Con una fuerte impronta comunitaria, que puso de relieve el arraigo popular de las tradiciones, culminó en Cienfuegos el VI Encuentro Internacional de la Rumba Timbalaye 2014.
En el barrio La Gloria, los vecinos se sumaron en plena calle a las danzas y los toques de las agrupaciones locales rumberas y portadoras de otras expresiones de origen africano en una jornada de más de tres horas de duración bajo el implacable sol veraniego.
Como novedad, los integrantes del proyecto Trazos Libres, liderado por el pintor Santiago Hermes, ejecutaron una acción performática que conjugó la improvisación pictórica con los rituales de la percusión y la danza.
Llamó también la atención el modo en que jóvenes músicos asumen creativamente las variantes de la rumba, como es el caso de Rumba Lay, ganador el año pasado de la Beca de Interpretación Tata Güines, otorgada por la Asociación Hermanos Saíz y Timbalaye.
El cierre de la jornada reunió a los rumberos ante la escultura de Beny Moré, obra del artista José Villa Soberón erigida en el Paseo del Prado, donde rindieron homenaje al genial músico lajero en el aniversario 95 de su nacimiento.
La agenda del encuentro en esta ciudad había comenzado cerca del mediodía en el Panteón de Gil, vecindad así llamada por albergar un modesto monumento que honra la memoria del oficial dominicano Dionisio Gil, quien luchó junto al mambisado en la guerra del 95.
Gente muy humilde, trabajadores del puerto y de los ferrocarriles, vendedores ambulantes y oficiantes de menesteres de sobrevivencia, rumbearon durante la primera mitad del siglo pasado y dieron carta de identidad a esa comunidad. Se trata, como comentó Orlando García, presidente del Comité Provincial de la UNEAC, de una señal que debe ser atendida y potenciada en la trama cultural actual de la ciudad.
Tanto en el Panteón de Gil como en La Gloria, acompañaron a los rumberos y al público Lidia Ester Brunet, miembro del Comité Central del Partido y su primera secretaria en la provincia. Ulises Mora, presidente de Tiimbalaye, resaltó la pujanza de los rumberos cienfuegueros, y sobre todo el hecho de que su fundamento tenga lugar en los barrios, de donde salió y permanece la rumba.
Con anterioridad Timbalaye vivió momentos estelares en Matanzas, donde además de presentaciones de agrupaciones yumurinas de notable desempeño, se incorporó la muestra de niños y jóvenes en el Callejón de las Tradiciones, enclave ganado para la cultura de la convivencia y la solidaridad en Pueblo Nuevo.
Admirable resultó también el rescate de los valores folclóricos asentados en los barrios. La Asociación de Mujeres Rumberas promueve la revalorización del Bando Azul fundado en 1910.
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