En la periodización del arte cubano, Carlos Enríquez ocupa un lugar prominente en la primera ola de la vanguardia del siglo XX, junto a Víctor Manuel, Eduardo Abela, Wifredo Lam, Arístides Fernández, Amelia Peláez, Fidelio Ponce, Marcelo Pogolotti, Jorge Arche, Rafael Blanco y Antonio Gattorno. Pero lo más importante en ese y la mayoría de los ejemplos citados, radica en saber al pintor instalado en la vanguardia permanente, con muchas razones conceptuales, expresivas y emocionales que ofrecer a los cubanos del siglo XXI.
Es por ello que la mejor manera de recordar al artista ahora, cuando se cumple el aniversario 120 de su nacimiento en Zulueta (3 de agosto de 1900), consiste en reactualizar la mirada sobre sus cuadros emblemáticos y continuar promoviendo sus valores en cuanto espacio sea posible.
El Museo Nacional de Bellas Artes asume su misión al preparar un recorrido virtual inédito, atemperado a estos tiempos de pandemia, con motivo de la celebración y de anunciar la reorientación museográfica de las salas del tercer piso del Edificio de Arte Cubano dedicadas a Enríquez, Amelia y Lam.
La sensibilidad cultivada de nuestros días siempre agradecerá la visión de El rapto de las mulatas, Paisaje criollo, Eva en el baño, Desnudos y los dibujos magníficos en los que confirmó su absoluta maestría. En esta última especialidad no podemos obviar su relación con la vanguardia literaria cubana, de manera especial las ilustraciones que acompañaron la monumental Elegía a Jesús Menéndez, de Nicolás Guillén. Ni olvidar tampoco su creación novelística con títulos como Tilín García, La vuelta de Chencho y La Feria de Guaicanama.
Félix Pita Rodríguez, quien fue su amigo, caracterizó el legado del artista con estas palabras: «Su pintura es ese estado de gracia, ese absoluto insondable en el que todo valor prima por sí mismo, en el eterno y misterioso juego de la creación pura, del que el artista es tan solo el transmisor sensible, el ángel irresoluto y fatal. Para la plástica cubana, la significación de Carlos Enríquez es la de un alba, un manantial, un descubrimiento».












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