ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La gráfica muestra a dos de los investigadores japoneses que han participado en la búsqueda de evidencias en Cuba del choque de un asteroide ocurrido en la actual Península de Yucatán, hace alrededor de 66 millones de años. Foto: Cortesía del entrevistado

El límite geológico hoy denominado Cre­tácico-Paleógeno (hace alrededor de 65 millones de años), cobró notoriedad entre los científicos cuando en la década de los ochenta del pasado siglo se relacionó la presencia de alto contenido de iridio en diversas formaciones rocosas de ese momento, con una gran extinción ocurrida en la Tierra.

Como ese material suele ser escaso en las rocas terrestres, pero abundante en los meteoritos, los investigadores emprendieron durante varios años diferentes estudios dirigidos a analizar los indicios de tan extremo evento que causó la desaparición en masa de numerosos organismos marinos y terrestres, además de buscar el cráter dejado por el presunto impacto del objeto cósmico y definir su naturaleza.

Un acontecimiento vital tuvo lugar en 1992, cuando se logró localizar el lugar de la colisión de un cuerpo sideral de más de diez kilómetros de diámetro en el subsuelo de la actual Península de Yucatán, México, cuyo enorme boquete yace enterrado a una profundidad de unos tres kilómetros.

Denominado desde entonces cráter de Chic­xulub (nombre de un pequeño poblado situado en sus inmediaciones), el hallazgo ha sido confirmado mediante el empleo de imágenes satelitales, y las investigaciones sísmicas y gravimétricas, entre otros procedimientos apli­cados.

También es plenamente aceptado por la comunidad científica que tal choque desencadenó una súbita elevación de las temperaturas, violentos incendios que arrasaron gran parte de los bosques del planeta, sismos de gran magnitud, tsunamis, la contaminación de los mares y océanos. Incluso se plantea que nubes de polvo y gases tóxicos cubrieron la atmósfera terrestre durante muchos años.

Este verdadero cataclismo ambiental fue el responsable de la extinción definitiva de un in­contable número de especies, desde animales microscópicos, hasta los célebres dinosaurios y reptiles marinos de enorme tamaño. Así lo corroboran múltiples estudios.

El doctor Reinaldo Rojas Consuegra toma muestras de roca del límite Cretácico-Paleógeno, para su posterior estudio en laboratorios especializados. Foto: Cortesía del entrevistado

DE CARA A LOS HALLAZGOS

Como refiere a Granma el Doctor en Cien­cias Reinaldo Rojas Consuegra, geólogo-paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Cuba (MNHNC), en nuestro país las investigaciones sistemáticas para rastrear las posibles evidencias de aquel suceso comenzaron en 1997.

Lo anterior dio lugar al surgimiento de una línea de investigación que involucró a especialistas del propio MNHNC, el Instituto de Geo­logía y Paleontología, y de la Universidad de Tokio, Japón, aseveró el experto cubano que más tiempo ha trabajado en el llamativo tema.  

“Con el apoyo de avanzadas y costosas tecnologías de laboratorio aportadas por los japoneses a lo largo de más de 15 años de expediciones conjuntas, logramos recopilar valiosa información que convierte a Cuba entre los países mejor estudiados en este campo, y cuyos resultados son altamente confiables, muchos de los cuales han sido reseñados en publicaciones internacionales de impacto”.

Según precisa el doctor Rojas Consuegra, puede afirmarse que la Mayor de las Antillas atesora las más completas formaciones de rocas asociadas al choque de lo que la mayoría de los astrónomos califica de asteroide, colisión que hoy se sitúa con mayor precisión de ocurrencia en el entorno de unos 66,04 millones de años atrás.

“En los últimos tiempos hemos documentado series rocosas hasta ahora desconocidas o poco entendidas, que comprenden por ejemplo depósitos de sedimentos marinos inducidos por sismos y tsunamis. Igualmente, comprobamos la caída de cuarzo y demás partículas procedentes de la atmósfera terrestre”.

El hallazgo más prominente radica en la ubicación de numerosas rocas afloradas del límite Cretácico-Paleógeno en diversas localidades del territorio nacional, cuyos espesores son mayores a las observadas en otras naciones de la región, y su presencia mucho más frecuente que en ninguno de los países antillanos ve­cinos.

Testigo de ello son las encontradas en las formaciones de Moncada (Pinar del Río), Ca­carajícara (Pinar y Artemisa), Peñalver (Arte­misa, La Habana, Mayabeque y Matanzas), Santa Clara (Villa Clara), Fomento (Sancti Spíritus), y Mícara (Holguín).

Varias de esas formaciones geológicas aún se encuentran en estudio, o en etapa de publicar los resultados, aseveró el especialista.

