
A Rusia le debemos visitar la luna, coleccionar las coloridas y originales matrioskas, y evocar con nostalgia aquellos «muñequitos» de antaño. Ese gigante europeo, guarda una estampa de melancolía en centenas de cubanos. Sus películas, que otrora colmaron las pantallas de la Isla, retornarán a La Habana, acortando un poco más el trecho que nos separa.
La Muestra de Cine Ruso en la capital llegará del 31 de octubre al 5 de noviembre, organizada en conjunto por la Embajada de la Federación de Rusia y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic). La sala 1 del multicine Infanta acogerá los cinco filmes que conforman las exhibiciones.
En tiempos en que el mundo utiliza el séptimo arte como medio de propaganda política, de manipulación, de forjador de opinión pública, las producciones escogidas, de reciente factura, intentan retratar lo más fidedigno de esta nación.
Nosotros sabemos cómo reflejar la realidad contemporánea de nuestros países, y con ese objetivo elegimos estas películas que cuentan el devenir de la Unión Soviética y de Rusia», aseveró el ministro consejero de la Embajada del país euroasiático, Serguey Yu. Reshchikov, en conferencia de prensa.
Abrirá las puertas del evento la adaptación postrera de una de las célebres novelas de León Tolstói, con la cinta Ana Karenina. La historia de Vronski (2017), del realizador Karén Shajnazárov.
Las creaciones fílmicas de esta región se han caracterizado por un profundo respeto a su pasado y tradiciones. Los cinco largometrajes que se proyectarán, según Benigno Iglesias Tovar, vicepresidente del Icaic, sin abandonar sus usanzas en cuanto a producción, subirán la parada de lo que se ha mostrado en los últimos tiempos en Cuba y dejarán una impronta cultural muy relevante.
La Muestra de Cine Ruso nos revelará un rostro moderno de su sociedad, no solo con obras como el drama Aula Especial (2014), de Iván Tverdovski, con una óptica actual; sino con otras de enfoque retrospectivo, como El Tigre Blanco, drama bélico del 2012, también del realizador Karén Shajnazárov; Rompehielos (2016) y El legendario Nº 17 (2013), de Nikolai Jomeriki y Nikolai Lébedev, respectivamente.
Durante la reciente visita de una delegación del Icaic a Moscú, los cubanos pudieron acercarse a los estudios Mosfilm, de larga trayectoria en las producciones del territorio, y llegaron a significativos acuerdos entre ambas instituciones en el campo del séptimo arte, como son el apoyo en el rescate del patrimonio cinematográfico cubano y la donación de toda la filmografía de Mosfilm a la Cinemateca de Cuba, afirmó Benigno Iglesias Tovar.
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Mario Marti-Brenes dijo:
1
31 de octubre de 2017
11:05:19
idania dijo:
2
31 de octubre de 2017
11:13:36
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