Décimo aniversario
de la Escuela Latinoamericana de Medicina
Creadores de un mundo más humano
[…] Permítanme soñar. Solo que después de medio
siglo de lucha estoy absolutamente seguro de que nadie podrá decir
de los sueños de Cuba, como dijo Calderón de la Barca, “toda la vida
es sueño, y los sueños, sueños son”.- Fidel, en el 2005, durante la
primera graduación de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM)
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
Hace
diez años una antigua instalación militar —la Academia Naval Granma—
por obra de la solidaridad de un pequeño país criminalmente asediado
y bloqueado por la potencia más poderosa del planeta, fue convertida
en una universidad médica latinoamericana, con el propósito de que
miles de jóvenes desposeídos plasmaran sus sueños, para luego
promover salud, prevenir, curar y salvar a miles de sus propios
hermanos necesitados.
Para palpar literalmente aquel histórico acontecer hablé entonces
con Nora Karina, de Guatemala, con Lesver Miguel, de Nicaragua, con
Nelson Menocal, de Honduras, y muchos más de aquella pléyade inmensa
de jóvenes de nuestra América que comenzaban a caminar el futuro.
Mucho me impresionó el relato de una joven menuda, comunicativa,
Igni Estrada Moncada, memoria viva de la pobreza, que podía guardar
no pocas similitudes con la de muchos estudiantes que vienen
cursando sus estudios de forma gratuita en la Escuela
Latinoamericana de Medicina, y quien recibió su título de Doctora,
según consta en la Secretaría General de la Universidad, durante la
primera graduación de la ELAM en el año 2005.
A Igni, recuerdo que decía, le gustaba la lluvia, pero,
paradójicamente, sufría cuando la escuchaba caer, porque a unos
pasos de su casa en el municipio de Ilopango, en El Salvador, eran
numerosas las personas que vivían en casas de láminas, "y
entonces pienso que los niños se están mojando dentro de sus propias
casas, se enferman, y la gente que más lo necesita es la que menos
atención de salud recibe".
Y se preguntaba: ¿Qué médico de los que viven en Colonia Escalón
(una zona cercana donde habitan personas pudientes) va a ir a
atender a una comunidad en la que anida tanta pobreza?...
"He venido a Cuba, respondiendo a su solidaridad, para prepararme
y servir a quien lo necesite sin distingos de ninguna clase".
A veces le asaltaba el temor, reflexionaba, de que la visión
humana y social que sentía tan profundamente pudiera ser desviada de
sus cauces si tuviera incluso la posibilidad de educarse en un país
capitalista. "He visto, llevar a un niño enfermo y si no tiene
dinero con qué pagar, no lo atienden sencillamente. Me pasó con un
hermanito cuando tenía un día de nacido".
Cursando esta humana carrera en Cuba, sé que seré siempre fiel a
mis ideas, porque estoy rodeada de doctores que piensan lo mismo:
que como médicos debemos estar donde el pueblo nos necesite.
El proceso de selección de los estudiantes, para su ingreso en la
ELAM, se realiza en los propios países de procedencia, respondiendo
fundamentalmente a una sugerencia hecha por Cuba de que sean jóvenes
con vocación por la Medicina y escasas o ninguna posibilidad de
formación en esta carrera universitaria en sus lugares de origen.
EL SURGIMIENTO DE
LA IDEA
Al oeste de la capital, en la carretera Panamericana justo en el
límite mismo de las dos provincias habaneras, se encuentra la ELAM,
que se destaca en el ámbito académico por la integración de los
componentes docente, investigativo y asistencial en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
La idea de un Programa Integral de Salud (de ayuda médica
gratuita para la región y otros continentes), y una Escuela
Latinoamericana de Medicina (como la parte sustentable de esa
ayuda), nació en 1998 luego del paso de dos huracanes que azotaron
al Caribe y Centroamérica, causando un impresionante número de
víctimas mortales e incalculable daño material.
