ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Alexei Ratmansky trabajando en las nuevas dinámicas con el Ballet Nacional de Cuba. Foto: Alfredo Cannatello

El Ballet Nacional de Cuba acaba de enriquecer su repertorio con la obra de uno de los más eminentes creadores del momento actual: el ruso Alexei Ratmansky. Nacido en la ciudad de Leningrado, en 1968, se inició como intérprete al integrar el elenco del afamado Ballet del Teatro Marinsky, de su ciudad natal, denominada actualmente San Petersburgo. Su brillante carrera coreográfica se inició en 1998, con su ballet Sueños de Japón, creado para el Ballet de Georgia, y se ha hecho extensiva en conjuntos tan importantes como el Ballet del Teatro Marinsky, el Bolshoi de Moscú (del cual fue director artístico en el periodo de 2004-2008), así como el New York City Ballet, el Real Ballet Danés, el Ballet Nacional de Canadá y el Ballet de Zurich, entre otros. Desde 2008 es Coreógrafo Residente del American Ballet Theatre, en Nueva  York.

Su llegada a Cuba, esperada desde hace varios años, ha culminado con el feliz montaje de su ballet Concerto dsch, creado originalmente para el New York City Ballet, el cual lo estrenó en el New York State Theatre, el 29 de mayo de 2008. La obra, inspirada en el Concierto No. 2 f Major, Opus 102, del célebre compositor ruso Dmitri Shostakóvich, ha formado parte del repertorio de otras compañías danzarias, entre ellas el Ballet del Teatro alla Scala de Milán, en 2012, y del Ballet del Teatro Marinsky de San Petersburgo, en 2013. Su incorporación al quehacer de nuestra principal agrupación danzaria deviene verdadero acontecimiento, por más de una razón. La primera, porque viene a enriquecer el vasto repertorio creado por la compañía desde sus inicios; y en segundo lugar, porque enfrenta a nuestros bailarines a una nueva dinámica coreográfica, en la que se funden las influencias admirativas del coreógrafo por la obra de George Balanchine y su neoclasicismo, con el muy personal estilo de Ratmansky, en que el respeto al rigor académico se funde con las más atrevidas audacias. Un abstraccionismo lleno de sutilezas y sugerencias, para festejar la alegría de danzar y de vivir.

En momento más que oportuno nos llega una obra llena de vigor y optimismo. En su encuentro con la prensa, poco antes de partir, el prestigioso coreógrafo tuvo elogiosas palabras para el equipo con el que trabajó y para Alicia Alonso y la escuela cubana de ballet, por los cuales siente una gran admiración. Resultó de manera particularmente emotiva escucharle sus alabanzas por el rigor con que el Ballet Nacional de Cuba preservó la gran tradición balletística y la apertura mental que sintió en los bailarines para enfrentar y vencer los retos que plantea su coreografía.

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