BARACOA, Guantánamo. —A un puente peatonal, en Vega Larga, lo derrumbó la crecida. En el consejo popular de Cabacú fueron inundados seis barrios. A los niños de una escuela especial hubo que evacuarlos; y también se reportaron autoprotegidas varias familias.
Ocurrió todo en la alborada del sábado, sobre la cuenca del Miel, ese río baracoense que, cuando llueve fuerte en el lugar donde nace, trastoca en cólera ingobernable su corriente mansa y cristalina.
Al amanecer sabatino, la lluvia, recia desde la noche anterior en las cordilleras al oeste de La Primada, saturó los ríos de Sabanilla y La Mina, tributarios ambos del Miel, con el que comparten cuna en las cuchillas de Baracoa.
Esas montañas, según informe de la dirección de Recursos Hidráulicos en Guantánamo, citado por la meteoróloga Raisa Rodríguez Ramírez, recibieron 110 milímetros (mm) de precipitaciones en 24 horas, hasta las siete de la mañana del sábado.
Demasiado para un río corto, con pendientes pronunciadas en su recorrido, alimentado por otros ríos y por unas cuantas cañadas, perfil similar al de la inmensa mayoría de las 29 corrientes fluviales que atraviesan a Baracoa.
La subida del Miel alcanzó cotas sin precedentes en el recuerdo, dicen algunos. A Vega Larga y La Mina las dejó parcialmente incomunicadas, y, según Eider Milhet Laborí, vicepresidente del Consejo de Defensa Municipal, ocasionó daños -aún por contabilizar- en hogares, organopónicos y patios agrícolas ubicados cerca de las márgenes del río.
También el Duaba y el Mosquitero abandonaron sus cauces, informó Eider a Granma. En el cacaotero valle del Jamal los pluviómetros registraron 147,2 mm de precipitaciones en 24 horas, confirmó por su parte el Centro Meteorológico de Guantánamo.
Las máximas autoridades políticas y del gobierno en La Primada y el Alto Oriente recorrieron las zonas afectadas, e intercambiaron con pobladores. No se reportan pérdidas de vidas humanas.




















COMENTAR
Responder comentario