ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Según la opinión de los especialistas, el libro constituye un referente de consulta indispensable para estudiantes e investigadores de la biodiversidad marina de Cuba y otros países. Foto: Desconocido

Quizá menospreciadas en cierta medida cuando se mencionan especies de la diversidad biológica en general útiles a la humanidad, las macroalgas marinas (son denominadas así al tener mayor tamaño) tienen una apreciable importancia desde el punto de vista ecológico, industrial y farmacológico.

En materia medio ambiental tributan oxígeno a la atmósfera y producen materia orgánica a partir de la fotosíntesis, lo cual les concede un papel esencial en el desarrollo de la vida en el océano y las aguas costeras.
Igualmente constituyen sumideros del dióxido de carbono al consumir grandes cantidades de ese compuesto, uno de los principales gases de efecto invernadero, además de servir de indicadores de la contaminación en la zona marino costera y contribuir a la formación de arrecifes coralinos y de arena en las playas.

A nivel mundial en los últimos años ha crecido el empleo de las macroalgas como fuente de vitaminas y nutrientes. También vienen utilizándose cada vez más para obtener sustancias a partir de las cuales se fabrican cremas dentales y corporales, jabones, champús, entre otros renglones.

Particular interés despiertan sus potenciales destinos en la salud humana, sobre todo en el desarrollo de medicamentos an­tivirales, antibióticos, antinflamatorios, analgésicos y para la te­rapia del cáncer.

De igual modo resultan promisorias las aplicaciones en la producción de fertilizantes para el mejoramiento de los suelos, y más reciente en la elaboración de biocombustibles.

OBRA DE REFERENCIA
La privilegiada ubicación geográfica del archipiélago cubano fundamenta en buena medida que nuestra plataforma atesore una alta diversidad de organismos marinos, entre las cuales figuran las macroalgas.

Con el propósito de actualizar el conocimiento sobre la variedad de especies, distribución por zonas, nombre, hábitat, nivel de abundancia, si son comunes o raras, y otros indicadores, las doctoras en Ciencia Ana María Suárez, y Beatriz Martínez-Da­ranas, del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, y la Máster en Ciencias Yusimí Alfonso, del Acuario Nacional de Cuba, emprendieron una exhaustiva investigación sobre el tema que condujo a la terminación del libro Macroalgas marinas de Cuba.

Según los resultados reseñados en el texto ilustrado por más de 300 fotografías y esquemas, se reportaron 175 nuevas especies, sumando un total de 579 las registradas hasta el momento de concluir el trabajo. De ellas 299 son macroalgas rojas, 75 pardas  y 205 verdes.

Asimismo la obra contiene un panorama histórico de los estudios realizados en el país acerca de esa problemática desde 1842 al presente y relaciona las macroalgas asentadas en el fondo del mar con las características de la plataforma cubana, a la vez que compara nuestra ficoflora marina con la existente en áreas de la Florida, el Golfo de México y el Caribe occidental.

Como explicaron a Granma las doctoras Ana María Suárez  y Beatriz Martínez-Daranas, el 88 % de las estudiadas se en­cuentran en el mesolitoral y en aguas someras de 0 a 15 metros de profundidad. También encontraron que los fondos fangosos o fangoso-arenosos constituyen los sustratos por excelencia de varias especies de algas rojas de importancia económica, de las órdenes Gracilariales y Gigartinales.

Refieren, además, que las amenazas a la biodiversidad de las macroalgas en Cuba obedecen en gran medida a la contaminación costera ocasionada por la deposición de desechos industriales, la tala de manglares que favorece la erosión costera y el desarrollo de una infraestructura para el turismo, algo que en no pocas ocasiones implica cambios en el relieve de la zona y en la dinámica de las corrientes marinas.

En opinión de ambas especialistas los estudios sobre la productividad de las algas en general y su participación en las cadenas tróficas deben recibir absoluta prioridad, porque contribuirían a la sostenibilidad de las pesquerías cubanas.

