ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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Foto: Ricardo López Hevia

Matanzas.-Pocas horas después de incendiarse el primer tanque en la Base de Súpertanqueros, el Presidente Cubano resumió en una frase la dimensión del desastre al llegar al lugar del siniestro.

El rayo cayó en el lugar donde podía hacer más daño, dijo entonces el Primer Secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en diálogo con autoridades de la provincia y otros altos dirigentes.
Y así ha sido. Al paso de las horas la sentencia deja ver la secuela de aquella descarga eléctrica.

También en fecha reciente, la energía de otro poderoso rayo impactó y sacó de servicios a la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, enclavada, igualmente, en la zona industrial. 

La nube de humo que por estos días ocupa sin cesar la ciudad matancera y territorios aledaños resulta un espectáculo desconsolador, y recuerda a cada instante el drama del incendio que aún está por extinguirse pese al incansable esfuerzo de diversas fuerzas y el uso de medios especializados.

La compleja situación, sin antecedentes en el país, ha puesto a prueba la entrega y disposición de mucha gente. Como en sucesos similares, se activaron los centros de asistencia médica y toda la infraestructura que opera en estos casos: bomberos, socorristas, SIUM, Minint y Minfar, entre otros.

Dada la magnitud de dicho recipiente (unos 52 000 metros cúbicos de capacidad), quedó claro desde un primer momento que las acciones debían enfocarse en evitar que las llamas alcanzaran los tanques más cercanos. Sigue siendo todavía el objetivo principal.

Hay innumerables testimonios de personas que han estado en el lugar del siniestro, con historias por contar.

El dolor por los desaparecidos, la mayoría muy jóvenes, cala hondo en el sentimiento del pueblo. 

En opinión de un experimentado médico matancero, también notable historiador, en momentos de tristeza el pueblo generoso se crece y hace suyo el dolor ajeno. Es capaz hasta de olvidar las inconveniencias cotidianas y los problemas personales, admite Ercilio Vento. Esos jóvenes retaron el peligro con un valor que sobrepasa el término heroicidad, comenta.

Son tiempos en que las buenas personas escriben la palabra solidaridad en mayúscula, algo que se expresa también en la ayuda que llega de otras provincias y de países amigos.

Es el heroísmo al que se refirió hace unas horas el propio Díaz-Canel. No fue contra el depósito de combustible, fue contra ese heroísmo que chocó la fuerza de la descarga eléctrica.

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