Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (VIII) Si estamos
haciendo una cosa absolutamente legal, absolutamente justa, ¿por qué
ocultarlo?
RUBÉN G. JIMÉNEZ GÓMEZ (*)
El estado mayor de la Agrupación de Tropas Soviéticas (ATS)
contaba con el Departamento de
.Aseguramiento
Geodésico-Astronómico y con el Departamento Balístico. Además, en
los regimientos coheteriles estaban las secciones de preparación de
datos. Una parte de los oficiales del Departamento de Aseguramiento
Geodésico-Astronómico fueron de los primeros que llegaron a Cuba con
el grupo avanzado de reconocimiento, por lo que participaron
directamente en la selección de las posiciones de lanzamiento de los
regimientos.
Fidel
y Raúl con el general soviético Alexey Dementiev.
Durante el trabajo se determinaron las coordenadas geodésicas de
todos los puntos de despegue; para los cohetes R-14 se realizaron
además los trabajos gravimétricos para determinar la aceleración de
la fuerza de gravedad y los valores de las desviaciones de la línea
vertical respecto a la normal en cada punto de lanzamiento; las
magnitudes de estas mediciones podrían parecer insignificantes (del
orden de las décimas hasta algunos segundos de ángulo), pero
influían mucho en la exactitud del impacto de la cabeza de combate
nuclear en el objetivo. También se determinaron los acimut
geodésicos de las direcciones de control y principal de orientación
para la puntería de los cohetes, fijando estos datos en centros de
hormigón antes de desplegar los grupos de combate coheteriles en las
posiciones de lanzamiento, y se hicieron las definiciones
astronómicas de esos acimut.
Durante la realización de esos trabajos de precisión, los
integrantes del Departamento tuvieron que solucionar una serie de
problemas que con frecuencia no eran comunes; entre otros se pueden
citar los siguientes:
1. Los mapas topográficos de Cuba se basaban en el sistema
estadounidense de coordenadas (elipsoide de Clark de 1866), por lo
que fue necesario convertir las coordenadas al sistema soviético
(elipsoide de Krasovski de 1942), ya que todos los cálculos
previstos se hacían solamente para este sistema de coordenadas. Fue
necesario elaborar el método para hacer la conversión de los
sistemas de coordenadas.
2. Para reglar los gravímetros de acuerdo con la latitud de
Cuba hubo que elaborar una metodología especial de calibración.
3. La considerable lejanía de las estaciones de radio
soviéticas dificultaba la recepción con fidelidad de las señales de
tiempo exacto, necesarias para determinar las correcciones de los
cronómetros durante la ejecución de trabajos astronómicos de alta
precisión, por lo que hubo que elaborar la metodología para utilizar
las transmisiones de estaciones similares de los Estados Unidos.
Con los datos geodésicos suministrados, el Departamento de
Balística de la ATS hizo todos los cálculos y preparó los datos
preliminares necesarios para lanzar los cohetes desde cada una de
las rampas de los cinco regimientos, determinando en cada caso el
alcance, el acimut de lanzamiento y el volumen de la carga del
cohete con los componentes del combustible, con lo que se
confeccionaba la tarea de vuelo para cada cohete. Para la
realización de estos cálculos se utilizaban los datos transmitidos
por el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de la URSS sobre
los objetivos a impactar en el territorio de los Estados Unidos, las
coordenadas geodésicas de los mismos y las direcciones principales
de lanzamiento para cada grupo de combate de los regimientos. El
acimut de lanzamiento de cada cohete estaba limitado por condiciones
técnicas y no podía diferenciarse en más de 13 grados a la
izquierda, o de 23 grados a la derecha, con respecto a la dirección
principal de lanzamiento del grupo de combate respectivo. Es
necesario señalar que en aquella época el aseguramiento con medios
de computación era bajo en las Fuerzas Armadas soviéticas, por lo
que todos estos cálculos voluminosos se realizaban a mano y con
control de los resultados de los mismos "a dos manos".
