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Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (XII) Nunca rendiremos
cuentas de nuestra soberanía
RUBÉN G. JIMÉNEZ GÓMEZ (*)
El 29 de septiembre de 1962 fue publicada una declaración con la
respuesta dada por el Consejo de Ministros del Gobierno
Revolucionario a la Resolución Conjunta del Congreso estadounidense;
en esta se planteaba que Cuba jamás utilizaría sus medios legítimos
de defensa con fines agresivos que pusieran en peligro la seguridad
de los Estados Unidos; además, también se señalaba, entre otras
cosas, las siguientes:
El
avión espía U-2. Uno fue derribado en la Unión Soviética en 1960, y
el otro en Cuba, en 1962.
· ¿Quién practica la subversión y quién es víctima de ella?
¿Estados Unidos, que organizó la invasión de abril de 1961?
¿Guatemala, donde se entrenaron los mercenarios? ¿Nicaragua, de
donde partieron? ¿O Cuba, donde desembarcaron?
· Es igualmente absurda la amenaza de lanzar un ataque armado
directo, si Cuba se fortaleciera militarmente hasta un grado que
Estados Unidos se toma la libertad de determinar.
· No tenemos la menor intención de rendir cuentas o de consultar
acerca de las armas que estimamos conveniente adquirir y sobre las
medidas a tomar para defender el país, como no consultamos ni
solicitamos autorización acerca del tipo de armas y de las medidas
que tomamos cuando destruimos a los invasores de Playa Girón.
· ¿No nos asisten acaso los derechos que las normas, las leyes y
principios internacionales reconocen a todo Estado soberano de
cualquier parte del mundo?
· Nosotros no hemos adjudicado ni pensamos adjudicar a favor del
Congreso de Estados Unidos ninguna prerrogativa soberana.
· Si el Gobierno de Estados Unidos no albergara intenciones
agresivas contra nuestra Patria, no le interesaría la cantidad,
calidad o clase de nuestras armas .(1)
A fines de septiembre, el regimiento aéreo de caza tenía los
cuarenta aviones MIG-21 F13 ensamblados y comprobados en vuelo,
además de los seis MIG-15 UTI; tenía también debidamente preparados
y actualizados a los 57 pilotos que integraban el personal de vuelo,
por lo que el regimiento comenzó a cumplir el plan de preparación
combativa y a realizar la guardia.
En la noche del 30 de septiembre de 1962, la 69 Brigada de
Submarinos de la Flota del Norte se preparaba para una larga
travesía; cada una de las cuatro embarcaciones diesel que la
integraban estaba armada con 22 torpedos, uno de ellos con carga
nuclear. A los comandantes de las cuatro naves les fueron entregados
sobres sellados con las instrucciones y el punto de destino, los que
debían ser abiertos después que se hicieran a la mar. Esto sucedía
en el puerto de Gadzhievo, bahía de Sayda, ubicada en el Golfo de
Kola, región de Murmansk.
Los submarinos partieron durante la madrugada del 1ro. de
octubre, con intervalos de 30 minutos; se separaron de la base
flotante y comenzaron la travesía hacia los puntos de destino de sus
itinerarios. Se alejaron en medio de completa oscuridad, sin
conectar sus luces de navegación y observando un riguroso silencio
de radio. Se desplazaban silenciosamente con la ayuda de sus motores
eléctricos; los motores diesel solo fueron arrancados después de
salir de la bahía. Los sobres que contenían el itinerario de
despliegue de la brigada fueron abiertos al salir del golfo de Kola,
solo entonces los capitanes de las embarcaciones supieron que el
objetivo final de la travesía era el puerto del Mariel, no lejos de
La Habana, en la conocida Isla de la Libertad... a la que no
llegarían nunca en aquella travesía, aunque aún desconocieran esta
parte de la historia.
El gráfico de desplazamiento establecido era tenso, sin
posibilidades de realizar ningún tipo de maniobras durante el
trayecto, con tramos de control y una velocidad promedio de nueve
nudos, la que era elevada para un submarino diesel. Se mantuvieron
sumergidos durante casi toda la travesía, aunque con frecuencia
había que emerger durante cierto tiempo para recargar las baterías
de acumuladores. Durante estos periodos podían ser descubiertos con
mayor facilidad, por lo que preferían hacer esta operación navegando
a la profundidad de periscopio y utilizando el dispositivo de
snorkel. También emergían en algunas ocasiones al pasar los puntos
de control establecidos, desde los que era necesario informar
utilizando los medios especiales para las comunicaciones secretas.
