ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Doctora en Ciencias Ramona Oviedo Prieto, investigadora del Instituto de Ecología y Sistemática del Citma. Foto: Anabel Díaz

Cautivada desde pequeña por la belleza de las plantas que adornaban el entorno de la finca Pomarrosa, en Santo Domingo, Villa Cla­­ra, donde nació y vivió junto a sus padres y hermanos toda la infancia, la hoy doctora en Ciencias Ramona Oviedo Prieto no duda en calificar de traumático el modo en que llegó a la botánica.

“Después de terminar la enseñanza primaria, quise estudiar magisterio y en 1966 me fui para la escuela formadora de maestros de Minas del Frío, en pleno corazón de la Sierra Maestra. Como correspondía en el programa establecido, al año siguiente me trasladé hacia la existente en Topes de Co­llantes”.

Pero a mitad de curso, recuerda, causé ba­ja por enfermedad y vi truncada mis aspiraciones. Luego de recuperarme, obtuve una beca en La Habana de Técnico Medio en Quí­mica y Perfumería, en el tecnológico Rosalía Abreu, ubicado en Rancho Boyeros.

“Ya avanzado el calendario escolar, un buen día nos reúnen a todos los alumnos. Muy apenado, el director pide disculpas y plantea que hubo un error de alguien al di­vulgar la convocatoria, pues en realidad el pro­pósito de la institución era formar técnicos en Jardinería, Floricultura, y otras disciplinas afines.

“En ese momento me sentí sumamente frus­trada. Sin embargo al verme ante la disyuntiva de estudiar eso o causar baja, y tener que esperar hasta el otro año para ver qué ha­cía con mi vida, decidí seguir allí y hacerme técnico en Jardines Botánicos. También pesó el hecho de que crecí en el campo y siempre me deleitó admirar la  vegetación. Así descubrí mi pasión por esta disciplina, que  dura más de 40 años”.

Cazadora de plantas invasoras

Observadora hasta el más mínimo detalle de todo tipo de plantas, Ramona Oviedo Prieto se graduó de ingeniera agrónoma en 1983  por la modalidad de estudios dirigidos, en el Instituto Superior de Ciencias Agro­pe­cua­rias de La Habana.

Por esa época ya laboraba en el entonces Instituto de Botánica de la Academia de Cien­cias de Cuba, devenido años más tarde en Instituto de Ecología y Sistemática (IES), perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tec­no­lo­gía y Medio Ambiente, donde ha transcurrido su vida profesional hasta hoy.

Su trabajo científico ha estado centrado bá­sicamente en el estudio y conservación de la riqueza y diversidad vegetal cubana en todos sus ecosistemas y variantes de hábitat, el mantenimiento, incremento y actualización taxonómica de las colecciones biológicas preservadas en el Herbario Nacional de Cuba que radica en el IES, además del fo­mento y de­sarrollo de otros herbarios y co­lec­ciones especializadas en el país.

Participó en la colecta de 35 especies nuevas para la ciencia y de dos nuevos registros es­pecíficos de Cuba, algunas de las cuales in­­clu­yen en la denominación científica recibida alusiones a su nombre o apellido, como es el caso de Thelypteris oviedoae, en reconocimiento a sus significativos aportes.

Igualmente, durante la última década en­cabezó las investigaciones referidas a la ca­rac­terización del estado de las plantas in­vasoras, con prioridad para las áreas protegidas.

Resulta oportuno mencionar al respecto  la ejecución del proyecto Plantas Invasoras presentes en la República de Cuba.

Estrategias para la preservación y manejo de especies con mayor nivel de agresividad, desarrollado del 2007 al 2010.

Como precisó a Granma la doctora Ovie­do, esta suerte de inventario nacional permitió identificar la existencia de 323 especies invasoras en el país, dentro de cuya relación pudieron definirse las 100 más agresivas para nuestro archipiélago. Dicha lista es encabezada por el marabú, y en ella figuran también la casuarina o pino de Australia, pomarrosa, aroma, leucaena- ipil- ipil, tulipán africano, y el cayeput o melaleuca.

“Vale decir que el citado término agrupa a las plantas exóticas introducidas de manera intencional o involuntaria por la actividad hu­mana, las cuales ya se han adaptado al me­dio y son capaces de reproducirse a gran es­cala, más allá de los límites iniciales donde fue­ron ubicadas”.