A mediados de agosto, como continuidad de la política de
realización de grandes entrenamientos militares en el área del
Caribe y en otras regiones cercanas, durante los cuales se
elaboraban y puntualizaban en la práctica los planes para el ataque
a Cuba, la Fuerza Aérea norteamericana participó en el ejercicio "Swift
Strike II", desarrollado en los estados de Carolina del Norte y del
Sur con el objetivo de entrenar a las unidades en el apoyo aéreo a
las tropas. En este entrenamiento tomaron parte cuatro divisiones
del ejército, seis escuadrones de cazas tácticos, dos escuadrones de
reconocimiento aéreo táctico y aviación de transporte, para un total
de más de 70 mil efectivos y alrededor de 500 aviones.
Mientras tanto, continuaban llegando a Cuba las unidades
soviéticas...
DE LAS FUERZAS DE APOYO Y SUS MISIONES CONCRETAS
Las Tropas Terrestres de la ATS estaban compuestas por cuatro
regimientos independientes de infantería motorizada. Tenían la
misión fundamental de proteger a los regimientos coheteriles
estratégicos y las bases técnicas coheteriles, al almacén central de
cargas nucleares y al estado mayor de la Agrupación, además de
prestar ayuda a las FAR cubanas en el aniquilamiento de los
desembarcos navales y aéreos del enemigo.
Dos de estos regimientos se encontraban ubicados en la región
occidental de la Isla, en Artemisa y Managua, donde estaban las
posiciones de tres regimientos coheteriles, el almacén central de
cargas nucleares, el estado mayor de la Agrupación, un regimiento de
cohetes alados tácticos FKR, la base principal de la Marina y
diversas unidades de aseguramiento. Un tercer regimiento estaba en
la región central de Cuba, en la zona de Remedios, cerca de las
posiciones de otros dos regimientos coheteriles estratégicos,
mientras que el cuarto regimiento se encontraba dislocado cerca de
la ciudad de Holguín, al igual que otro regimiento de FKR, región
oriental donde se encuentra enclavada la Base Naval de Guantánamo.
Las Tropas de la Defensa Antiaérea estaban integradas por dos
divisiones coheteriles antiaéreas dotadas de complejos SA-75 y un
regimiento de aviación de caza con MIG-21 F 13. Cada división
coheteril antiaérea estaba formada por tres regimientos con cuatro
grupos de combate y un grupo técnico cada uno. La misión de estas
tropas consistía en cubrir el espacio aéreo contra las incursiones
del enemigo. Una de las divisiones brindaba cobertura a la parte
occidental de la Isla, hasta el límite de Caibarién-Trinidad,
mientras que la otra cubría la parte oriental, al este de ese
límite. Los complejos coheteriles antiaéreos SA-75 tenían un alcance
de 34 kilómetros y los 24 grupos fueron emplazados con grandes
distancias entre uno y otro, lo que permitía cubrir un área mayor,
pero con una defensa débil.
Casi todos los grupos coheteriles eran solitarios, es decir, a la
hora de combatir cada uno tendría que enfrentarse aisladamente a la
aviación enemiga, sin la posibilidad de maniobrar con el poder de
fuego con los grupos vecinos, ni de distribuir los blancos entre los
integrantes de un orden combativo más denso. Esta distribución de
los emplazamientos podría ser más eficiente durante la lucha contra
ataques de aviones que realizaran vuelos independientes, como en el
caso de las incursiones de las avionetas piratas, pero resultaría
mucho menos efectivo en el caso de acciones de mayor envergadura de
la aviación enemiga, que era precisamente lo que se podía esperar si
se producía una agresión de los norteamericanos.
