La fusión en constante armonía del sintetizador, el xilófono, la flauta, el bombo y la guitarra, en un empeño por evocar la esencia de América Latina, se ha colado por televisores y radios a nuestros hogares durante los últimos 27 años, y como una constante inexorable nos provoca ganas de cine, de diciembre, de festival.
Desde la aldea, tema compuesto por el destacado músico cubano José María Vitier, de ilustre abolengo, y que se ha vuelto símbolo del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, vio la luz por primera vez como parte de la banda sonora de la teleserie cubana La frontera del deber, donde la pieza ocupa un fragmento mínimo de tiempo, relata a Granma su autor.
«Su objetivo era crear un referente de ubicación de la historia, para que el público se situara en un país latinoamericano, en específico de Centroamérica. Debía ser una melodía que ayudara a identificar el escenario, y que representara a toda América Latina», rememora Vitier, quien se asegura feliz con el empleo de su obra como tema del festival.
Mas esta composición, que lleva cerca de tres décadas como sinónimo de la fiesta del séptimo arte en la capital cubana, no fue la primera que intentó hermanarse con el evento. Según el investigador de la música cubana, musicalizador y otrora jefe del archivo de sonido del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), José Galiño, en exclusiva para este diario, cinco piezas le precedieron a la actual.
En 1984, para el VI Festival, él mismo seleccionó un fragmento de la canción Los ojos como mi papá, del grupo Manguaré. Los dos años siguientes se utilizó Barock, de José María Vitier, narra Galiño; y en los noveno y décimo festivales se emplearon dos canciones respectivamente que su selector hoy no logra identificar con sendos compositores.
En 1989 se utiliza otra obra de Vitier, Rondó; y en la XII celebración del celuloide, tras la elección de las trabajadoras del Icaic Fátima García y Diana León, Desde la aldea se consagró como la pieza del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, solo variada en 1998 con una versión de ella misma por parte del grupo Sampling.
Así, año tras año, escuchamos la melodía en cada spot televisivo o radial, y nuestros recuerdos quedan irremediablemente atados a la pantalla grande, a las bufandas invernales, a Latinoamérica.












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