La dirección de las naves era realizada por el Estado Mayor
Principal de la Marina de Guerra.
La Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos presentó un
análisis el 1ro. de octubre de 1962, donde decía que había unidades
de cohetes antiaéreos en las provincias de Oriente, Las Villas, La
Habana y Pinar del Río. En Oriente y Las Villas existían bases
aéreas y grandes unidades importantes de las fuerzas cubanas, La
Habana era la capital del país y allí estaba la base aérea más
importante, además de otros grandes objetivos militares y civiles,
pero en la provincia de Pinar del Río no había nada importante
conocido (Nota del Autor: con la excepción de las vegas del mejor
tabaco del mundo) y precisamente allí se encontraban varios de
los emplazamientos antiaéreos detectados. ¿Qué hacían en aquel
lugar?
El análisis de la inteligencia estadounidense partía de informes
recibidos, fundamentalmente mediante los interrogatorios de cubanos
llegados a Estados Unidos durante las últimas semanas, en los cuales
se aseguraba que en la parte central de la provincia de Pinar del
Río había un área grande restringida que era controlada por personal
militar soviético llegado recientemente; esas fuentes informaron que
los cubanos que vivían allí habían sido evacuados. Además, las
informaciones sobre el personal militar soviético en Cuba indicaban
una mayor concentración de este en el extremo occidental de la Isla,
mostrando mayor interés en Pinar del Río que en otras provincias.
También había que tener en cuenta que informes no evaluados
expresaban que cohetes soviéticos SS-4 o SS-5 podían estar en Cuba
desde el 12 de septiembre o poco antes. Esos cohetes son muy
parecidos externamente y la fuente no pudo precisarlo en el
interrogatorio. La fuente dijo que el 12 de septiembre vio
personalmente alrededor de veinte de estos cohetes en el extremo
occidental de La Habana. (Nota del Autor: desde el día 9 había
cohetes SS-4 en Cuba, pero solamente en el puerto de Casilda, al sur
de la provincia de las Villas, a unos 300 kilómetros de La Habana, y
solo eran seis; el día 12 comenzó la maniobra hacia la zona de
Sitiecito-Calabazar de Sagua, en la misma provincia; probablemente
la fuente vio varios cohetes antiaéreos cubiertos con lonas y los
confundió).
Aunque este informe no estaba confirmado y no había otros
reportes sobre la presencia de los cohetes señalados por las fuentes
en Cuba, era significativo que si con centro en el área restringida
indicada se trazaba un círculo de unos 2 000 kilómetros de radio,
(alcance considerado de los cohetes SS-4), el territorio abarcado
incluía las ciudades de Filadelfia, Pittsburg, San Luis, Oklahoma,
Dallas, San Antonio, Ciudad México, el Canal de Panamá y los campos
petroleros de Maracaibo, en Venezuela. El análisis concluía
señalando que la presencia de cohetes SS-4 operacionales en esa
ubicación daría a los soviéticos una ventaja militar apreciable.
Este día, el secretario de Defensa, Robert McNamara, y el
presidente de la Junta de Jefes de Estados Mayores, general Maxwell
Taylor, discutieron los planes de contingencia para Cuba; como
resultado de ello el almirante Dennison, jefe de la Flota del
Atlántico, recibió la orden de hacer los preparativos para
implementar el bloqueo de la Isla si era necesario; también se
ordenó al Comando Aéreo Táctico que se preparara el ataque aéreo
contra Cuba según el OPLAN 312 con alerta máxima para el 20 de
octubre.
Mientras tanto, aquel 1ro. de octubre se completó el regimiento
de infantería motorizada destinado a la región oriental, en un punto
situado no lejos de la ciudad de Holguín, y el sistema de defensa
antiaérea de la Agrupación de Tropas Soviéticas estuvo listo para el
combate en su totalidad, aunque se mantenía la prohibición de
irradiar al espacio con los distintos medios, lo que solamente
podría hacerse por orden superior.
El 2 de octubre llegaron, en el barco mercante "Krasnograd", los
seis cohetes R-12 restantes para el regimiento que se emplazaba en
Candelaria-San Cristóbal; dos de ellos eran de instrucción.
Mientras esto sucedía en Cuba, en un área cercana a Puerto Rico
comenzaba el ejercicio Blue Waters, con una duración de cuatro días
y el objetivo de probar los procedimientos de mando y control para
una operación militar en la que estuvieran envueltos el ejército, la
marina y la aviación.