Según planteó la también curadora naturalista superior del Herbario Nacional, las plantas invasoras perjudican la diversidad biológica, en especial la flora endémica y los ecosistemas frágiles. Asimismo, modifican el pai­saje, pueden incidir de manera desfavorable en la calidad del suelo, y son capaces de afectar los rendimientos agrícolas, forestales, y el funcionamiento de las presas.

Por eso, resaltó, solo deben introducirse cuando no haya ninguna especie nativa que pue­da suplir la función a desempeñar por  la que se pretende traer de otros lugares, y siempre bajo estrictos cuidados.

Más allá de estudiar tan complejo problema ecológico, la doctora Ramona Oviedo también ha colaborado con diversas entidades en la fundamentación para el establecimiento de áreas protegidas y la confección de planes de manejo, evaluaciones sobre en­de­mis­mo, especies amenazadas, y las comunidades de aves residentes y migratorias en ecosistemas cubanos.

Sus resultados científicos están recogidos en libros como los titulados Diversidad biológica de Cuba, Los manglares en Cuba, y el IV y V Informe Nacional al Convenio so­bre la Diversidad Biológica de la República de Cuba, además de aparecer en prestigiosas revistas internacionales especializadas, entre ellas The New York Botanical Garden, y The American Society of Plant Taxonomists.

Formadora de nuevas generaciones de bo­tánicos, afirma que sus paradigmas son el in­geniero Julián Baldomero Acuña Galé y la doctora Ángela Leyva Sánchez, sin olvidar a Enrique del Risco, Attila Borhidi e Irina Gru­zinkaya, que le ayudaron mucho en su co­mienzo profesional.

Acreedora hace unos días de la Orden Car­los Juan Finlay, máxima condecoración que entrega el Consejo de Estado en el sector cien­tífico, Ramona Oviedo resalta que lo logrado  en su carrera profesional obedece a la existencia de una Revolución que le brindó la po­si­bi­lidad de estudiar y superarse a una mu­chacha de familia campesina humilde, y al hecho de contar siempre con el apoyo incondicional de su familia.

“He tenido la suerte de trabajar además con compañeros valiosos dentro del colectivo del Herbario Nacional, de la Red Nacional de Jar­dines Botánicos, la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, el Centro Na­cional de Áreas Protegidas, y otras instituciones, de los cuales recibí el necesario aliento y respaldo para mis investigaciones. A ellos les debo también lo que soy”.

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Ernesto Gainza Lezcano dijo:

1

24 de enero de 2015

09:14:54


Meritoria su labor tècnico profesional, es bueno tener en cuenta a los que la ayudaron a lograr su formaciòn, yo tuve la oportunidad de conocerla en el año 1998 en Pinar del Rìo en una expediciòn con el Dr. Armando Urquiola ya desaparecido, el cual fue discìpulo de Yohanes Bisse el artìfice de la construcciòn del Jardìn Botànico de la Habana y profesor de Botànicos de renombre en nuestro paìs, Felicidadees Ramona Oviedo. Ernesto Gainza Lezcano.

Celio E. Moya dijo:

2

24 de enero de 2015

12:13:35


FELICIDADES a la Dra. Ramona Oviedo Prieto por su Orden Carlos Juan Finlay, máxima condecoración que entrega el Consejo de Estado de Cuba en el sector científico. Ramona, como la llamamos todos los que la queremos, es un gran ejemplo de la mujer cubana, ejemplo de hija, madre, esposa, amiga, compañera y trabajadora. Como botánica es reconocida a nivel mundial como una de las personas que mejor conocen la flora cubana.

Iralys dijo:

3

27 de enero de 2015

11:42:18


Muchas felicidades querida maestra!!! Es más que merecido ese premio aunque sé que no trabajas para los reconocimientos!!! Eres una gran persona y todos loque te conocemos te admiramos y respetamos mucho!!! Un enorme beso y mucha salud para tíi y tu familia que es de oro!!!!

Alberto Torres Bilbao dijo:

4

28 de enero de 2015

09:52:37


Una gran persona merita grandes premios y uno conlleva al otro; los que te conocemos y queremos premiamos en primer lugar tu sencillez y el hecho de estar siempre dispuesta a brindar ayuda. Este gran premio que te han otorgado ahora ya era tuyo desde hace mucho tiempo. Muchas felicidades!