El 15 de noviembre de 1999, en ocasión de celebrarse en La Habana
la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, Fidel
tuvo a su cargo la inauguración oficial del proyecto ELAM, "como
sencillo símbolo de lo que unidos podemos alcanzar", y que pretende
ser, dijo, una modesta contribución de Cuba a la unidad e
integración de los pueblos que aquí representamos.
Expresó que en la ELAM, "aprenderán la historia de nuestro
hemisferio, en especial la de América Latina y el Caribe [¼
]. Cada cual es libre de profesar su religión, sea cual fuere". Y
señaló: "Lo más importante habrá de ser su consagración total al más
noble y humano de los oficios: salvar vidas y preservar salud. Más
que médicos, serán celosos guardianes de lo más preciado del ser
humano; apóstoles y creadores de un mundo más humano. Médicos
dispuestos a trabajar allí donde se les necesite, en los más remotos
rincones del mundo donde otros no están dispuestos a marchar. Es el
médico que se formará en esta Escuela".
El ejemplo de ustedes, jóvenes entrañables que ya estudian en
esta Escuela —indicó Fidel— despertará conciencias y será seguido
por los profesionales que, en número elevado y con excelente
calidad, han formado las universidades de América Latina. Salvar
millones de vidas, brindar salud segura y óptima a los 511 millones
de habitantes de América Latina y el Caribe, solo puede ser tarea de
cientos de miles de médicos que en su inmensa mayoría ya están
técnicamente preparados para ello.
LA FORMACIÓN
ACADÉMICA
La doctora Midalys Castilla Martínez, vicerrectora docente de la
ELAM, dice que los principios de formación en la Escuela son los
mismos que se aplican a los estudiantes cubanos, con idéntico plan
de estudio y rigor. En este ámbito académico la integración de los
componentes docente, investigativo y asistencial en el proceso de
enseñanza-aprendizaje favorecen la preparación integral que deben
alcanzar estos jóvenes en su formación.
Otro objetivo esencial de este programa está asociado a los
valores que deben caracterizar al profesional de la Medicina, el
humanismo, la solidaridad, la ética profesional y el
internacionalismo, elementos fundamentales de su desempeño que los
convierte en seres humanos capaces de ayudar a transformaciones
sociales y comunitarias, expresadas en mejores indicadores de salud,
calidad de vida y bienestar.
El modelo pedagógico de formación de estos médicos establece el
vínculo directo de los estudiantes a los escenarios donde realizarán
su labor profesional. Desde el primero de los seis años que dura la
carrera, y en su periodo vacacional, se insertan en las comunidades
más apartadas de sus países para realizar labores de promoción y
prevención de salud.
Esta vinculación se va profundizando y diversificando en la
medida que los estudiantes avanzan en su carrera.
A modo de ejemplo de esta integración en el ámbito investigativo
y asistencial, en la actualidad se está desarrollando una
investigación clínico-epidemiológica dirigida a conocer trastornos
en las funciones renales de los habitantes de una comunidad apartada
de El Salvador, con la participación de estudiantes y egresados de
la ELAM, junto a especialistas del Instituto de Nefrología del
Ministerio de Salud Pública de Cuba y de esa nación centroamericana.
La forma de culminar los estudios de pregrado es mediante un
Examen Estatal Nacional, que avala legalmente la preparación de los
egresados como médicos profesionales, según las normas establecidas
por el sistema de educación superior cubano que les posibilita
enfrentar los procesos de reconocimiento y acreditación del título
en sus países de origen.
Reconoce la vicerrectora docente que la heterogeneidad del
estudiantado de la ELAM, en cuanto a su procedencia y diversidad
cultural, ha sido un reto para los profesores de la Escuela, y,
asimismo, un importante pilar en la formación integral del
estudiante.
Al llegar a sus diez años de existencia el "proyecto ELAM"
muestra su fortaleza y consolidación al borrar literalmente las
fronteras entre nuestros países, en la marcha emprendida para lograr
la unidad e integración.
“¿Por qué estudio Medicina?”
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