
La música es el fiel reflejo de la vida de un pueblo, como una fotografía, un bajo relieve de cada momento de un país. En Cuba, desde los tiempos de los areitos, máxima expresión de las artes musicales y poéticas de los indios antillanos en la etapa precolombina, se unió a la danza, la hechicería y la magia.
Cuando llegaron los colonizadores españoles, estos desembarcaron con guitarras y canciones. Le siguieron los negros africanos con sus ritmos y, en sus mentes, las ideas de reproducir sus propios tambores.
Más adelante arribaron los chinos, hindúes y muchas otras nacionalidades. Todas estas culturas tan diversas, lógicamente resultaban raras.
El historiador Manuel Moreno Fraginals escribe que “lo que pudiéramos llamar aportes culturales africanos a la América Latina y el Caribe, son las resultantes de una cruenta lucha de clases, de un complejo proceso de
transculturación-deculturación”.
Por consecuencia, la cultura cubana desde sus inicios en el siglo XVI, fue una cultura de resistencia. “Es resistente en el sentido más cabal de la palabra —asegura Alejo Carpentier—, resistente a todas las influencias extranjeras que hubieran podido desalojarla del ámbito propio. Cuba debe mucho a sus músicos populares en lo que se refiere a una afirmación de los caracteres propios ante el mundo”.
Una vez que en Cuba se funde la música negra africana con la hispana, los músicos cubanos la van transformando en música criolla, nacional. Entonces comienza a nacer una música más rica, viva y universal.
Todo lo que llegaba a la Isla pasaba por el ánimo popular para convertirse en sistema propio. “Y es que la música popular que se iba creando en el país —sigue diciendo el musicólogo Alejo Carpentier—, era tan fuerte que devoraba los patrones recibidos, haciéndola cosa suya… La contradanza cubana había devorado a su progenitora”.
La mayor de las Antillas se convierte en un crisol de culturas, por un lado arribaban de todo el mundo cantantes, músicos, agrupaciones musicales, compañías artísticas del más alto nivel. Venían a “hacer América”, vale decir: trasladarse con sus huestes artísticas al nuevo continente para realizar una gira por las principales capitales de estas tierras americanas y llenarse los bolsillos de dinero.
A Cuba vinieron cantantes como Enrico Caruso, Mario del Mónaco, Tita Ruffo y Victoria de los Ángeles. Músicos de la talla de Jascha Heifetz, Yehudi Menuhin, Sergei Rachmáninoff, Vladimir Horowitz y Sergei Prokofieff.
A su vez exportaba ritmos y danzas trepidantes, cantantes famosos como Rita Montaner, Fernando Collazo, Esther Borja, Antonio Machín, Ignacio Villa (Bola de Nieve), Elena Burke, Omara Portuondo, Miguelito Valdés, Vicentico Valdés; músicos como Ernesto Lecuona, José White, Nilo Menéndez, Moisés Simons, Eliseo Grenet, Panchito Riset y muchos más.
De la música cubana se han alimentado la mayoría de los ritmos de América Latina, a través de la habanera, la conga, la rumba, el bolero, la criolla, el danzón, la rumba, el son, el mambo, el cha cha chá y hasta la pachanga.
La música cubana está en el sonido perenne de todo el continente, en las emisoras de radio y las victrolas. En el gran momento del siglo XX, cada un minuto sonaba una canción o música de Cuba, como un continum sonoro.
En esos medios se escuchaban las voces de Miguelito Valdés, Benny Moré, Abelardo Barroso, Esther Borja, Barbarito Diez, Roberto Faz, Fernando Álvarez, Celina González, Merceditas Valdés, Orlando Contreras, Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, Olga Guillot, Elena Burke, Omara Portuondo, Compay Segundo, Polo Montañez, pero también a duos y orquestas comoLos Matamoros, Los Compadres, La Sonora Matancera, El Casino, Melodías del 40, Aragón, Sensación, Fajardo y sus Estrellas, La Riverside.
Canciones con melodías inolvidables se cantan por todo el mundo en diversos idiomas: El manisero, Siboney, Quiéreme mucho, Guajira Guantanamera, Yo soy el punto cubano, Una rosa de Francia, Aquellos ojos verdes, El que siembra su maíz, Lágrimas negras, Échale salsita, Nosotros, Dos gardenias, Contigo en la distancia, La gloria eres tú, La engañadora, El bodeguero, No puedo ser feliz, Mamá Inés, Veinte años, Cuba que linda es Cuba, Vendaval sin rumbo, Imágenes, Tú me acostumbraste y el célebre Chan Chan.
Ahora nuevamente Cuba se pone de moda, se están rompiendo viejas barreras impuestas contra el país unilateralmente desde el exterior de sus fronteras y artistas de todo el mundo quieren presentarse y visitar La Habana. La lista se incrementa y ahí están las fulminantes visitas de Beyoncé y Jay-Z; y hace solo unos días la de Katy Perry.
Millones de amigos ponen la mirada sobre nuestro archipiélago: “Cuba tiene gusto por la fiesta, vocación por la grandeza, una tierra hospitalaria y amorosa”, señalaba el Papa Francisco en su primera visita pastoral a Cuba.
La música cubana merece un aparte cuando se celebra elDía de la Cultura Cubana,el 20 de octubre, fecha que celebra ese díade1868 en la ciudad de Bayamo, cuando los independentistas bajo el mando de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, liberan la urbe del dominio colonial español y el patriota Perucho Figueredo revela la letra de La Bayamesa, himno revolucionario orquestado por el músico Manuel Muñoz Cedeño, que devendría en Himno Nacional cubano.
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carlos oliveto dijo:
1
24 de octubre de 2015
18:18:31
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