ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Nicolás Gutiérrez Hernández introdujo en Cuba notables adelantos médicos del siglo XIX. Foto: Archivo

El nombre de Nicolás José Gutiérrez Her­nández ocupa un lugar cimero en la relación de figuras que contribuyeron de manera notable al progreso de la medicina nacional en el transcurso de la antepasada centuria. Fue, asimismo, in­dispensable precursor del surgimiento en el país de una tradición de contar con excelentes profesionales de la salud mantenida hasta nues­tros días.

Nacido en La Habana el 10 de septiembre de 1880, desde muy joven se interesó por la hermosa y noble profesión de salvar vidas y curar enfermos. Cuando aún estudiaba el ba­chillerato matriculó en un curso práctico de anatomía, fisiología y química, impartido por un reconocido profesor italiano en el Real Hos­pital Militar de San Ambrosio.

Para sorpresa de quienes compartían con él las clases, Nicolás hizo un brillante examen fi­nal, que según plantean algunos conocedores de su biografía, le valió el ofrecimiento de que le costearían los estudios médicos en París o en España, por parte de la Sociedad Económica de Amigos del País.

Si bien aquella promesa no fue cumplida, en compensación le regalaron algunos textos elementales de medicina, que incentivaron aún más su temprana vocación hacia esa disciplina.

En marzo de 1820 matricula la mencionada carrera en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, donde obtuvo el título de Doctor en 1827. Como aparece en el libro Cien figuras de la ciencia en Cuba, du­rante ese propio año ocupó la responsabilidad de director de Anatomía del Hospital Militar de San Ambrosio.

A pesar de su juventud, entre 1828 y 1829 desempeña la función de secretario de la Sec­ción de Educación de la Real Sociedad Eco­nómica de Amigos del País. Meses después lo­gra por oposición ser nombrado catedrático de anatomía general en la casa de altos estudios habanera, condición que mantiene hasta 1836.

Por solicitud del Real Tribunal del Pro­to­medicato de La Habana, en 1833 Nicolás José Gutiérrez participa junto a otro colega en la confección de un minucioso informe sobre la primera epidemia de cólera acaecida en la urbe capitalina, que causó más de 8 000 muertes en apenas cuatro meses.

Según refiere a Granma el doctor Pedro Ma­rino Pruna, reconocido investigador de la historia de la ciencia y la tecnología en la Mayor de las Antillas, la permanencia de Nicolás en va­rios hospitales de franceses de renombre, y en particular los estudios que hizo bajo la guía de un afamado cirujano galo, le permitieron adiestrarse en el dominio de importantes innovaciones de la época, que luego aplicó en su pa­tria.

Baste mencionar que fue quien trajo a Cuba el uso del estetoscopio y la auscultación para diagnosticar enfermedades respiratorias, así co­mo el primero en extirpar un pólipo endometrial, em­plear fórceps en los partos, hacer la ligadura de las arterias radial interna y externa, fe­moral y la iliaca en los casos de aneurisma, y atender el hidrocele por medio de la inyección de tintura de yodo.

El eminente médico habanero fue el principal promotor de la creación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, inaugurada el 19 de mayo de 1861. Foto: Silma Malmierca

También resultó pionero en aplicar el vendaje inamovible en fracturas, realizar la rinoplastia, operar abscesos del hígado y tratar la sífilis mediante el método de Ricord. A principios de 1848 y a solo tres meses de descubrirse en Eu­r­opa las propiedades anestésicas del cloroformo, Ni­colás Gutiérrez logró introducir dicho proceder y ponerlo en práctica en la tierra que lo vio nacer.

Más allá de tan importantes aportes, desempeñó un papel esencial en la enseñanza y divulgación de la medicina. En 1840 fundó la primera revista cubana dedicada exclusivamente a esa disciplina nombrada Repertorio Médico Haba­nero, ade­más de impartir cursos sobre partos, clínica quirúrgica y grandes operaciones con demostraciones de cadáveres.

Resalta, igualmente, las donaciones de piezas anatómicas en cera confeccionadas por él mis­mo para el aprendizaje de la medicina al Museo del Hospital Militar de San Ambrosio, y la creación por voluntad propia de una biblioteca médica en ese propio lugar, a la cual entregó muchos de los libros que trajo de su estancia en Francia.

EL MAYOR APORTE

De acuerdo con varias fuentes bibliográficas consultadas por Granma, el legado más trascendente de Nicolás Gutiérrez Hernández radica en el papel protagónico desempeñado en el prolongado proceso que condujo a la aprobación por parte de la metrópoli española de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, inaugurada el 19 de mayo de 1861.

Vale señalar que siendo aún estudiante de la carrera de Medicina en 1823, propuso organizar inicialmente una sociedad médica en Cuba, si­milar a las existentes en varias naciones. Tres años después logró reunir las firmas necesarias para solicitar de manera oficial la fundación de una academia de ciencias médicas, documento redactado por el eminente científico Tomás Ro­may Chacón.

Sin embargo, la petición no fue atendida entonces y tuvo que reiterarla en varias ocasiones a lo largo de más de tres décadas. En determinado momento planteó incluir también en la denominación propuesta a las ciencias físicas y naturales, lo que finalmente pudo conseguir.