Consideraron indispensable avanzar en la ejecución de in­vestigaciones de genética poblacional de especies de interés a fin de evaluar su adaptabilidad y resistencia al cambio climático, y desarrollar métodos de cultivo más económicos.

Basado en una minuciosa evaluación de toda la información recopilada durante 45 años de labor científica desplegada por las autoras principales, el libro deviene en obligada fuente de consulta para estudiantes y profesionales vinculados al conocimiento de la biodiversidad marina de Cuba y la región del Caribe en particular, e incluso, del mundo en general.

Avalado por la Sociedad Cubana de Botánica, la Sociedad Ficológica de América Latina y el Caribe, y varias universidades de Estados Unidos, México y España, la obra mereció recientemente uno de los Premios Nacionales de la Academia de Cien­cias de Cuba correspondientes al 2015, en el acápite de Ciencias Naturales y Exactas, y el Premio Universidad de La Habana 2015 como Libro Distinguido en esa propia categoría.

Las doctoras Ana María Suárez y Beatriz Martínez-Daranas manifestaron que la terminación del texto marca el comienzo de una nueva etapa investigativa, pues aún quedan muchas incógnitas pendientes de resolver con relación al tema, y nuevas especies por descubrir.

Vale resaltar que nuestro país no permanece de espaldas a los estudios mundiales en marcha dirigidos al uso de las macroalgas marinas con fines diversos. Así en las últimas dos décadas especialistas de varias instituciones, entre ellas el Centro de Bioa­c­tivos Marinos del Ministerio de Ciencia, Tec­nología y Me­dio Ambiente, y la Facultad de Biología de la UH, vienen trabajando en la evaluación de las potencialidades de un grupo de las identificadas en las aguas cubanas para su empleo en la fabricación de fármacos, cosméticos y productos de aseo personal, obteniéndose ya algunos resultados de interés.

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Luis A. Montero Cabrera dijo:

1

21 de mayo de 2016

09:21:53


Excelente comentario. Las científicas que han producido tan importante y hermosa obra merecen este reconocimiento y la popularización de su obra, como las de muchos otros en nuestra Patria. La Universidad de La Habana, el más grande e importante centro científico de Cuba hace honor a su condición. Es preciso reconocer a Granma por publicar este artículo y alentar al periódico a incrementar esta presencia científica en sus páginas.

Ana Maritza Colominas dijo:

2

21 de mayo de 2016

09:52:34


Felicidades Ana Maria Suarez por tantos anos de trabajo dedicados a la Ciencia y a la Universidad de La Habana.

Sylvia Leal dijo:

3

21 de mayo de 2016

20:58:49


Muchas felicidades a las autoras por proveer a la comunidad científica una obra de tal envergadura, que resume años de trabajo y dedicación. Gracias a Granma y al magnífico periodista Orfilio Peláez por brindar tan valiosa información, que además enaltece a nuestra Universidad de La Habana.

Daniel dijo:

4

21 de mayo de 2016

22:40:15


Me sumo a las felicitaciones para las autoras, extensiva al periodista Orfilio Peláez, sin duda uno de nuestros más integrales y seguros en el campo de la ciencia y el medio ambiente

Miguel Angel dijo:

5

22 de mayo de 2016

05:42:04


Primero q todo destacar el excelente trabajo del periodista Orfilio Oeláez q nos permite acercarnos a tan magnífica y excelsa investigación de mas de 15 años de duro bregar para extractarlo en un libro, reconocido por su importancia en distinguidas universidades e instituciones foráneas y nacionales. Todo esta expresado, sólo resta ofrecer nuestra modesta felicitación a las autores del trabajo, las doctoras Ana María Suárez y Beatriz Martínez-Daranas, desearles muchos mas éxitos en la continuación de la investigación. Muchas gracias.

Sania dijo:

6

25 de mayo de 2016

11:31:49


Muchas felicidades a las doctoras por tan merecido premio y a Yusimi que desde tan joven y desde nuestro querido acuario nacional ha dedicado tiempo y esfuerzo en bien de la ciencia