Al mismo tiempo, otro resumen de inteligencia sobre la reciente
asistencia militar soviética a Cuba señalaba que: además de tanques,
cañones autopropulsados y otros equipos de las fuerzas terrestres,
se habían detectado quince emplazamientos de cohetes antiaéreos (NA:
y los localizarían todos sin que fuera necesario que irradiaran un
minuto) y tres de cohetes costeros antibuque; se estimaba que
Cuba tenía 60 aviones MIG de modelos antiguos y al menos un
interceptor avanzado MIG-21, de los que probablemente habría más en
proceso de ensamblaje; se estimaba que la cantidad de MIG-21 podía
llegar a 15-30 (NA: por aquellos días ya estaban ensamblados y
volando los cuarenta aviones MIG-21); 16 lanchas "KOMAR" con dos
cohetes de 30-40 kilómetros de alcance cada una. Se consideraba que
habían llegado alrededor de 4 500 especialistas soviéticos (NA:
en esos momentos la cantidad de soviéticos en Cuba era de poco más
de 30 mil efectivos).
Este propio día 2 el secretario de Defensa envió al presidente de
la Junta de Jefes de Estados Mayores (JJEM) un memorando en que le
comunicaba las contingencias más probables en que podría ser
necesaria una acción militar contra Cuba, en cuyas ideas se aprecia
la característica prepotencia yanki:
a. Una acción soviética contra los derechos de occidente en
Berlín que requiera una respuesta.
b. Evidencias de que el régimen de Castro haya permitido el
despliegue de sistemas de armas ofensivas del bloque soviético.
c. Un ataque contra la Base de Guantánamo o contra aeronaves o
navíos de los Estados Unidos.
d. Un levantamiento popular sustancial en Cuba que solicitara
asistencia para recuperar la independencia.
e. Apoyo armado cubano a la subversión en otras partes del
Hemisferio Occidental.
f. Una decisión del Presidente acerca de que los asuntos en Cuba
eran incompatibles con el mantenimiento de la seguridad nacional de
los Estados Unidos.
El documento también planteaba que se podía asumir que el
objetivo político en cualquiera de esas contingencias podía ser:
1. Eliminar la amenaza a la seguridad de los Estados Unidos por
parte de los sistemas de armas soviéticas existentes en Cuba.
2. Eliminar al régimen de Castro y establecer uno nuevo que
respondiera a los deseos nacionales cubanos.
Y finalizaba acotando que comoquiera que el segundo objetivo era
el más difícil de alcanzar y podía ser necesario si se quería lograr
el primero permanentemente, la atención se debía enfocar en la
capacidad de alcanzar ese segundo objetivo principalmente.
El día 3 fue publicado el comunicado final de la reunión de
ministros de Relaciones Exteriores de los países latinoamericanos,
celebrada en Washington; en este se planteaba que la intervención de
la Unión Soviética en Cuba amenazaba las instituciones democráticas
del continente, y agregaron que era deseable intensificar la
vigilancia individual y colectiva sobre la entrega de armas al
régimen comunista de Cuba, las que pudieran ser empleadas con
propósitos ofensivos contra el Hemisferio.
EN LAS VÍSPERAS
El 4 de octubre de 1962 el Congreso de los Estados Unidos aprobó
la Resolución Conjunta sobre Cuba, la que se convirtió en la Ley
Pública 87-33, que representaba una verdadera declaración de guerra
contra la Isla. En ella se expresaba la determinación de Estados
Unidos de:
a. Impedir por cualesquiera medios que fuesen necesarios, incluso
el uso de las armas, que el régimen de Cuba propague, mediante la
fuerza o amenazas de fuerza, sus actividades agresivas y subversivas
a cualquier parte de este Hemisferio.
b. Impedir la creación en Cuba de una capacidad militar, apoyada
externamente, que ponga en peligro la seguridad de Estados Unidos.
c. Trabajar con la OEA y con los cubanos amantes de la libertad a
fin de apoyar las aspiraciones de autodeterminación del pueblo de
Cuba. (2)
El Congreso, además, aprobó otra resolución que recomendaba a la
OEA la adopción de un acuerdo en el que amenazara a Cuba con una
acción colectiva si esta seguía reforzando sus defensas militares.
