioridad de aquellos hombres que se enfrentaban a la
eventualidad de tener que actuar como jurados en un caso de
supuestos ‘agentes’ cubanos, quedó abierto cuando algunos
tuvieron, al menos, el valor de expresar sus temores en las
ruedas de preguntas".
Entre las opiniones vertidas quedó claro
que "me sentiría un poco intimidado, y quizás un poco
temeroso por mi propia seguridad si no regreso con un
veredicto que esté en concordancia con lo que la comunidad
cubana siente como ellos deberían sentir el veredicto" ...
"Si deseas saber la verdad, yo sufriría un ataque de
nervios" ... "Creo que sí, tengo algún miedo por mi propia
seguridad, si no regreso con un veredicto en concordancia
con toda la comunidad cubana", confesaron unos.
Otros refirieron: "Estaría preocupado
ante la reacción que podría tener lugar", al tiempo que se
recalcaba "creo que muchas personas son de extrema derecha,
hay tantos fascistas por aquí ... ".
También a los 12 miembros, elegidos de
esos 164 posibles, se les hicieron interrogantes claramente
políticas como si estaban a favor o en contra del bloqueo
económico contra Cuba, incluso las intimidaciones llegaron
más lejos, pues se hicieron denuncias en que aseguraban de
que eran objeto de filmaciones a la salida de la Corte.
El 2 de diciembre del 2000, El Nuevo
Herald, en artículo titulado "Miedo a ser jurado en juicio
de espías" afirmaba: "El miedo a una reacción violenta por
parte del exilio cubano si un jurado decide absolver a cinco
hombres acusados de espiar para el régimen de la Isla, ha
llevado a muchos potenciales candidatos a pedir a la jueza
que los excuse del deber cívico".
Y no podía ser de otra manera en Miami.
Con la selección del jurado se consumó un acto
inconstitucional. A fin de cuentas, como sentenciara el
doctor Julio Fernández Bulté, "el juicio seguido contra los
Cinco es una de esas causas extraordinarias en que está en
juego, de modo particular, la credibilidad en la supuesta
lucha antiterrorista que ha proclamado Estados Unidos y los
fundamentos mismos de la legalidad norteamericana".
DEL LÉXICO JURÍDICO
En el léxico jurídico la palabra causa
tiene varias acepciones. Una de ellas es: proceso o
expediente judicial, radicado por el órgano penal
competente, para juzgar a determinadas personas
presuntamente sospechosas o acusadas de haber cometido una
infracción penal prevista en la ley.
De acuerdo con esta acepción, la causa o
proceso en el cual han sido juzgados los Cinco es un
expediente judicial radicado como: Case No.98-721-CR-Lenard;
United State District Court, Southern District of Florida,
Miami Division; lo que equivale a decir que se trata del
caso no. 721 del año 1998, turnado a la jueza Joan Lenard,
de la Corte Federal del Distrito Sur de la Florida, división
Miami, de Estados Unidos.
Diez
años de injusticia (I)
El comienzo
Diez años de injusticia (II)
El “Chu”
Diez años de injusticia (IV)
La farsa
Diez años de injusticia (V)
Bajo presión
Diez años de injusticia (VI)
Inocencia condenada
Diez años de injusticia (VII)
Quinteto de gigantes
Diez años de injusticia (VIII)
Casos, cosas y
diferencias
Diez años de injusticia (final)
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