Otras evidencias comprobadas del choque del cuerpo cósmico en el subsuelo del archipiélago cubano son el alto contenido de iridio existente en capas sedimentarias. Al respecto vale apuntar que la ubicada en el entorno del poblado pinareño de Moncada posee uno de los valores más elevados de ese elemento de todo el hemisferio occidental.
De igual modo, la secuencia de rocas de Ca­ca­rajícara es posiblemente la de mayor espesor aflorado del mundo (más de 800 metros), con valores paisajísticos únicos.

La de Santa Clara, en Loma de Capiro, guarda una serie rocosa particular, dada su conservación y excelente preservación de los microfósiles. Por cierto, especialistas de la española Universidad de Zaragoza aportaron al respecto las dataciones o fechados más precisos con microfósiles, incluso a nivel mundial.

Más allá de los citados descubrimientos, el doctor Rojas Consuegra enfatizó que también son estudiadas las consecuencias del impacto sobre la biodiversidad del pasado, a través del análisis de los macro y microfósiles, y cómo ocurrió la recuperación ambiental posterior al publicitado suceso, mediante el examen isotópico de la cera vegetal.

Tomando en cuenta las características específicas de los depósitos rocosos del límite Cre­tácico-Paleógeno en Cuba, que son únicos o raros para la ciencia, varios de estos sitios ad­quieren valor patrimonial excepcional en lo referido a la investigación, la enseñanza y el turismo de naturaleza.

Por eso deben ser protegidos de varias amenazas derivadas de la reactivación de la actividad minera, el relleno de canteras abandonadas con materiales contaminantes del manto freático y el paisaje, y del propio desconocimiento del valor geológico y paleontológico que contiene nuestro subsuelo.

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Antonio Vera Blanco dijo:

1

29 de junio de 2014

09:21:27


Muy interesante el artículo. Me pregunto. ¿Un Doctor tomando muestras? ¿Esa posición es segura para el manejo de una sierra?

Reinaldo Rojas dijo:

2

30 de junio de 2014

14:59:33


Gracias por el comentario! No en ese tiempo solo era un ingeniero geólogo...pero no es raro en las geociencias hay que tomar las muestras como lo exija cada situación, de las más varidas. Sí, esa maquina es la adecuada, está diseñada para ese fin, su ruido si es tremendo. La posición, bueno como se pudo. Saludos!

Arelis dijo:

3

1 de julio de 2014

11:49:18


A pesar de que la foto se tomó antes, no me asombraría nada ver al Doctor Rojas tomando muestras, ni cargándolas sobre su espalda si fuera necesario, La sencillez caracteriza a nuestros profesionales y en este caso tomar la muestra no es cualquier cosa, hasta para eso hay que ser un gran especialista y el que sabe de esto sabe de lo que hablo.

jobarta dijo:

4

1 de julio de 2014

13:07:40


Gratificante conocer de estos estudios en Cuba. Desde Núñez Jiménez acá poco se publica de estos temas.

Gonzalo Hernández dijo:

5

9 de julio de 2014

13:10:17


Intentar develar el pasado con el mayor grado de aproximación posible, permite enfrentar el futuro y combatir los preocupantes desfíos -como el calentamiento global, entre otros- para preservar nuestro mundo de sus inminentes peligros. Buen trabajo.

Leinier Rodriguez Frometa dijo:

6

21 de julio de 2014

10:04:32


Muy interesante. me preguntaria de donde vendria.

Hítalo Pucha dijo:

7

6 de agosto de 2014

11:27:32


Un excelente trabajo científico, sobretodo saber con mayor exactitud la época de colisión del asteroide, y los efectos que produjo para que se suceda la extinción masiva de especies. Saludos desde Loja - Ecuador

Reinaldo Rojas dijo:

8

6 de agosto de 2014

17:37:37


Varios de los lugares donde aparece el límite K-Pg (Cretácico - Paleógeno) pueden ser puestos en uso mediante proyectos locales y el público podría comprender mejor esta temática.

Maria del Carmen Hernández Peralta dijo:

9

27 de agosto de 2014

13:07:38


Me facina ,en particular soy amante de estos temas ,muy interesantes ,se pudiera ampliar mas?,a parte del iridio, de que otro material estan compuestas estas rocas...Beneficioso ó nó ?,cúal fuera la respuesta estoy en la mejor disposición de colaborarle, muy buen trabajo , mis saludos.

RRojas dijo:

10

5 de septiembre de 2014

12:37:57


María del Carmen: gracias por sus comentarios. Pueden encontrarse cuarzo de choque con deformaciones cristalinas por refusión de los granos impactados, vidrio por fundido de las rocas, cóndrulos terrestres, proveniente de los suelos desde el cráter, otros!