
En El origen de un imperio, de nuevo occidente es retratado como “lindo e inteligente”, mientras que el oriente es un reinado de “feos y asesinos”.
El filme vuelve a basarse en una novela gráfica de Frank Miller y según las noticias, "sigue la senda del impactante estilo visual de su exitosa predecesora, 300".
Se relatan sucesos que tuvieron lugar antes y después de la derrota de Leónidas y sus 300 espartanos (en realidad eran más, aunque no todos naturales de Esparta) y el plato fuerte es un ataque marítimo de los persas a territorio griego. Los invasores son dirigidos por una sanguinaria mujer, que interpreta Eva Green, y otra vez aparece el temible rey Jerjes.
La publicidad de Hollywood en torno al estreno de 300: El origen de un imperio, hace hincapié en el taquillazo millonario que sin duda fue la primera parte, e igualmente en los recursos técnicos que ahora volvieron a utilizarse, en especial la animación por computadora con imágenes de color cobrizo, semejantes al original dibujado por Miller, quien, a su vez, se inspiró en un "ligerito" filme realizado sobre el tema de las Termópilas, en 1962.
De lo que no habla la publicidad es que en 300 resultaron deslavados tanto la verdad histórica de los hechos acaecidos en el 480 a.n.e., como el sustrato cultural de las dos civilizaciones en contienda, lo que hizo que no pocas mentes lúcidas calificaran el filme de aberración propagandística, amasada a tono con los tiempos de exacerbada amenaza imperial que corrían durante el mandato de George W. Bush.
La visión etnocéntrica en 300 era apabullante y ahora, a juzgar por el tráiler dado a conocer, todo parece indicar que la sustancia podría ser la misma: Habría que recordar que mientras en 300 los personajes de occidente, sus dramas íntimos y la bella manera en que son fotografiados reflejan lo más puro y justificado dentro del baño de sangre a que llevan los acontecimientos, los persas, con sus máscaras escalofriantes y voces cavernosas, se muestran como seres retorcidos y dominados por una maldad innata.
El clásico esquema de perfecta cultura occidental tratando de explicarse (y de explicar) las diferencias raciales del "otro". De esta manera, occidente es bello y tocado por la luminosidad de la vida, mientras que el oriente pertenece al mundo de las tinieblas, de la decadencia, el libertinaje y un homosexualismo enfermizo, tal como se pinta, entre otros, al rey persa Jerjes que de nuevo interpretado por Rodrigo Santoro, volverá a hacer de las suyas.
Zack Zinder, que fue el director de 300 y ahora escribió el guion de la segunda entrega, que dirigirá Noam Murro, se defendió en el 2007 declarando que su película era un puro entretenimiento en el que "la mentirita" prevalecía sobre los hechos.
No tardó en descubrirse por esa fecha que en los diálogos de lo espartanos aparecían conceptos, y hasta frases tomados de un discurso de Bush.
Y en Irán fueron numerosas las voces en denunciar que "la película busca contarle a la gente que este país, que está en (lo que George W. Bush denominó) el Eje del Mal, ha sido durante mucho tiempo fuente de males y que los ancestros de los modernos iraníes son como los salvajes, feos, tontos y asesinos que se ven en 300".
La derecha ultra conservadora de los Estados Unidos aplaudió a rabiar el filme, pero no faltaron comentarios incisivos, como el que hizo un crítico del New York Times: "igual de violenta que Apocalypto (Mel Gibson), pero el doble de estúpida".
Película espectacular —como también lo será la segunda parte por venir— 300 sedujo a no pocos espectadores, que acudieron a verla para disfrutar de su hábil combinación de aventuras y efectos especiales, sin detenerse a pensar que de carambola le estaban traspasando una ideología racista y reaccionaria vinculada con la guerra caliente que no ha dejado de vivir el mundo.
Por lo tanto, volverá el veneno.
COMENTAR
Almir Mestre León dijo:
1
15 de agosto de 2016
14:24:15
Responder comentario