Este mismo día 4, el presidente Kennedy firmó una orden ejecutiva
prohibiendo el uso de barcos estadounidenses o extranjeros en el
comercio entre la URSS y Cuba. Se cerrarían los puertos de los
Estados Unidos a las naves de cualquier país que se utilizaran para
suministrar material militar a Cuba; así como a barcos que llevaran
mercancías de "países comunistas" a la Isla; se penalizaría a
compañías navieras que facilitaran buques para el comercio con Cuba
de "países comunistas" y se prohibiría a naves propiedad de
norteamericanos hacer cualquier tipo de comercio con Cuba.
Este mismo día el secretario de Defensa envió un memorando al
Presidente, comunicándole el estimado de que no se esperaban
pérdidas de aviones al atacar los emplazamientos de cohetes
antiaéreos SA-2
(NA: denominación de la OTAN para los complejos SA-75),
provocadas por el disparo de esos cohetes, pues las aeronaves
atacantes volarían por debajo de su altura mínima efectiva, la que
era considerada de alrededor de un kilómetro debido a limitaciones
inherentes de los radares. Los emplazamientos serían atacados
empleando bombas de 250, 500 y 2 000 libras, napalm y los cañones de
los aviones.
También se produjo en esta fecha una reunión del Grupo Especial
Ampliado de "Mangosta" en la que se informó que el Presidente estaba
insatisfecho por la falta de acciones de sabotaje y se planteó que
había estancamiento. Se dieron instrucciones al general Edward
Lansdale, encargado de los esfuerzos clandestinos para derrocar al
Gobierno cubano, incluyendo asesinar a Fidel Castro, de poner en
práctica iniciativas nuevas y más dinámicas, realizar sabotajes
inmediatamente, presentar un plan para el minado de los puertos y
recomendaciones para los sobrevuelos que incluyeran el empleo de
aviones U-2 en barridos completos (no misiones en la periferia o
limitadas), combinadas con el empleo de otros tipos de aviones para
el reconocimiento a bajas y medianas alturas y otras operaciones
posibles de reconocimiento.
(3)
LAS CARGAS NUCLEARES SE HICIERON A LA TIERRA
Ese mismo 4 de octubre de 1962 el barco mercante "Indiguirka"
llegó al puerto de Mariel transportando 36 cabezas de combate
nucleares para los cohetes de alcance medio R-12, doce para los
cohetes tácticos "Luna" y una parte de las destinadas a los cohetes
alados tácticos tierra-tierra FKR, además de seis bombas nucleares
de aviación. La descarga de las municiones nucleares se realizó en
un muelle aislado de la bahía, donde fueron adoptadas rigurosas
medidas de seguridad. Se descargaron durante tres noches
consecutivas, junto con los medios necesarios para garantizar su
disposición combativa. Por el día se descargaban los medios
especiales y los medios de transporte de la unidad de las tropas
técnico-nucleares perteneciente a la Marina de Guerra, la que fue
ubicada en la zona del Mariel. Simultáneamente, en otros muelles de
la bahía se desarrollaban intensos trabajos de descarga de otros
medios, tales como huacales con aviones, contenedores con cohetes
antiaéreos, tanques y cualquier cosa, lo que contribuía a enmascarar
la "apacible" actividad que se efectuaba con las municiones
nucleares.
El traslado de las mismas se efectuaba en pequeñas columnas de
hasta 20-25 carros, las que solo se movían durante el día con el
objetivo de disminuir la posibilidad de que se produjeran
accidentes. Las municiones eran instaladas sobre camiones militares
cubiertos con lonas, como regla, los que abundaban en las carreteras
de Cuba en aquella época. Con fines de enmascaramiento en esos
camiones también se cargaban medios de la economía, los que se
colocaban de forma que quedaran bien visibles a través de la parte
trasera del camión; además, se tomaban medidas para darles el
aspecto de transportaciones militares comunes a estas caravanas,
teniendo en cuenta que en todas las carreteras del país se
encontraban prácticamente sobrecargas con movimientos similares.
¡Ahora sí se podía decir que había cohetes nucleares de alcance
medio en Cuba! Hasta ese momento lo que había eran unos tabacones
metálicos grandes que no servían ni para tirárselos por la cabeza a
alguien, pues el cuerpo del cohete se quemaba durante la reentrada
en las capas densas de la atmósfera; solamente llegaba al blanco la
cabeza de combate con la carga nuclear.
Además, este día estuvo lista para el combate la primera rampa de
lanzamiento en el regimiento coheteril estratégico emplazado en la
región central de la Isla.