Entre las deficiencias de esta distribución de los grupos se
pueden citar las siguientes: los regimientos de cohetes de alcance
medio e intermedio ubicados en la región de Santa Cruz de los
Pinos-San Cristóbal-Candelaria prácticamente no eran protegidos por
los grupos coheteriles antiaéreos, pues estaban casi en el límite
del alcance de los emplazados en Bahía Honda y Mariel, encontrándose
entre ellos la Sierra del Rosario, con alturas de hasta 500 metros y
más; el regimiento que se encontraba en el Esperón solo era
protegido por el grupo de Mariel; lo mismo sucedía con los dos
regimientos de cohetes estratégicos que estaban ubicados en la
región central y con la base aérea de San Julián, en el extremo
occidental de la Isla, pues cada uno de ellos solamente era
protegido por un grupo antiaéreo; la región de la provincia de La
Habana, incluida la capital, con el mayor potencial económico e
industrial del país, la principal base aérea de la aviación cubana
en San Antonio de los Baños, el almacén principal de cargas
nucleares, el estado mayor de la ATS y otra serie de unidades
importantes, solo era defendida por un grupo coheteril antiaéreo
emplazado al este de la ciudad; la Base Aérea de Santa Clara, donde
se encontraba el regimiento de MIG-21 F 13, no era protegida
directamente por ningún grupo coheteril; mientras tanto, en la
región de Sancti Spíritus-Ciego de Ávila-Camagüey-Nuevitas se
encontraban seis grupos coheteriles que no defendían unidades
militares de importancia o centros vitales para el país. Se podrían
señalar otros problemas, pero al parecer con estos es suficiente.
Si a esas consideraciones sumamos la limitación citada
anteriormente de que con esos cohetes no se podía tirar a blancos
que volaran a alturas menores de dos kilómetros y la escasa
artillería antiaérea con que contaba la ATS, podemos llegar a la
conclusión de que eran bastante precarias sus posibilidades de lucha
contra la aviación enemiga.
La única causa lógica que pudiera justificar la distribución de
los grupos que fue asumida sería la intención de dar una cobertura
muy débil a la mayor superficie posible del país, pero parece poco
creíble esa pretensión a costa de que objetivos muy importantes
quedaran casi sin protección y debido a que, de todos modos, más de
la mitad del territorio de la Isla quedaba sin protección antiaérea
directa; a no ser que los jefes soviéticos estuvieran tan
convencidos de que no se iba a combatir, que no se prepararon
adecuadamente para ello, lo que hubiera sido una irresponsabilidad
de su parte.
Sencillamente, con la cantidad de grupos disponibles había que
seleccionar los puntos más esenciales que era necesario proteger y
concentrar los grupos coheteriles antiaéreos alrededor de ellos,
asignando artillería antiaérea para otros objetivos de menor
importancia, así como la aviación de caza soviética y cubana.
El regimiento de aviación de caza de la Agrupación tenía su base
cerca de la ciudad de Santa Clara, en el centro de la Isla, lo que
le permitía actuar tanto hacia La Habana, como hacia la dirección
oriental.
De todos modos, es necesario señalar que las posibilidades
potenciales de la aviación norteamericana superaban por mucho a las
posibilidades de la defensa antiaérea de la Isla, en cualquier
variante de ubicación de los grupos coheteriles que se adoptara, lo
que constituía una violación flagrante del cuarto principio del arte
militar enunciado por el mariscal Zhukov, en el que se plantea la
necesidad del cálculo exacto de las fuerzas y medios en dependencia
de la misión planteada.
La Fuerza Aérea de la Agrupación, integrada por la escuadrilla
independiente de bombardeo, dos regimientos de cohetes alados
tácticos tierra-tierra del tipo FKR y el regimiento de helicópteros,
tenía la misión de destruir los desembarcos navales y aéreos del
enemigo en cooperación con las tropas terrestres, con la Marina de
Guerra y con las grandes unidades de las FAR cubanas.
Para cumplir esta misión un regimiento de cohetes alados FKR fue
dislocado en la parte occidental de la isla, cerca de Quiebra Hacha,
entre Mariel y Cabañas, y el otro en la parte oriental, en la zona
de Mayarí Arriba, Sierra Cristal. Es necesario señalar que en
realidad habría que desplazarlos hacia las posiciones de lanzamiento
previamente preparadas que fueran ocupadas por los dos grupos de
combate de cada regimiento. Se planificó el empleo de los
regimientos de FKR contra los desembarcos navales, para lo cual se
prepararon posiciones de lanzamiento que permitieran batir las zonas
de desembarco más probables. Para lograr este objetivo se cooperaría
con la escuadrilla independiente de bombardeo con aviones IL-28, con
el regimiento de aviación de caza, con las tropas de la Marina de
Guerra y con las grandes unidades cubanas.
