Un panel dedicado al 90 cumpleaños de Juan Almeida Bosque tuvo lugar este viernes en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), con personalidades muy ligadas a quien fuera uno de los más prestigiosos miembros de esa organización como escritor y compositor musical.
El Comandante Redento Morejón, quien conoció a Almeida al principio de la Revolución, enfatizó en el panel su faceta como creador en medio de sus responsabilidades y en los aportes que hizo a la cultura cubana desde sus primeros momentos en relación con la intelectualidad nacional de su época.
Asimismo, además de sus libros y canciones, fue quien fomentó la idea de la creación de los Estudios de Grabación Siboney en Santiago de Cuba, entre otras instituciones, dijo.
Entre las múltiples cualidades del ejemplar revolucionario, resaltó que Almeida transitó por la vía insurreccional a la construcción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y le dedicó inteligencia y tesón, bajo los principios de la más absoluta lealtad al liderazgo de Fidel y Raúl y al emanado de la voluntad popular, agregó Pedro de la Hoz, vicepresidente de la Uneac.
De la Hoz, autor junto a Luis Báez del libro Los padres de un hijo de la Patria, recordó que en 1985 Almeida ganó el Premio Casa de las Américas en la categoría de testimonio con la obra Contra el agua y el viento, la cual reflejó de manera vivaz y sobria, en un estilo claro y correcto, el heroísmo y la comunión solidaria que se manifestaron en el pueblo cubano y sus dirigentes al enfrentar la agresión ecológica del huracán Flora.
El escritor y diplomático Oscar Oramas, otro de los panelistas, subrayó que fue Almeida uno de los tres primeros comandantes de la Sierra Maestra, junto al Che y Raúl, al tiempo que aseguró que en él se amalgamaban, como en un haz de luz, excelsas virtudes y la sicología del comportamiento de un ser humano excepcional.
Ello dice mucho del líder a quien se le rinde merecido homenaje, acotó.
«Siempre se destacó en el estricto desempeño de las misiones que le fueron encomendadas dentro y fuera de Cuba, y en el fiel cumplimiento de las orientaciones del Comandante en Jefe. El servicio a su pueblo fue su brújula y su norte. Ser y no parecer es la luz que iluminó su fecundo andar por los caminos de la vida».
«Fue un Comandante de luz larga y pensamiento profundo. Él formó parte de la constelación de grandes de la patria que acompañaron a Fidel, en esa obra tan compleja de edificar que constituye la Revolución Cubana, la que se ha enfrentado enhiesta a vientos norteños huracanados», añadió Oramas.
En el agasajo, presidido por Miguel Barnet, presidente de la Uneac, interpretaron canciones de la autoría de Juan Almeida Bosque las solistas Ana Iris Blanco y Emilia Morales.












COMENTAR
Responder comentario