Doha, Qatar. «El desarrollo social no es posible sin paz, sin solidaridad y sin justicia global», afirmó este miércoles Jesús Otamendiz Campos, ministro de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, al intervenir en la Mesa Redonda dedicada a evaluar las brechas y retos en el cumplimiento de los compromisos de la Declaración y el Programa de Acción de Copenhague, en el contexto de la segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social.
A nombre de la delegación cubana —que preside el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz—, Otamendiz Campos recordó que hace 30 años, la comunidad internacional se unió en Copenhague alrededor de una visión audaz: un mundo libre de pobreza, con empleo pleno y productivo, y fundado en la integración social, y que actualmente, ese compromiso sigue siendo tan urgente como entonces.
«A nivel global los avances han sido desiguales y frágiles, persisten desigualdades estructurales profundas y un sistema económico internacional que no responde a las necesidades de desarrollo de nuestros países», señaló Otamendiz Campos y dijo que el incumplimiento de los compromisos de financiamiento para el desarrollo y la creciente crisis de la deuda, hacen que sean cada vez más una quimera los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En medio de este contexto adverso y exacerbado por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba, como explicó el Ministro, el país alcanza notables resultados en materia social y avances en el cumplimiento de la Agenda 2030, a través del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y sus macroprogramas y proyectos, entre ellos, el de Desarrollo humano, equidad y justicia social.
Además, detalló que este incluye, entre otros, un Programa de trabajo digno con políticas inclusivas para garantizar el acceso a empleos de calidad, reduciendo la informalidad; así como el reconocimiento a nuevos actores económicos que han impactado favorablemente en la generación de empleos con prioridad en jóvenes y mujeres y las zonas rurales.
Otamendiz Campos destacó que, en el 2022, Cuba dio un paso significativo en la modernización de su marco legal con la aprobación del nuevo Código de las Familias. «Esta legislación se erige como un pilar para la garantía de los derechos de todos los grupos sociales, con especial atención a aquellos en situación de vulnerabilidad, fomentando la protección de las familias desde una perspectiva integral y multidisciplinaria.
«Entre sus ejes fundamentales, el Código se orienta a la erradicación de la discriminación y la violencia, al tiempo que consagra principios esenciales como la pluralidad y diversidad familiar, la responsabilidad parental compartida, la solidaridad intergeneracional, el respeto irrestricto de la voluntad y preferencias de las personas mayores, así como de los derechos de niños, niñas y adolescentes».
El Titular de Trabajo y Seguridad Social se refirió, también, a otros pasos dados por Cuba para el cumplimiento de los compromisos de la Declaración y el Programa de Acción de Copenhague e impulsar la implementación de la Agenda 2030 como mantener el acceso universal y gratuito a la salud, la educación, la cultura y el deporte. Asimismo, continuar compartiendo nuestras experiencias y buenas prácticas a través de la cooperación Sur-Sur y Triangular.
Al final de su intervención, recordó el discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en Copenhague, en 1995, y señaló que repartirse mejor las riquezas del mundo entre todas las naciones y dentro de las naciones ese sigue siendo nuestro camino. Entonces, convocó a trabajar «para que las próximas generaciones hereden dignidad, no desigualdad».
En el Centro Nacional de Convenciones de Qatar sesiona hasta este jueves la segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, en la cual sus participantes renuevan al más alto nivel su compromiso con la justicia social, asegurando que nadie quede atrás en ese necesario camino común hacia el desarrollo sostenible y el mundo mejor que debemos construir.















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