A los múltiples homenajes que se tributaron por estos días en La Habana al genial comediante inglés Charles Chaplin —en el marco del festival que lleva su nombre— se sumó también la literatura al presentarse, en el capitalino Centro Dulce María Loynaz, el libro Créditos de Charlot, de la poetisa Fina García Marruz.

El libro, que vio la luz en 1990 por ediciones Vigía y ha sido considerado uno de los diez libros más destacados de ese año, rinde tributo al personaje ya centenario de Charlot, el vagabundo generoso y taciturno creado por el propio Chaplin, punto de mira de la Marruz, para recrear con total sencillez y franqueza su deslumbramiento por el cine y por los pasajes charlotescos que más la impactaron dentro de la filmografía del actor.
Roberto Méndez, presentador del libro, explicó que en la actual edición —que rubrica en esta ocasión Casa de las Américas— aparece un poema a modo de prólogo que la autora decidió incluir. Titulado Con una súbita vehemencia (Canción de Candilejas), la pieza no altera la estructura natural del poemario, que consta de 40 textos en los que afloran con exquisito lirismo escenas y personajes con los que interactuó el genio británico.
Méndez refirió que la complicidad entre la autora y el personaje es perfectamente explicable, si se tiene en cuenta que “su poética busca dar relieve a lo humilde, a aquello que tiene una apariencia tan sencilla y cotidiana que es ignorado por casi todos”.
Acercarse a Créditos… resultará para el lector un magnífico ejercicio intertextual, en el que la versión poética de Fina sobre el bregar de Charlot por el mundo del cine constituirá todo un saldo espiritual. Las escenas aludidas en el libro invitan al recuerdo siempre bienvenido del personaje, que nació cuando Chaplin improvisó un personaje de vagabundo que pronto se convertiría en una celebridad.
Entre los más breves textos del libro destaca Cine mudo, de marcada elocuencia: No es que le falte / el sonido, es que tiene / el silencio.
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