Francis Ford Coppola estrenó en marzo de 1972 El Padrino, que por méritos propios se ha convertido en una película de culto. En 1974 llegaría la primera secuela, considerada igualmente entre los mejores filmes de todos los tiempos, y diez años más tarde la última de la saga, siempre infravalorada.
Ahora la televisión cubana retransmite la espectacular trilogía, y cinéfilos o no pueden comprobar que pasan los años, casi medio siglo de la primera, y pueden verse como si hoy se estrenaran.

Para llevar El Padrino a la pantalla, el director Coppola se hizo cargo del guion junto a Mario Puzo, autor de la novela homónima, y logró una magna obra.
Las tres cintas cuentan con una ambientación soberbia, una fotografía maravillosa y una banda sonora sin igual (¡ese vals!), debida a Nino Rota, que anuncia siempre los grandes momentos.
Naturalmente, los actores pasan a un primer plano, brillantes todos los protagónicos: Marlon Brando como Vito Corleone, reiterando que fue un maravilloso actor; Al Pacino, con su cambiante Michael Corleone, en las tres entregas, hasta aquel grito de dolor inescuchable que hiela la sangre; el excelente Fredo de John Cazale; el Sony de James Caan, y un escalofriante Robert de Niro como el joven Vito.
Revisitando la saga quiero solamente destacar algunas escenas inolvidables y frases que algunos dicen, decimos, sin citar haberlas tomado de El Padrino.
¿Escenas? El asesinato de Sony, la venganza de Michael mientras bautiza a su sobrino, hijo de Connie (Thalia Shire) y el duelo actoral Brando-Pacino durante la última conversación antes de la muerte de Vito Corleone.
Recordemos algunas frases: «cada hombre tiene su propio destino» (primer filme), «le haré una propuesta que no podrá rechazar» (segunda entrega) y, «justo cuando creía que estaba fuera me vuelven a involucrar» (tercera).
Lo dicho, la trilogía de El Padrino, de Francis Ford Coppola, es una propuesta que no pudimos rechazar. Cine en mayúscula.












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Tamara dijo:
1
26 de marzo de 2021
12:31:45
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