Cuando aquella noche del 28 de junio de 1841, la antigua sala de la Ópera de París en la Rue Pelletier acogía el estreno de Giselle, en pleno apogeo del estilo romántico, nadie era capaz de imaginar que ese día nacía una de las obras inmortales en la historia de la danza escénica. Había pasado poco tiempo del encuentro del bailarín y coreógrafo francés Jules Perrot y Carlotta Grisi, en el Teatro San Carlo de Nápoles, cuando este logró llevar a la joven bailarina italiana al gran teatro de la capital francesa. Una sumatoria de talentos, entre ellos los del coreógrafo Jean Coralli, el compositor Adolphe Adam y los diseños de Paul Lormier y Pierre Ciceri, le dieron vida a un libreto inspirado en leyendas germánicas, recogidas por el poeta alemán Heinrich Heine y confeccionado por Theóphile Gautier y Vernoy de Saint Georges. Nacía así, escénicamente, la inmortal tragedia de la joven campesina devenida willi por una traición de amor.
Cuando en 1968 logré rescatar la fecha del debut de Alicia Alonso en el rol principal de Giselle, sentí una gran satisfacción personal y profesional, porque sabía que había logrado esclarecer una fecha trascendental en la historia de la danza. Como se conoce, su debut tuvo lugar el 2 de noviembre de 1943 en el Metropolitan Ópera House de Nueva York con el Ballet Theatre, teniendo al inglés Anton Dolin como su primer Albrecht.
Alicia dió un paso decisivo en pro del ballet cubano, al montar una versión de ese famoso clásico del romanticismo con los alumnos de la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana, en la que tuvo a su primer Albrecht cubano, Fernando Alonso. A esa función se sumaron dos valiosas figuras del ballet estadounidense, Rosella Hightower y Semeon Semenoff, en los roles de la Reina de las Willis e Hilarión, respectivamente.
Sin embargo, el gran momento de esa trayectoria cubana de Giselle-Alonso comenzó el 30 de octubre de 1948, a dos días de la fundación del hoy Ballet Nacional de Cuba, cuando ella misma montó su versión para la novel compañía.
Alicia interpretó tan célebre ballet con su compañía en Cuba durante 45 años, desde esa fecha del 30 de octubre de 1948 hasta la noche del 2 de noviembre de 1993, en que junto al joven bailarín Lienz Chang recreó escenas del segundo acto, en la Gala celebrada en el Gran Teatro García Lorca para conmemorar el 50 aniversario de su debut en el rol titular. Su versión coreográfica e interpretación personal de ese rol han sido un legado de ella a nuestra cultura y un aporte también a la cultura danzaria mundial, ya que su versión coreográfica, considerada por muchos la mejor de la escena contemporánea, ha sido llevada a prestigiosas agrupaciones danzarias como el Teatro Griego de Los Ángeles, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Ballet de Bellas Artes de México, la Ópera de París, el Teatro San Carlo de Nápoles, la Ópera de Viena y el Ballet del Teatro Teresa Carreño de Caracas.
La fama de Giselle, en la versión coreográfica de la Alonso ha mantenido su vigencia hasta nuestros días y el Festival Internacional de Ballet de La Habana ha sido un justo marco para rendirle tributo. En esta vigésimo séptima edición, subirá a la escena de la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, como un homenaje al 79 aniversario del debut de la impar cubana en el rol protagónico de la obra, lo que ha provocado el entusiasmo de todos los que esperan el rencuentro con tan famosa obra.
La actual directora del Ballet Nacional de Cuba Viengsay Valdés, identificada con esta hermosa tradición ha programado un ciclo dentro del evento que incluye cinco funciones de Giselle, en las que alternarán los protagónicos estrellas cubanas y extranjeras: Anette Delgado con el español Ricardo Castellanos (octubre 28), la rusa María Kochetkova con el español Joaquín de Luz (octubre 29), la cubana Yolanda Correa con el ruso Semyom Chudin (octubre 30) y el cubano Dani Hernández con la italiana Sussana Salvi (noviembre 1ro).
De especial connotación tendrá el final de esas representaciones, el 2 de noviembre, fecha del 79 aniversario de Alicia en Giselle, que marcará la reaparición escénica de Viengsay Valdés donde estará acompañada por el italiano Jacopo Tissi.
Revive con total vigencia la afirmación del crítico argentino Fernando Emery quien seis décadas atrás vaticinó «Alicia Alonso nació para que Giselle no muera» y así ha sido para orgullo de todos los cubanos y los amantes del ballet a nivel mundial.
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Mario Pasa dijo:
1
30 de octubre de 2022
12:56:28
Me encanta Barbara Eden dijo:
2
30 de octubre de 2022
12:56:51
Gloria Blanco dijo:
3
30 de octubre de 2022
13:00:50
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