Surgido como concepto a inicios de la década de los años 90 del pasado siglo, la geodiversidad o diversidad geológica, dista mucho de ser un término conocido para un amplio sector de la opinión pública.
Visto de manera general, este define la variedad de elementos no vivos de la naturaleza, que son el resultado de la evolución de la Tierra a lo largo de más de 4 500 millones de años. Incluyen, por ejemplo, las rocas, depósitos minerales, fósiles, suelos, paisajes, sedimentos, formas del relieve y accidentes geográficos.
Comprende, igualmente, los recursos energéticos de origen natural (carbón, petróleo, gas), y los hídricos, fundamentalmente los ríos, lagos y aguas subterráneas.
Para los científicos vinculados a la temática, la geodiversidad constituye la base de todo ecosistema y forma parte, además, del patrimonio natural de una región o país, condiciona la diversidad biológica de un determinado lugar y muestra la historia evolutiva de nuestro planeta.
Así, una mirada al paisaje de determinada zona geográfica puede revelar las huellas de pasadas erupciones volcánicas, la formación de cordilleras, la ocurrencia de grandes inundaciones generadas por eventos extremos de lluvias, o la apertura y cierre de océanos.
Por solicitud de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas y de más de un centenar de organizaciones científicas, la 41 Conferencia General de la Organización de las Naciones para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), aprobó, en noviembre de 2021, con el voto de 193 Estados miembros, proclamar el 6 de octubre como el Día Internacional de la Geodiversidad, con la finalidad de promover la conservación del patrimonio geológico del planeta.
¿CARTOGRAFÍA DE LA GEODIVERSIDAD?
Desde el año 2008, investigadores del Instituto de Geología y Paleontología/Servicio Geológico Cubano, emprendieron los estudios iniciales vinculados a esta temática, enfocados en robustecer el conocimiento del patrimonio geológico de la nación y sentar las bases científicas para su protección.
Según indicó a Granma la máster en Geología Kenya Elvira Núñez Cambra, investigadora auxiliar de esa institución adscrita al Ministerio de Energía y Minas, en 2019 se logró elaborar el primer mapa con criterio cuantitativo como Índice de Geodiversidad de Cuba, y el mapa con criterio cualitativo de la Geodiversidad para las provincias de Pinar del Río y Artemisa, ambos a escala 1: 1 000 000.
Para lograr la cartografía de geodiversidad, precisó, es necesaria una amplia labor de recopilación, selección y adecuación de los diversos mapas temáticos, que requieren integrarse mediante el uso de las herramientas de los Sistema de Información Geográfica.
«Toda la información específica, con la geológica como fundamento, es estandarizada y gestionada en bases de datos, gracias a las tecnologías de la informática y las comunicaciones. Finalmente, se suma la opinión del experto al análisis de este gran cúmulo de información».
La también Presidenta nacional de la Sociedad Cubana de Geología recalcó que las investigaciones en el campo de las geociencias aportan conocimientos vitales de suma utilidad en la prevención del riesgo de desastres de origen geológico asociados, por ejemplo, a la ocurrencia de sismos, tsunamis, deslizamientos del terreno, y en la búsqueda de soluciones integrales inteligentes en lo referido al ordenamiento territorial y gestión del espacio.
Consultada sobre la importancia del mapa cuantitativo de Índice de Geodiversidad, la ingeniera Kenya Elvira Núñez Cambra precisó que es el resultado de un procesamiento matemático y muestra, mediante isolíneas, el grado de diversidad geológica existente.
Indicó que ofrece una perspectiva confiable de las zonas que presentan la mayor concentración de un determinado recurso natural.
Ello permite delimitar aquellas áreas con grados de geodiversidad clasificados en bajo, medio y alto, lo cual posibilita conocer donde realizar los trabajos más detallados como premisa para el uso y manejo de los recursos naturales de los territorios, y la protección del patrimonio geológico, subrayó.
Sobre la trascendencia del mapa cualitativo de Geodiversidad, la investigadora del Instituto de Geología y Paleontología explicó que este expresa, para cada región de un territorio, las áreas con riesgo de sufrir fuerte erosión asociada a la actividad kárstica o a posibles inundaciones, así como aquellas favorables a la agricultura, el fomento de bosques, la construcción de obras con fines diversos. También muestra el modo de lograr el aprovechamiento racional de un recurso dado.
Lo anterior facilita la toma de decisiones en la gestión territorial y el desarrollo socioeconómico a nivel de comunidad, aseveró Núñez Cambra.
El doctor en Ciencias Geológicas Reinaldo Rojas Consuegra, investigador titular del departamento de Bioestratigrafía del Instituto de Investigación del Petróleo (Ceinpet), agregó que este tipo de mapa, caracterizado por su enfoque integrativo, entrega a las autoridades una representación visual sobre los recursos naturales presentes y su distribución espacial.
Puntualizó que las ciencias geológicas acumulan grandes volúmenes de datos e información específica de disímiles temáticas, y uno de los más notables valores de la geodiversidad es fungir como herramienta de comunicación social de las geociencias para el más amplio público, su principal usuario.
Más allá de exponer a los interesados las riquezas y carencias que posee el medio físico del espacio geográfico donde radican, la cartografía de la geodiversidad, a escalas de mayor detalle para cada provincia, y más óptimamente a nivel de municipio, permite caracterizar sus particularidades geológicas distintivas, y lo que ellas significan en términos de adaptaciones y limitaciones, frente al uso y ocupación del territorio, la agricultura, los recursos hídricos, el potencial turístico y mineral, entre otras aristas, resaltó Rojas Consuegra.
«En la geodiversidad están presentes las evidencias de los cambios climáticos y de relieve ocurridos en el pasado, es parte vital de la riqueza natural del globo terráqueo y representa la memoria histórica de la Tierra. Así debe considerarse para el manejo de los recursos naturales y el desarrollo sostenible».
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