Dada su condición insular, configuración físico geográfica y la existencia de zonas bajas en gran parte de ambos litorales, desde tiempos lejanos Cuba ha estado expuesta a la ocurrencia de inundaciones costeras por entrada del mar.
Como muestran los resultados de diversas investigaciones, las situaciones meteorológicas que las causan son los huracanes, frentes fríos, la presencia de fuertes vientos de región sur, y las combinaciones de sistemas de altas y bajas presiones.
Los tramos del país donde tienden a ser más frecuentes incluyen el malecón habanero, las costas del Golfo de Batabanó, la zona comprendida entre Gibara y Guardalavaca, de Punta María Aguilar a Cabo Cruz, y el malecón de Baracoa.
En nuestro archipiélago las inundaciones costeras de mayor envergadura conocidas se debieron al efecto de la marea de tormenta o surgencia provocada por los huracanes del 9 de noviembre de 1932 (el agua alcanzó una altura de 6,5 metros y barrió con el poblado de Santa Cruz del Sur) y el del 18 de octubre de 1944, ocasión en la cual el mar penetró hasta diez kilómetros tierra adentro en las localidades de Guanímar y el Cajío, en la entonces costa sur de La Habana, donde llegó a niveles de entre cuatro y seis metros.
MALECÓN HABANERO EN LA MIRILLA
Según indicó a Granma el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, historiador de la Meteorología en Cuba, durante los siglos del XVI al XVIII las actas capitulares, las crónicas de prensa y otros documentos de la época, no contienen muchas referencias sobre la afectación de inundaciones costeras en la urbe capitalina y ello obedece a que La Habana nació y creció protegida alrededor de su bahía.
Así la infraestructura citadina solo podía ser perjudicada por los huracanes y las grandes tormentas, pero básicamente debido al efecto del viento de gran velocidad y las lluvias intensas.
Sin embargo, resaltó Ramos Guadalupe, tras el proceso de expansión de la ciudad extendida en dirección oeste, más allá del centro histórico y el recinto amurallado, la urbanización avanzó hacia una zona con litoral en extremo vulnerable.
«De esta forma lo que en el siglo XIX había sido la calle Ancha del Norte, devino en el malecón, mientras en el área comprendida entre la calle San Lázaro y el antiguo monte del Vedado, hasta la desembocadura del río Almendares, comenzaron a aparecer calles con grandes casas y edificios frente al mar, muy beneficiados por la refrescante brisa, pero también a merced del embate de las marejadas».
Igualmente los frentes fríos dejaron una huella en cuanto al alcance del mar y sus efectos destructivos. Ocurrió así por ejemplo con las inundaciones costeras registradas el 12 de enero de 1908, del 2 al 4 de febrero de 1917, y el 27 de febrero de 1952, las tres con impacto significativo en los hoy municipios de Plaza de la Revolución y Centro Habana.
Consultada sobre el tema, la doctora en Ciencias Ida Mitrani Arenal, Investigadora Titular del Instituto de Meteorología (Insmet) y Académica Titular de la Academia de Ciencias de Cuba, refirió que el comportamiento de los mencionados eventos depende de un grupo de factores donde aparecen las características geográficas de la localidad, la organización e intensidad del fenómeno meteorológico que la genera, la velocidad, tiempo de afectación y ángulo de dirección del viento con respecto a la costa (mientras más perpendicular provoca mayores daños), así como la dimensión del oleaje, incluida la frecuencia de llegada de los trenes de olas, la fase predominante de la marea astronómica, el mal drenaje del lugar y las deformaciones antrópicas realizadas en la zona costera.
Precisó que en el caso particular del malecón habanero, el Centro de Meteorología Marina del Insmet clasifica la magnitud de las inundaciones costeras en ligeras, moderadas y fuertes, en dependencia de la probable altura de la ola y la extensión que pudiera abarcar el área cubierta por las aguas del mar tras sobrepasar el muro.
Tomando en cuenta lo anterior se consideran ligeras aquellas con olas inferiores a los cuatro metros y donde el tramo inundado no rebasa la calle Tercera; moderadas si las olas fluctúan entre cuatro y cinco metros y el agua llega hasta Calzada; en tanto se consideran fuertes las producidas por olas de más de cinco metros y donde el torrente de agua alcanza la calle Línea por G.
Desde 1980 a la fecha, subrayó la doctora Mitrani, hemos observado una tendencia al incremento en la ocurrencia de inundaciones costeras en Cuba, aunque existe una alternancia de periodos de más alta y baja frecuencia que se corresponden con la periodicidad e intensidad del paso de sistemas tropicales y extratropicales.
Si bien la aplicación de los modelos numéricos ha permitido hacer pronósticos de alta calidad de inundaciones costeras en plazos de hasta 48 horas de antelación con un 80 % de efectividad, y de rango satisfactorio para el plazo de 72 horas, aún es imposible para la ciencia más avanzada lograr predicciones completamente certeras.
Al respecto, la doctora Ida Mitrani explicó que los medios tecnológicos actuales y los conocimientos humanos no son capaces de detectar o interpretar en toda su dimensión cambios repentinos que ocurren en la circulación atmosférica, en particular los sucedidos a escalas bien pequeñas.
«Ello hace por ejemplo que un evento meteorológico causante de una inundación costera pueda debilitarse o intensificarse en muy poco tiempo, estacionarse, apartarse del movimiento previsto inicialmente, reducir o ampliar su campo de influencia, por tanto existe siempre cierto grado de incertidumbre en dichos vaticinios». También la falta de percepción del riesgo por parte de la población y las dependencias estatales asentadas en las zonas expuestas a tal peligro, el desconocimiento de lo sucedido en el pasado frente a contingencias similares, y las vulnerabilidades imperantes, aumenta la probabilidad de sufrir mayores daños, acotó la especialista.
Y aunque hoy se valoran varias alternativas dirigidas a atenuarlas, como bien expresa el profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, el acoso del mar es parte del precio que la ciudad de La Habana ha tenido y tendrá que pagar como tributo a su espléndida ubicación geográfica.
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Joaquin B Sanchez dijo:
1
18 de febrero de 2017
07:05:39
Joaquin B Sanchez dijo:
2
18 de febrero de 2017
09:27:46
Anguito dijo:
3
18 de febrero de 2017
11:15:15
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18 de febrero de 2017
15:51:46
ARMANDO dijo:
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19 de febrero de 2017
20:07:54
LUIS dijo:
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20 de febrero de 2017
14:28:21
Jose dijo:
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20 de febrero de 2017
19:26:51
anabel dijo:
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2 de marzo de 2017
16:53:09
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