El regimiento independiente de helicópteros se emplearía para la
transportación de personal y cargas especiales, así como para la
exploración y la dirección de las tropas.
A la Marina de Guerra le fue planteada la misión de destruir los
barcos de guerra y los medios de desembarco del enemigo e impedir
los desembarcos navales en las direcciones de La Habana, Banes y
Cienfuegos, en cooperación con la Fuerza Aérea, las Tropas
Terrestres y las FAR cubanas. Para esto contaba con un regimiento
coheteril de defensa costera "Sopka", con una brigada de lanchas
coheteras y con el regimiento de aviación con minas y torpedos,
equipado con aviones IL-28. Los grupos coheteriles de defensa
costera se ubicaron en Santa Cruz del Norte, Banes, Cienfuegos e
Isla de Pinos. Desde el puerto de Mariel actuaban un grupo de ocho
lanchas coheteras y además seis lanchas torpederas y dos barcos de
lucha antisubmarina. En Banes actuaba un grupo de cuatro lanchas
coheteras y dos barcos de lucha antisubmarina, mientras que en el
puerto de Cienfuegos había seis lanchas torpederas y dos barcos de
lucha antisubmarina. El regimiento de aviación con minas y torpedos
tendría su base en San Julián, con aeropuertos de maniobra en Santa
Clara y Holguín.
Cuando las unidades soviéticas ocupaban sus posiciones se
verificaba el estado técnico de los medios de comunicaciones por
radio, se ajustaban para el trabajo y se hacían pruebas muy breves
de su funcionamiento, después de lo cual se mantenía el silencio de
radio, prohibiendo la salida al aire de los mismos, lo que se hacía
con el objetivo de evitar que los medios de escucha de los
norteamericanos pudieran identificar las unidades y sus ubicaciones,
con lo que se revelaría la composición de la Agrupación. Los medios
fundamentales que poseían los norteamericanos para el monitoreo de
las transmisiones radiales en Cuba, eran los barcos de patrullaje
radiotécnico "Oxford" y "Sargent Müller", los que habitualmente
navegaban a corta distancia del límite de las aguas territoriales de
la Isla.
SECRETO Y ENGAÑO
Por aquellos días de mediados de agosto se hacía cada vez más
claro para la dirección cubana que era un error el traslado en
secreto de las tropas soviéticas con su armamento hacia Cuba, pues
esta circunstancia engendraba desconfianza hacia lo que se hacía,
hacia la política y los métodos de la Unión Soviética y dañaba la
credibilidad de Cuba. Era algo que nos ponía en desventaja desde los
puntos de vista político y práctico.
Entonces los soviéticos se metieron en la discusión con los
estadounidenses acerca de si las armas que se llevaban a Cuba eran
defensivas u ofensivas y eso fue un grave error, pues era una
cuestión de criterios, ya que cualquier arma puede ser de una u otra
naturaleza en dependencia de la forma en que se emplee.
Al respecto el comandante Fidel Castro expresó: "Nosotros no
estábamos fuera de la ley, nosotros no estábamos fuera de la moral,
nosotros estábamos actuando conforme a los principios de la ley
internacional, de la moral internacional, estábamos haciendo cosas a
las que teníamos el más absoluto derecho..."
(1)
Por su parte el Gobierno cubano nunca entró en el juego de
discutir si las armas eran ofensivas o no, reafirmando siempre su
derecho soberano a disponer del tipo de armas que considerara
convenientes, afirmando que nadie tenía derecho a establecer que
tipo de armas podía o no podía tener nuestro país.
Pero la cuestión no era solo lo del secreto, pues muchas
operaciones militares se hacen en secreto y es un principio el no
permitir que el enemigo descubra las intenciones propias, sino que
sencillamente se estaba mintiendo, se estaba engañando abiertamente
al presidente Kennedy, y ese fue un error grave, muy importante. Eso
nos hizo daño, pues se creó una atmósfera internacional hostil y se
dejó la iniciativa a los Estados Unidos con las denuncias.