El 6 de octubre, durante una conversación sostenida entre el
director de la CIA, John McCone, y el consejero especial del
Presidente para Asuntos de la Seguridad Nacional, McGeorge Bundy, el
primero planteaba que creía que los soviéticos terminarían
estableciendo una capacidad ofensiva en Cuba, incluyendo cohetes de
alcance medio, pues pensaba que establecer un mecanismo de defensa
tan caro en Cuba no podía ser el objetivo final de los soviéticos,
por lo que este debía ser: a) establecer una base ofensiva o b)
insertar suficiente cantidad de especialistas militares soviéticos
para arrebatarle la Isla a Castro y convertirla en un satélite
totalmente controlado por ellos. Él pensaba que solo había dos
alternativas posibles: una acción militar en el momento oportuno o
un esfuerzo por separar a Castro de los comunistas.
Bundy, por su parte, planteó que pensaba que los soviéticos no
llegarían tan lejos debido a los efectos mundiales que esas acciones
podrían tener. En general sus puntos de vista eran de que tendrían
que actuar militarmente (lo que le parecía intolerable) o habría que
aprender a vivir con Castro y su Cuba, y ajustar sus políticas
convenientemente. No estaba de acuerdo con incrementar sabotajes,
sobrevuelos y otras acciones.
Mientras se desarrollaba esta conversación, en el puerto de Bahía
Honda descargaba sus bártulos el primer viaje del tercer regimiento
de cohetes de alcance medio, el que había llegado en el barco
mercante "Metallurg Barden" y se emplazaría en Santa Cruz de los
Pinos-San Cristóbal, en la provincia de Pinar del Río. Al día
siguiente llegó al puerto de Mariel la motonave "Orenburg" con siete
cohetes de combate R-12 para el regimiento que había comenzado a
llegar a Cuba. En esos momentos había 28 cohetes de este tipo en la
Isla, cuatro de ellos de instrucción.
En medio del clima de violencia reinante en aquellos días, la
delegación cubana al XVII Periodo de Sesiones de la Asamblea General
de la ONU, encabezada por el Presidente de la República de Cuba,
Osvaldo Dorticós Torrado, denunció el 8 de octubre de 1962 la
política agresiva de Estados Unidos contra la Revolución. Al
respecto, Dorticós declaró:
Existen antecedentes, y se han producido declaraciones y
resoluciones oficiales que autorizan y legitiman la agresión armada
a Cuba (...) Frente a eso, ¿qué tenemos que decir? Diremos, señores
delegados, ¡que Cuba sí se ha armado!; ¡tiene el derecho a armarse y
a defenderse! Y la pregunta que importa es esta: ¿Por qué Cuba se ha
armado? (...) Nos hemos armado porque tiene el pueblo de Cuba el
derecho legítimo, que la historia le concede, de defender sus
decisiones soberanas, de conducir a su país por los derroteros
históricos que, en ejercicio de esa soberanía, ha escogido nuestro
pueblo. (4)
Además, Dorticós esclareció la posición de principios de Cuba al
declarar:
No estamos obligados por nada a dar cuenta al Congreso
norteamericano respecto a lo que hacemos para defender nuestra
integridad territorial. Nos armamos en la forma que creamos
conveniente para defender nuestra nación, no para agredir a nadie
(...) Cuando un país pequeño como el mío, de seis millones de
habitantes, a noventa millas de los Estados Unidos, se siente
realmente amenazado, no tiene por qué rechazar la ayuda espontánea
que se le ofrezca, ya venga de la reina Isabel de Inglaterra, del
Emperador del Japón, del presidente Kubistchek (del Brasil) o de
quienquiera que venga, porque por encima de toda consideración está
el derecho irrestricto a la vida que tienen los pueblos (...) Si
Estados Unidos fuera capaz de dar garantías de palabra y garantías
en los hechos, de no realizar agresiones contra nuestro país,
declaramos aquí solemnemente que sobrarían nuestras armas y nuestro
ejército. (5)
Como una reafirmación de las palabras de Dorticós, ese mismo día
quedaba lista para el combate la segunda rampa de lanzamiento del
regimiento de cohetes de alcance medio ubicado en la región central
de Cuba, y comenzó a realizar la guardia combativa; además, llegó a
la Isla el último barco que transportaba personal y medios técnicos
del mismo, con lo que fue el primero de los tres regimientos que se
completó, un mes después de comenzar su arribo. Entre tanto,
mientras el Presidente cubano intervenía ante la Asamblea General de
la ONU, el Congreso de Washington aprobaba otra ley por la cual se
retiraba toda asistencia económica y militar a cualquier país que
vendiera, suministrara o permitiera que un buque de su registro
comerciara con Cuba, durante el tiempo en que estuviera gobernada
"por el régimen de Castro". ¡Si los delegados a la Asamblea querían
ejemplos de la actitud de Estados Unidos hacia Cuba, no tendrían que
buscar mucho!... Hay que señalar que varios Gobiernos occidentales
protestaron por esa y otras legislaciones que extendían
extraterritorialmente la jurisdicción estadounidense a terceros
países.
