
El Encuentro de Cantoras Ella y Yo es, desde sus inicios, una plataforma para visibilizar el papel de la mujer en la cultura musical cubana. Auspiciado por el Centro Nacional de Música Popular y el Instituto Cubano de la Música, la octava edición del festival rindió un homenaje a la compositora Marta Valdés y al cantautor Eduardo Sosa.
La cita reunió a voces femeninas de toda Cuba y de diversos países del mundo. Entre las invitadas internacionales, la voz de Rocío Robledo, integrante del trío paraguayo Las Conchas sin mar, resonó con una convicción tan particular como su música; una mezcla de electro pop y folclore, con siete años de trayectoria y a punto de presentar su primer disco.
Para Robledo, este festival significa mucho más que una presentación artística, es la materialización de un puente cultural. «Desde Paraguay nos llegan noticias muy lejanas de Cuba, pero el estar aquí es poder compenetrarnos con la cultura que se respira en La Habana», confesó, emocionada, a Granma. Esta fue su segunda vez en la Isla, pero la primera con su trío completo, oportunidad que describió como un honor.
Ante el empoderamiento femenino que promueve Ella y Yo, Robledo reflexionó sobre la poca visibilización de la mujer en la música. «En Paraguay es así, y en casi toda Latinoamérica», comentó, y agregó que, «siempre en cualquier festival hay mayor cantidad de hombres en todas las grillas. Y eso no tiene que ver con el talento, sino con la falta de oportunidades».
Para la artista, la raíz del problema está en la desigual distribución de roles sociales: «Las mujeres nos ocupamos de tantas cosas, con tareas de cuidado y el espacio doméstico, que a veces no nos podemos dedicar como los hombres a nuestras carreras musicales». Explicó también que iniciativas como Ella y Yo actúan como un contrapeso esencial, colocando el talento femenino en el centro.
«Creo que tienen que existir festivales que exijan, que apuesten por los proyectos de las mujeres, porque si no, siempre se llenan de hombres. Y lo que queremos es igualdad», enfatizó con la esperanza de que se sumen más mujeres a la música, y puedan mantenerse en ella.
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