BAYAMO, Granma.–Al alba de este domingo la Cultura Cubana calzó espuelas, montó a caballo, y en la remembranza de un Perucho jinete sobre la reunión de un pueblo enardecido, cantó a la Patria otra vez el himno de combate y celebró su día en versos y compases.
En horas tempranas, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, publicó en su cuenta en Twitter: «Día de la Cultura Cubana, espada y escudo de la nación, que hace 151 años canta: ¡Morir por la Patria es vivir!», y en otro mensaje añadió: «Abrazos a nuestros compatriotas (…), especialmente a nuestros artistas y creadores, sostén espiritual de la Patria».
En la misma plaza bayamesa que legó al país, 151 años atrás, la insigne marcha de guerra, cubanos de todas las generaciones acudieron a la rememoración de la primera entonación pública del himno independentista, y festejaron la herencia que el suceso épico dejó: el Día de la Cultura Nacional.
De Cecilia Valdés al son «A Bayamo en coche», del «Cómo fue» del Benny al «Now» de Santiago Álvarez, la tribuna resultó un desfile de esencias de lo cultural cubano que espabilaron el ánimo reverente.
La zarzuela emblemática, los coros Profesional y de niños, el repentista Emiliano que paró el verso cantado para hablarle un momento la poesía a Alicia Alonso, Rumbatá diciendo en clave de tambor «Yo me muero como viví», todas confirmaciones de aquello que Loraine Rodríguez, directora de Cultura en Granma, convocó: «Pongamos el linaje espiritual en función de lo presente».
Había dicho, empezando, que la esencia de una nación está en su memoria, recordó a Céspedes en el bicentenario, el parto del Himno, la hoguera libertaria con que Bayamo en llamas declaró su resolución irreversible a la Metrópoli y acrisoló hondos sentimientos patrios; que por tanto esta fiesta –la de la Cubanía, clausurada ayer–, es la ocasión perfecta para celebrar herencia, mestizaje y todo lo que somos.
Fiesta se llama, es verdad, esta cita bayamesa anual de lo intrínseco cubano, tanto como es real el amplio abanico de razones que la argumentan desde lo fundacional, lo histórico y lo cultural; pero falta, a ojos vistas, que la justifiquen más, y la confirmen, la promoción y la asistencia efectiva de la gente.

A juzgar por el concurso popular en la mayoría de las actividades convocadas por un programa verdaderamente amplio y diverso, lo de Fiesta aún tiene más de decreto que de ambiente, de participación, de arrastre masivo y espontáneo.
Todavía no logra liberarse de ciertas soledades, como músicos que apenas tocan para los vecinos circundantes de una plaza pequeña, o conferencias valiosas que se dictan en auditorios escasos, salvados por colegas y otros afines del expositor.
A las culpas que siempre carga la difusión local –que faltó, porque en estos tiempos no solo bastan los medios tradicionales, sino las redes sociales, el altoparlante móvil, la vocería intencionada en barrios, escuelas, centros laborales– sumaría la necesaria invitación de un número mayor de figuras de alta convocatoria, tanto en lo popular como en lo intelectual, que acompañen, aúpen la fiesta y arrastren, tal cual hicieron Revé y Adalberto en sus plazas, el humor en un parque cerrado, Frank Fernández en un teatro, o el profesor Acosta De Arriba en la disertación inaugural sobre Céspedes.
Tal vez la seña más directa que nos llama a pensarlo y remediarlo de una vez, fueron las sillas vacías en la Plaza del Himno este día 20; algo que a pesar de lo temprano y del domingo, nunca antes pasó en tal rememoración.
La celebración de la Cubanía corresponde a la Isla entera, no a una ciudad o provincia, y aunque fue la tercera que nació, por idea de Hart, para cerrar con nosotros mismos –Cuba– ese ciclo de festejos que en Oriente ya tenían el Caribe en Santiago e Iberoamerica en Holguín, esta de Bayamo aun precisa brillo, trascendencia, capacidad de atracción y movilización popular, para que mucha más gente se estremezca en lo cubano, como aquellos que ayer en la Plaza del Himno vibraron, cantando alto y de pie, la marcha junto a la banda.
FELICITA PRESIDENTE CUBANO A BRIGADA JOSÉ MARTÍ
En ocasión de celebrarse el aniversario 15 de la creación por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República, envió un mensaje de felicitación a los miles de jóvenes que integran este movimiento en la nación.
La misiva fue leída por Susely Morfa González, miembro del Consejo de Estado y primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), en el acto nacional por la efeméride, que fue celebrado en el Complejo Escultórico Comandante Ernesto Che Guevara, de la ciudad de Santa Clara.
Díaz-Canel reconoció a los jóvenes «por la enaltecedora labor que realizan para llevar la cultura por todo el país». Destacó también que «hoy, cuando se impone una batalla campal contra el mal gusto y las vulgaridades, el ejército de la cultura, como lo definiera el Comandante en Jefe de la Revolución, Fidel Castro Ruz, cuyo teatro de operaciones fundamental, aunque no único, es la escuela, mantiene intacta la misión fundacional de enseñar el arte a nuestro pueblo, y sobre todo a los niños, para que aprendan a apreciarlo y disfrutarlo».
En la actividad, Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, resaltó el papel de la Brigada José Martí, y los llamó a continuar el legado de Fidel, quien aquel día los conminó a ser formadores de patriotas, formadores de revolucionarios y formadores de excelencias en el arte.
Estuvieron presentes en el agasajo las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en Villa Clara, Yudí Rodríguez y Alberto López, respectivamente, además de Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, y otros dirigentes.
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Francisco Ruiz dijo:
1
21 de octubre de 2019
05:50:15
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