El 9 de octubre el presidente Kennedy aprobó un vuelo de doce
minutos, y a veinte kilómetros de altura sobre Cuba, de un avión
U-2, con el propósito de obtener evidencias concluyentes acerca del
sospechado desarrollo de emplazamientos de cohetes balísticos de
alcance medio en el área restringida de que se tenían noticias en la
provincia de Pinar del Río. Se señaló que no había indicios de que
los cohetes antiaéreos SA-2 ya fueran operacionales en Cuba, aunque
habían pasado cerca de dos meses desde su primera instalación.
Hay que decir que, de acuerdo con las normativas de tiempo
establecidas en aquella época para los cohetes antiaéreos que se
encontraban en Cuba, cuando un grupo coheteril llegaba a un nuevo
emplazamiento, disponía de un plazo de dos horas y media para estar
listo a disparar contra los aviones enemigos. Cuando estos grupos
llegaban a Cuba se emplazaban provisionalmente para que estuvieran
listos para el combate, mientras se acondicionaban sus
emplazamientos con fortificaciones ligeras, a los que se mudaban tan
pronto eran terminados. En aquella fecha del 9 de octubre, hacía
ocho días que estaban emplazados en sus posiciones fortificadas, y
cumpliendo la guardia combativa, los 24 grupos que se trasladaron a
la Isla.
Lo referente a que no había indicios de que los cohetes
antiaéreos ya fueran operacionales constituye un buen ejemplo de lo
mala que era la información que los norteamericanos tenían sobre lo
que ocurría en Cuba, lo que los llevó a apreciaciones erróneas en
más de una ocasión, y a tomar decisiones mal fundamentadas que se
adoptaban sobre la base de semejantes apreciaciones. (Continuará)
(*) Teniente coronel (r) y fundador de las Tropas Coheteriles
1 Un pueblo invencible. Editorial José Martí. La Habana, Cuba,
1991, pp. 14 y 15.
2 Sociedad Cubana de Derecho Internacional: Agresiones de Estados
Unidos a Cuba revolucionaria. Editorial Ciencias Sociales, La
Habana, Cuba, 1969, p. 98.
3 Relaciones Exteriores de los Estados Unidos 1961-1963. Volumen
XI. La Crisis de los Misiles en Cuba y sus consecuencias. Oficina de
Impresiones del Gobierno de los Estados Unidos. Washington, 1996.
Documento 8.
4 Dorticós Torrado, Osvaldo: Discurso pronunciado ante las
Naciones Unidas en Nueva York, el 8 de octubre de 1962. Obra
Revolucionaria, No. 29. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1962,
p. 14.
5 Idem.
Entregas anteriores:
·
Octubre de 1962: la
mayor crisis de la era nuclear (XIV): La histeria se desencadena
·
Octubre de 1962: la
mayor crisis de la era nuclear (XIII): La clave que nunca se usó:
“Al Director: la cosecha de caña de azúcar marcha con éxito”
·
Octubre
de 1962: la mayor crisis de la era nuclear (XI): Si Jruschov hubiera
escuchado los planteamientos que le hicimos no ocurre la crisis
·
Octubre
de 1962: la mayor crisis de la era nuclear (X): Si Jruschov hubiera
escuchado los planteamientos que le hicimos no ocurre la crisis
·
Octubre
de 1962: la mayor crisis de la era nuclear (IX): Si Jruschov hubiera
escuchado los planteamientos que le hicimos no ocurre la crisis
·
Octubre de 1962: la mayor crisis de la era nuclear (VIII): Si
estamos haciendo una cosa absolutamente legal, absolutamente justa,
¿por qué ocultarlo?
·
Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (VII): Ocupando posiciones
·
Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (VI): La travesía, ¿en qué
condiciones?
·
Octubre de 1962: la mayor
crisis de la era nuclear (V)
·
Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (IV): ¡Manos a la obra!
· Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (III): Algunos errores de
apreciación
· Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (II): Nacimiento y
aprobación de la Operación “Anadir”
·
Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (I): Surge una idea audaz e
inesperada |