Coincidentemente, en los Estados Unidos se desarrollaba una
escandalosa campaña propagandística contra Cuba y la Unión
Soviética, la que era manipulada de acuerdo con sus intereses,
participando en ella con sus declaraciones de manera creciente altos
funcionarios del Gobierno, congresistas, líderes partidistas y otras
personalidades; la campaña se hacía cada vez más belicosa y se
exigía abiertamente la realización de acciones contra Cuba.
En esos mismos días de mediados de agosto, el belicismo contra la
Isla adquirió un vigor inusitado. En el Congreso se demandaba con
insistencia una acción de las Fuerzas Armadas norteamericanas, se
incrementaban las operaciones clandestinas, la prensa infundía a la
campaña una buena dosis de histerismo y se extremaba la vigilancia
de los servicios de inteligencia, pues corrían rumores de
actividades soviéticas fuera de lo normal en Cuba.
Entonces el comandante Ernesto Che Guevara y el capitán Emilio
Aragonés Navarro fueron enviados a Moscú con el Proyecto de Acuerdo
corregido y la proposición de publicarlo para tomar la iniciativa en
la situación creada. Al respecto el comandante Fidel Castro planteó:
"(...) se le ha dejado la iniciativa a Estados Unidos para crear
todo un ambiente, toda una atmósfera de algo oculto, de algo que no
es limpio, de algo que no es correcto. Entonces propongo publicar el
Acuerdo, porque si nosotros estábamos haciendo una cosa
absolutamente legal, absolutamente justa, ¿por qué teníamos que
ocultarlo?(...) Me preocupaba mucho que al hacer una cosa legal se
hiciera de forma que pareciera ilegal o inmoral. Estábamos haciendo
una cosa legal, justa y moral, de acuerdo con la ley internacional,
pero el manejo político no se estaba haciendo bien".
(2)
No obstante, la decisión final del asunto se dejaba en manos de
los soviéticos, pues se confiaba en su mayor experiencia.
Si se hubiera hecho lo planteado por la parte cubana el
desarrollo ulterior de los acontecimientos hubiera sido muy
distinto; incluso dos de los colaboradores más íntimos de Kennedy,
Theodore Sorensen, su consejero especial, y McGeorge Bundy,
asistente especial del presidente para la Seguridad Nacional,
manifestaron posteriormente el criterio de que si se hubiera
anunciado en la ONU que la Unión Soviética defendería a Cuba con
proyectiles nucleares "hubiera sido una situación totalmente
diferente" (Bundy) y "ciertamente hubiera sido más difícil para
nosotros" (Sorensen). (3)
En Moscú le encomendaron al Estado Mayor General y al Ministerio
de Relaciones Exteriores que analizaran las correcciones propuestas
al Proyecto de Acuerdo y presentaran el informe correspondiente.
Ahora bien, ¿cuáles eran los criterios de Jruschov sobre estas
cuestiones del secreto y el engaño?, ¿en qué posiciones basaba su
actuación? Al respecto expresó en sus memorias:
"Los estadounidenses, a través de los canales que te-níamos con
el presidente Kennedy, nos habían advertido que sospechaban que
estábamos instalando cohetes en Cuba y nos preguntaban si era
cierto. Nosotros negábamos todo aquello. Podrán decir que fue una
perfidia. Lamentablemente, esta forma de diplomacia se mantiene en
nuestros días y no habíamos inventado nada nuevo, sólo aplicábamos
los mismos recursos que ellos utilizaban en contra nuestra. Cuando
ellos decidieron instalar sus cohetes nucleares en Turquía, Italia e
Inglaterra no tuvieron en cuenta nuestros intereses, ni atendieron a
nuestras protestas, lo hicieron basándose en la fuerza. Negaban que
estaban espiándonos y sus aviones sobrevolaban nuestro territorio.
Incluso cuando derribamos un avión espía U-2 sobre nuestro país, en
mayo de 1960, al principio intentaron negarlo, y solamente cuando
presentamos al piloto, Powers, se vieron obligados a reconocerlo.
