El morbo y la adicción van de la mano. Pero, si se toma distancia, es posible separar la paja del grano, advertir costuras, calibrar rutinas, y desechar lo superfluo. Esto no garantiza salvarnos del aburrimiento, mas al menos tener una perspectiva de lo que nos venden como producto audiovisual de alto consumo.
Es lo que sucede una y otra vez, casi siempre, salvo excepciones, cuando, como un ritual, asistimos martes y jueves a los materiales que exhibe el espacio que Multivisión ha titulado de manera genérica Documental forense.
Nada que ver con la respetable tradición de realizaciones de temática detectivesca o policial, ni del denominado cine negro ni del thriller que explota la emoción del suspenso. No se trata tampoco de la inmersión del cine documental, unitario o seriado, en el desmontaje de tramas oscuras como la de ¿Quién mató a Garreth Phillips? (HBO, 2019) que puso al descubierto las fallas y prejuicios raciales del sistema judicial en Estados Unidos, o Wormwood (Netflix, 2017), revelador del trasfondo de un experimento ilegal que costó la vida del científico Frank Olson, quien trabajaba para la CIA.
Documental forense es la ventana abierta por la TV Cubana para que entre en los hogares parte de la programación del canal ID Discovery, una plataforma especializada en la transmisión de documentales, más bien reportajes, dedicados exclusivamente a casos criminales resueltos o sin resolver.
Negocios son negocios y la competencia obliga. Lo que comenzó siendo, en 1985, un muy atendible canal consagrado a la divulgación científica y tecnológica, y aún con desiguales y controvertidos resultados en el abordaje de la historia, se fue diversificando y encontró un filón con la implementación de id en 2008, irradiado hacia América Latina y España en 2012.
Los nombres de los agrupamientos temáticos dan fe de ello: Mentes asesinas, confesiones escalofriantes, Asesinatos en familia, las verdaderas mujeres asesinas, Amores tóxicos, Asesinos seriales, Apariencias que engañan y otros por el estilo. ¿Sensacionalismo y sexismo? Claro que sí.
Entre las «perlas» más recientes vistas aquí, estuvo el último jueves, por ejemplo, un capítulo de la colección Pasiones peligrosas. A los televidentes cubanos no les dice mucho el gancho utilizado para la conducción a la mexicana Itati Cantoral, famosa por sus papeles de villana en unos cuantos culebrones. Su fichaje respondió a la idea de «telenovelar» tramas de amores fallidos que desembocan en actos criminales. Bastante burdo y descafeinado fue, por cierto, el que presentó Multivisión, con el añadido de que reprodujo sin disimulo el estereotipo del latino desvergonzado.
En la mayoría de los materiales de esa y otras etiquetas no abunda la elaboración artística ni el calado investigativo: proliferan los pueblitos tranquilos alterados por un homicidio, reconstrucciones dramáticas acartonadas, entrevistas en un solo sentido y, si acaso, algún que otro testimonio visual. Como cada entrega está concebida para ser interrumpida por la publicidad, aquí suena raro que se reiteran tres o cuatro veces los elementos que dan cuerpo a la historia. Amarillismo puro con apariencias edulcoradas.
La profesora Amanda Vicary, de la Universidad de Wesleyan, Illinois, señaló en un estudio que ver crímenes reales como los de este y otros canales, permite al espectador «adentrarse en el lado más siniestro de los seres humanos desde la comodidad del sofá». A la vez alertó: «Consumir estos productos en exceso intensifica la sensación de paranoia y bloquea a la hora de asumir riesgos. Es cierto que no todos los seguidores acérrimos de crímenes reales sufren efectos secundarios, además de que cada persona tiene distintos niveles de tolerancia a la cantidad y el tipo de contenidos que consumen. Pero si cada vez te parece más perturbador o sientes que la obsesión empieza a deteriorar tu rutina, es hora de tenerlo en cuenta».
Puede haber efectos peores en el orden cultural: la anulación de la capacidad crítica y la banalización de la recepción televisual. Porque de cada diez entregas de ID Discovery en Documental forense, ocho o nueve son insustanciales.
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Raquel dijo:
1
16 de febrero de 2021
09:14:39
idermis dijo:
2
16 de febrero de 2021
10:48:04
Ivette Respondió:
16 de febrero de 2021
13:27:29
Selene dijo:
3
16 de febrero de 2021
13:14:28
Ivette dijo:
4
16 de febrero de 2021
13:32:39
libera dijo:
5
16 de febrero de 2021
13:39:31
Alina dijo:
6
17 de febrero de 2021
07:37:57
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