ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
De Álvaro Reynoso se considera su obra cumbre: Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar. Foto: Freddy Pérez Cabrera

El cercano inicio de la zafra azucarera 2022-2023 y la urgencia de lograr el impostergable despegue de la agricultura cubana, deviene ocasión propicia para repasar la inmensa obra del insigne sabio cubano Álvaro Reynoso Valdés.

Nacido en el poblado de Alquízar (en la actual provincia de Artemisa), el 4 de noviembre de 1829, Reynoso inició los estudios de Medicina en la Universidad de La Habana; pero su padre, por recomendación del químico y profesor José Luis Casaseca, lo envió a Francia para que los culminara en el país europeo.

Una vez allí matricula, de forma simultánea, en la Universidad de París, las carreras de Química y Medicina. Pronto se inclina más hacia la primera, y en 1856 obtuvo el título de doctor en Ciencias, al defender su tesis de grado Investigaciones sobre la formación del éter.

Como aparece en el libro Cien figuras de la ciencia en Cuba, cuyo autor principal es el doctor en Ciencias Rolando García Blanco, Reynoso tuvo la oportunidad de conocer los procesos de institucionalización de la enseñanza y de la investigación agrícola, desarrollados en Francia y Alemania, afianzando su formación integral.

Es justo mencionar que, antes de graduarse, Reynoso ya descollaba por sus conocimientos y notable talento. En esa etapa escribió artículos científicos de notable impacto en prestigiosas publicaciones francesas y españolas de la época.

Resalta, entre ellos, el titulado Memoria sobre la presencia de sangre en la orina de personas sometidas a la inhalación de medicamentos anestésicos, que mereció premio en el concurso de Medicina y Cirugía, de la Academia de Ciencias de París.

No menos relevante fue el folleto Memoria sobre la presencia de azúcar en las orinas y la relación de este fenómeno con la respiración, fruto de sus numerosas observaciones sobre la hoy llamada diabetes mellitus, de ahí que en algunas de sus reseñas biográficas lo citen como el primer cubano en analizar científicamente esa enfermedad.

PADRE DE LA AGRICULTURA CIENTÍFICA EN CUBA

Pese a ser nombrado catedrático de Química Orgánica en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid, y miembro correspondiente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, en 1858 Álvaro Reynoso retorna a  su patria, y trae consigo un laboratorio de química y una importante biblioteca,  adquirida con sus propios recursos.

Apenas un año después es designado director del Instituto de Investigaciones Químicas de La Habana, hecho que marcó el comienzo de su consagrada labor investigativa en el campo de la agricultura, principalmente en el tema de la caña de azúcar.

Dentro de sus acciones inmediatas estuvo la de dotar a la entidad del más avanzado equipamiento tecnológico disponible en aquellos años, lo cual incluyó la importación, desde Francia, del  primer espectrómetro que hubo en Cuba.

Tuvo la genialidad de concebir un sistema integral de medidas agrotécnicas destinadas a garantizar el cultivo intensivo de la caña de azúcar, basado en el conocimiento de las condiciones físicas y químicas de los suelos y de la propia planta, la selección de nuevas variedades, el empleo de fertilizantes y la irrigación del terreno.

Con ello pretendía reducir las áreas dedicadas a la gramínea, a fin de favorecer la diversificación agrícola y eliminar, gradualmente,  la presencia de la mano de obra esclava en esa actividad, al requerirse menos brazos para el corte.

Las condiciones socioeconómicas prevalecientes en nuestro país, entonces, impidieron implementar las acciones enunciadas por Álvaro Reynoso. Sin embargo estas sí se introdujeron en la isla de Java, hoy perteneciente a Indonesia, con resultados satisfactorios.

Según aparece en la monografía Historia de la Ciencia y la Tecnología en Cuba, escrita por el fallecido doctor Pedro Marino Pruna, en 1862 Álvaro Reynoso publicó la que muchos historiadores consideran su obra cumbre: Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar.

El texto abarca un extenso análisis integral de las prácticas vinculadas con el cultivo y la cosecha de la gramínea, con una serie de recomendaciones para mejorarla, a partir de una concepción científica de sus diferentes facetas y problemas.

Incluso, hace hincapié en moler la caña lo más fresca posible, a fin de evitar la alteración de los jugos.

Luego de salir por primera vez a la palestra pública, en La Habana, la segunda edición del célebre ensayo apareció en Madrid, en 1865, mientras que la tercera y última en vida de uno de los grandes científicos cubanos del siglo XIX, se publicó en París, en 1878.

Considerado con justeza el precursor de la agricultura científica en la Mayor de las Antillas, Álvaro Reynoso creó una novedosa máquina capaz de extraer el doble de guarapo de la cantidad obtenida en los molinos de los ingenios.

De esa primera versión, construyó un prototipo comercial, exhibido en la Exposición Universal de París, efectuada en 1878, en la cual, además de recibir medalla de plata por su ingeniosidad, fue adquirida para emplearse en la isla de Java, una de las plazas más fuertes de la industria azucarera mundial.

También concibió, en su segunda estancia –de 19 años– en Francia, un proceso para la conservación de carnes en cámaras de gas a presión. Además, se involucró en disímiles investigaciones vinculadas con preparaciones farmacéuticas.

Menos conocidos son sus escritos en los que recomienda a los agricultores el empleo de diferentes prácticas para mejorar las formas de cultivar el boniato, la yuca y el maíz, así como las investigaciones experimentales que desarrolló en los años finales de su existencia en café, cacao, algodón y tabaco, sin recibir apoyo de las autoridades coloniales españolas.

Socio de Número de la Real Sociedad Económica de Amigos del País,  Académico Fundador y de Mérito de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, y Miembro  Correspondiente de varias academias de Ciencias foráneas, Álvaro Reynoso falleció  en La Habana, el 11 de agosto de 1888, sumido en la pobreza y el abandono.

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Rafael dijo:

1

8 de octubre de 2022

17:21:15


Honrar honra, gracias Granma por recordarnos a una de las figuras más importantes de la ciencia en Cuba en el siglo XIX, lamentablemente su obra no es tan conocida entre las nuevas generaciones

Damian dijo:

2

8 de octubre de 2022

18:32:08


Los aportes de Álvaro Reynoso merecen la mayor divulgación, en particular en aquellos trabajadores vinculados a la agricultura, hizo aportes extraordinarios, un sabio en toda la extensión de la palabra

Dr José Manuel dijo:

3

9 de octubre de 2022

10:40:05


Un genio de la ciencias químicas y la agronomía, que falte nos hace Reynoso en estos tiempos

Oscar dijo:

4

9 de octubre de 2022

17:46:31


Magnífico el artículo sobre Alvaro Reynoso, lamentablemente se divulga muy poco su extraordinaria obra

Orcelia Fajardo Gomez dijo:

5

12 de junio de 2024

14:56:41


Muy detallada la biografía de nuestro Álvaro Reynoso, si de verdad trabajáramos el cultivo de la Caña de Azúcar como el lo describía sobre todo en la siembra otros fueran los resultados.