Entonces el gobierno de Eisenhower proclamó arbitrariamente su
derecho a realizar espionaje abierto contra otro país en tiempo de
paz, alegando que eso respondía a sus intereses. Podrían citarse
infinitos ejemplos de semejante conducta(...)
"En un encuentro privado el secretario de Estado de los Estados
Unidos, Dean Rusk, le manifestó a Gromiko, nuestro ministro de
Relaciones Exteriores, que pensaban que estábamos instalando cohetes
en Cuba y advirtió que no lo permitirían, que en el país se estaba
creando una situación interna al respecto y que el presidente
Kennedy no podría pasarlo por alto. Dijo que estaban dispuestos a
todo y no se detendrían ante nada, que valoráramos la situación y
adoptáramos medidas para evitar el enfrentamiento fatal que podría
ocurrir si realmente los cohetes estaban en Cuba(...)
"Nosotros teníamos más argumentos jurídicos y morales que Rusk,
sin duda, pues en aquellos momentos ya hacía tiempo que estaban
instalados en Turquía e Italia los cohetes estadounidenses con
cargas nucleares. Lógicamente, Gromiko lo negó todo, para eso era un
diplomático. A pesar de todo continuamos la transportación e
instalación de las armas, seguimos haciendo nuestro trabajo. Nos
basábamos en lo siguiente: una cosa son las amenazas y otra la
guerra, una cosa es sospechar que hay cohetes y otra demostrarlo con
hechos innegables, además, desde el punto de vista del derecho moral
y jurídico no nos podían acusar, pues no hacíamos nada que no
hubieran hecho ya los Estados Unidos. Los derechos y las
posibilidades de nuestros países eran iguales". (4)
Al observar el desarrollo de la Operación "Anadir" hay que
reconocer que el Estado Mayor General soviético no estudió
detalladamente una serie de particularidades de Cuba, las que no se
tuvieron en cuenta durante la planificación de la misma, como
consecuencia de lo cual las tropas experimentaron dificultades
considerables. Como ejemplos de tales omisiones se pueden citar los
siguientes:
La red cubana de carreteras no permitía el paso libre de la
técnica de combate de grandes dimensiones por los itinerarios a
seguir desde los puertos de descarga hasta los lugares de
dislocación de las unidades, por lo que hubo que solucionar sobre la
marcha y como se pudo una serie de inconvenientes que se presentaron
inesperadamente.
En general el paisaje cubano no podía garantizar el
enmascaramiento seguro de las tropas y los equipos, y los medios
reglamentarios existentes por plantilla para estos fines no bastaban
para solucionar esta tarea por completo, por lo que las unidades se
encontraban expuestas en mayor o menor grado a los medios de
exploración enemigos.
Las centrales eléctricas cubanas generaban corriente eléctrica
con frecuencia de 60 Hz, por lo que no se podía aprovechar la red
eléctrica industrial para satisfacer las necesidades técnicas de las
unidades soviéticas.
La mayor de estas omisiones consistió en que no se tuvo
prácticamente en cuenta... (Continuará...)
(*) Teniente coronel ® y fundador de las Tropas Coheteriles
1 Declaraciones hechas por el comandante Fidel Castro en la
Conferencia Tripartita sobre la Crisis de Octubre, celebrada en La
Habana, Cuba, en 1992.
2 Shriver, María: Misiles en el... Ob. Cit.
3 Blight, James G. y Welch, David A.: On the brink, Americans and
Soviets Reexamine the Cuban Missile Crisis. The Noonday Press, New
York, 1990
4 Operación Estratégica "Anadir" ¿Cómo... Ob. Cit.
Entregas anteriores:
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Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (VI): La travesía, ¿en qué
condiciones?
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Octubre de 1962: la mayor
crisis de la era nuclear (V)
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Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (IV): ¡Manos a la obra!
· Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (III): Algunos errores de
apreciación
· Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (II): Nacimiento y
aprobación de la Operación “Anadir”
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Octubre de 1962: la mayor crisis de la era
nuclear (I): Surge una idea audaz e
inesperada |