En un hotel especialmente engalanado para la ocasión –desde que el visitante arribaba al Iberostar Selection Ensenachos, sabía que algo importante iba a ocurrir– concluyó el Ballet Nacional de Cuba (BNC) nuevos compromisos profesionales en el teatro de esa instalación turística de Cayo Santa María.
Para esta segunda temporada –el debut del BNC en ese importante polo turístico tuvo lugar en diciembre de 2023, como parte de los festejos por el aniversario 75 de la fundación de la compañía–, el conjunto danzario, dirigido por la primera bailarina Viengsay Valdés, presentó un programa integrado por escenas de Cascanueces y El lago de los cisnes, en versiones de Alicia Alonso, sobre las coreografías originales de Liev Ivánov; Didenoi, de Maruxa Salas; Muto, de Alberto Méndez; Imago, de Ely Regina Hernández, y Dionaea, de Gustavo Herrera.
Tres funciones con igual programa, protagonizadas por los primeros bailarines Sadaise Arencibia, Grettel Morejón y Yankiel Vázquez; el bailarín principal Ányelo Montero; los solistas Gabriela Druyet, Luis Fernández, Jorge Guerra, Estefanía Hernández y Alianed Moreno; los corifeos Paloma Blanco, Dairon Darias y Laura Kamila, y los bailarines Ernesto Acevedo, Marcos Damián, Nadila Estrada, Ixán Ferrer, José Ángel González, Yotuel Méndez, Bertho Rivero, Ángel Rojas y Roque Salvador.
En la función que clausuró la breve temporada, los artistas del BNC recibieron muy gratas sorpresas. Los directivos del hotel tuvieron la iniciativa de realizar un brindis para reconocer a dos figuras de la compañía que este año festejan importantes aniversarios: el primer bailarín de carácter, maître y profesor, Ernesto Díaz, que celebra los 25 años de su debut profesional (su primera actuación como bailarín profesional ocurrió el 17 de julio de 1999, en la sala García Lorca del hoy Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, en el ballet Rara avis, de Alberto Méndez), y la primera bailarina Sadaise Arencibia, que al igual que Ernesto Díaz, debutó profesionalmente ese día y en el mismo ballet, interpretando el papel principal –el pavorreal– en el primer movimiento.
Por su parte, Sadaise celebra el aniversario 25 de su debut en el papel protagónico de Dionaea, personaje que interpretó en esas tres funciones, y los 15 años de su promoción oficial a la categoría artística de primera bailarina.
Y en medio de agasajos y de enhorabuenas, otra gran sorpresa que fue, igualmente, un gran estímulo y satisfacción para todos los integrantes del BNC: la presencia, el saludo y la felicitación de dos figuras emblemáticas de la danza iberoamericana: Ofelia González y Pablo Moré.
EXPONENTE ENALTECEDOR DE LA CULTURA CUBANA
No es práctica habitual del BNC este tipo de presentaciones; en cambio, tampoco es para la compañía una «rareza» inédita. Valga recordar que, a principios de 1983, la agrupación, bajo la dirección general de Alicia Alonso, debutó en el Anfiteatro de Varadero, el famoso escenario creado para los Festivales Internacionales de la Canción. La experiencia fue tan exitosa, que propició, años después, la firma de un contrato para que todas las compañías del Gran Teatro de La Habana, que entonces dirigía nuestra prima ballerina assoluta, es decir, el BNC, la Ópera Nacional de Cuba, y la Comedia Lírica Gonzalo Roig, se presentaran periódicamente en ese reconocido centro turístico internacional que llegó a ser una de las subsedes del 10mo. Festival Internacional de Ballet de La Habana, celebrado en 1986.
La presencia de grandes artistas en instalaciones turísticas es, de igual manera, de todos los países y épocas. Una de las grabaciones más sensacionales de la gran mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli es un recital que ofreció en 1992, en los inicios de su carrera, en el Hotel Savoy (The Savoy Hotel) de Londres, con arias y escenas de Caldara, Paisiello, Vivaldi, Mozart y Rossini, acompañada al piano por Georg Fisher.
Como cubano, aplaudo la iniciativa de los directivos del hotel Iberostar Selection Ensenachos, de Cayo Santa María, de presentar al BNC en su teatro, y se le agradece a Viengsay Valdés la inteligente decisión de aceptar esa propuesta.
Cuando un turista elige un sitio determinado, lo hace, entre otras razones, motivado por los atractivos de ese lugar, por el interés que le despierta el destino elegido. Presentar al BNC o cualesquiera otras de nuestras importantes compañías o solistas (danzarias, teatrales, musicales, líricas...) le permite al visitante conocer una perspectiva más amplia y diversa de lo que tradicionalmente se le ha ofrecido como «cultura cubana», se le acerca a un universo otro (más allá de los manidos «tópicos cubanos» a los que por lo general tiene acceso) y lo motiva a apreciar, y en algunos casos descubrir, atracciones culturales quizá impensadas.
En fin, esta iniciativa es una estupenda oportunidad de aprovechar nuestro patrimonio, promoverlo, y a la vez ofrecerle al visitante extranjero lo mejor y enaltecedor de la cultura nacional.












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