ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La cohesionada pareja Ginett Moncho (Kitri)/ Ariel Martínez (Basilio) fue ovacionada en su Don Quijote. Foto: Nancy Reyes

Don Quijote es un ballet centenario, sin embargo, según se le interprete y recree, es vigente, entretenido y sigue sumando puntos en el público, que nuevamente llena la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso en la presente temporada. La dinámica versión cubana –cumple este 2018 sus 30 años– con coreografía de Alicia Alonso (dirección artístico-coreográfica), Marta García y María Elena Llorente, sobre la original de Petipá y la de A. Gorski, supera a todas las precedentes, primero por su fidelidad a la esencia hispánica y en su respeto a las relaciones música-danza.

Entre las notas de interés llegadas está, sin lugar a dudas, los debuts en diferentes personajes, de nuevas figuras, y otras que llevan ya un largo tiempo en el Ballet Nacional. Es el caso de la bailarina principal Ginett Moncho, quien desde la Escuela Nacional de Ballet mostró óptimas condiciones y ahora, 15 años después de entrar a la compañía, viste un protagónico por primera vez.

Tanto en el debut como en su segunda oportunidad coloreó su Kitri de un aura especial, lo que demuestra que bailando es como se hace el artista. Pero, además de su talento, ella exhibe hoy como ninguna otra de las «aspirantes» a papeles principales, un currículo en la compañía: porque conoce al detalle los diferentes estadios de la misma, y en tres lustros ha bailado todo –muy bien– desde distintas posiciones y ha escalado, quizá algo muy lento, en comparación con otros bailarines. Pero, por suerte, todo llega, y su personaje paseó por la centenaria escena con una elegancia y gracia perenne en cada uno de los tres actos.

Aunque en el segundo –en el sueño, como Dulcinea– fue diáfana, distante y su delicado adagio y lírico trabajo de brazos representó un alto momento. No hay dudas de que lleva en sí la huella de sus antecesoras. Bailó con técnica, inteligencia, y limpieza en esos movimientos que expresó con el alma de su personaje sin buscar efectismos. Su pantomima, radiante, personalizó la Kitri, habló hasta con su hermosa y clara mirada, exhalando picardía en cada gesto, como sincera expresión del fuego inherente del personaje.

A su lado, el novel Ariel Martínez, bailarín con mucho «ángel», quien volvió a entregar, ahora, un sincero Basilio, armado con unos deseos de bailar, exhibiendo sus condiciones técnicas como danzante –debe cuidar un poco la limpieza y posiciones-, pero seguro en sus saltos, y siempre atento a los mínimos detalles de su compañera, como buen partenaire.

Todo ello de la mano de una interpretación fresca, aunque debe perfilar ciertos matices, para entonar con el estilo.

Ambos integraron una pareja de fuerte identidad, que convenció.

En otros papeles en la función del 12 de enero, vale la pena subrayar la labor de la juvenil Chavela Riera, ataviada de un carisma especial, acompañada por un joven que ya ha bailado bastante, Patricio Revé (Espada). Con elegancia, perfección, un sumo cuidado en las posiciones, no exento de bravura técnica en algunos instantes, encarnó al torero con justeza y unidos realzaron también la puesta.

Muy bien se ha desempeñado en estas funciones el novel Darío Hernández (debut), como el hidalgo Don Quijote, al que sumó señorío y romántica semblanza; en tanto que el también debutante Roberto González, como Sancho Panza, es el contraste, lo salpicó de notas simpáticas. Las dotes histriónicas de Ernesto Díaz florecen en su Camacho, en el que vuelca con mucho tino las extravagancias y ridiculeces del atildado potentado, y junto a Lorenzo (Félix Rodríguez), un rol que ha hecho suyo en el tiempo, encarnan un dúo escénico que «roba» instantes por su histrionismo.

Sin duda, la familia de Don Quijote seguirá creciendo en estos días de enero.

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Yarissa Catá dijo:

1

22 de enero de 2018

12:16:52


Me parece mentira y me apoyo en lo escrito en este reportaje por su autor que una bailarina de tanta calidad probada haya tenido que esperar 15 años para hacer su primer protagónico,pensé que ya eso no pasaba en nuestra compañía. La carrera de un bailarín es de todos los días y poco a poco con mucho esfuerzo y disciplina se suben peldaños pero también es una carrera corta y me resulta casi increíble que pasaran 15 años para ver el potencial de esta bailarina

Eduardo dijo:

2

22 de enero de 2018

12:43:05


Sin dudas una excelente puesta en escena. La Orquesta del Teatro también fue muy aclamada en la noche q disfrutamos de la Obra. Lo único que empaña esta temporada es la venta de entradas: tenemos una cola para extranjeros y otra para cubanos !!! Yo entiendo sobre la importancia de recaudar divisas, sin dudas ....pero de ahí a que los turistas tengan precendencia sobre los nacionales y además los asientos mejores a su disposición me hace dudar de la pobreza de la forma. He visitado algunos países y asistido a teatros y cines, jamás vi una cola para comprar entradas donde priorizaran a los foráneos. Estando en la cola, vi a 2 jovenes extranjeras que cuando les indicaron que su cola era otra y q apenas acabadas de llegar, comprarían sus entradas, nos miraron y se disculparon...ahh y agradecer la gentileza del Seguridad que tendía la mano gentilmente a todas las damas extranjeras, cuando descendian por la escalera, después de comprar su entrada...aunque con las damas cubanas, no lo hacía.

Antonio castellon Loyola dijo:

3

22 de enero de 2018

15:04:22


Bien lo habian dicho que ni Fredi Aciel ni Vladimir iban a resolver el problema de industriales por su procedencia oriental.