Acerca de lo que representaría para el desarrollo de la cultura nacional la presencia de una institución de ese tipo expresó Nicolás Gu­tiérrez: “Siquiera no fuese más que por orgullo nacional, debiera hacérseles entender a los fo­rasteros y extranjeros, principalmente, que no nos ocupamos solo en hacer azúcar y cosechar tabaco, sino que cultivamos también las ciencias”.

De 1861 a 1890 y por sucesivas reelecciones, el eminente médico cirujano habanero presidió la Real Academia, hasta su fallecimiento ocurrido el 31 de diciembre de ese último año.

Miembro de prestigiosas agrupaciones foráneas, como la Academia de Ciencias de Nueva Orleans, la Academia de Cirugía de Madrid, vi­ce­presidente del Congreso Médico Inter­nacio­nal de Washington en 1887 y Rector de la Uni­versidad de La Habana entre 1879 y 1880, la prominente obra científica de Nicolás Gutiérrez Her­nández merece mayor divulgación para su co­nocimiento por las actuales generaciones de cubanos. Se trata, indudablemente, de un im­perecedero legado para honrar.

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Daisy T. Rivero Leon dijo:

1

23 de julio de 2016

02:46:31


Importantisima historia de un eminente medico cubano que no conocia. Ciertamente es un ejemplo a seguir por nuestros profesionales de la salud en la actualidad.

Luis Orlando Hernández León dijo:

2

23 de julio de 2016

03:10:46


El artículo es muy interesante, pero parece que la fecha de nacimiento es 10 de septiembre pero de 1780 y no de 1880 como aparece en este artículo, revisen el año, sino nada concuerda.

DiAnPeLoQue dijo:

3

23 de julio de 2016

12:07:59


En este artículo debe haber un error en el año de nacimiento de mi colega Nicolás Gutiérrez Hernández. Sin dudas forma parte de la historia de la medicina cubana.

Xiomara dijo:

4

23 de julio de 2016

12:55:00


Por favor veo incongruencias en la fechas Me pueden aclarar

armando dijo:

5

23 de julio de 2016

13:53:09


CREO QUE LO FUNDAMENTAL DEL ARTÍCULO, MUY BUENO POR CIERTO, ES DARNOS A CONOCER LOS NOTABLES APORTES DE ESE DESTACADO MÉDICO CUBANO DEL SIGLO XIX, QUE ME ATREVERÍA A DECIR QUE ERA TOTALMENTE DESCONOCIDO PARA MUCHAS PERSONAS, ADEMÁS DE ESTAR PRACTICAMENTE OLVIDADO POR EL PROPIO SECTOR DE LA MEDICINA, ESO ES LO IMPORTANTE DEL TRABAJO, EL RESCATE MERECIDO DE LA OBRA DE NICOLÁS GUTIÉRREZ, LO DE LA FECHA DE NACIMIENTO ES INDUDABLEMENTE UN CAMBIO DE UN CERO POR EL OCHO AL TECLEAR EL TEXTO, ES DECIR NACIÓ EN 1800, LO SE PORQUE HE ESTADO VARIAS VECES EN LA SEDE DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS Y ALLÍ PUDE VER LA FECHA DE NACIMIENTO Y MUERTE DE VARIOS DE SUS MIEMBROS FUNDADORES, POR TANTO NO SE FIJEN TANTO EN LO DE UN NÚMERO QUE NO ES EL CORRESPONDIENTE Y VALOREN LO BUENO, OPORTUNO Y ÚTIL DE ESTE EXCELENTE TRABAJO

Pedro dijo:

6

23 de julio de 2016

14:04:23


Perdonen pero hubo un héroe de imprenta el señor Nicolás Gutiérrez Hernández nació en el año 1800 no como se refleja que fue en 1880 , gracias

José dijo:

7

24 de julio de 2016

07:56:46


Excelente artículo que rescata el legado de uno de los más notablles científicos cubanos del siglo XIX, buena la iniciativa de la página de ciencia del Granma

Fernando Arrojas dijo:

8

24 de julio de 2016

10:05:23


En mi opinión un excelente y muy pertinente artículo Orfilio. Este es un hombre fundador, cuya vida es necesario se conozca y del que debemos sentirnos orgullosos y herederos todos los cubanos.

felix dijo:

9

25 de julio de 2016

08:50:01


Soy médico y jamás en la carrera me hablaron del papel desempeñado por Nicolás Gutiérrez en el progreso de la medicina cubana del siglo XIX, me sumo a los lectores que consideran que se trata de un excelente artículo que para mí enaltece la página de ciencia del periódico

Giraldo dijo:

10

25 de julio de 2016

15:37:16


Coincido con varios de los que han escrito de que sin dudas es un excelente artículo, muy pocos en Cuba conocen la obra de Nicolás Gutiérrez, de veras como dice el título es un legado para honrar

Manolo dijo:

11

25 de julio de 2016

20:22:35


Hay que seguir rescatando del anonimato otras figuras célebres de la medicina y la ciencia cubana de la etapa colonial, como lo hace este artículo muy bueno sobre Nicolás Gutiérrez

Eduardo dijo:

12

26 de julio de 2016

12:39:36


Interesante artículo, ¿cuántas personalidades de la ciencia cubana ha dado nuestra historia y no se conocen?, sugiero a ese espacio de los sábados en Granma que siga sacando historias de vida similares