Entre los escritores villaclareños, uno de los más reconocidos es, sin duda, Jorge Luis Mederos, alias Veleta, un poeta que encanta con su poesía y la recia personalidad que lo caracteriza; razones más que suficientes para que fuera nombrado presidente de honor de la Feria Internacional del Libro que tiene lugar en Villa Clara.
Aunque ha realizado varios oficios, entre ellos técnico en higiene y protección del trabajo, pescador e instructor de Literatura, nada le apasiona más que escribir, porque en esa tarea suele expresar los accidentes de la vida que le rodean, en especial los suyos; y lo hace con un desenfado tal que pocos pueden resistirse a caer rendidos ante lo que dice.
–En una de tus obras, El tonto de la chaqueta negra, hablas del desesperado, el tonto, el malo y del hombre. ¿Con cuál de esos calificativos te identificas más?
–Por tener una vida tan azarosa, creo que he sido un poco de todo eso, aunque me identifico más con el hombre y el ser humano que soy, por encima de cualquier otra cosa. Me precio mucho de la vida que he tenido, porque ello me ha permitido enriquecer la poesía que hago, a partir de esas muchas experiencias.
–¿Cómo nace en ti esa pasión por la poesía?
–En la vida, todo el mundo ha escrito alguna vez algún poema para su novia, el amigo o la naturaleza. Lo que pasa es que en algunas personas se desarrolla la vocación y en otras no, lo que no quiere decir que cualquiera puede ser poeta. Creo que con ese don se nace, y si lo cultivas, mejor.
–Entonces, ¿qué es para ti la poesía?
–La condensación de todo lo vivido. La diferencia entre un poeta y alguien que no, es que el primero no puede quedarse con nada en su interior, porque tiene una necesidad irresistible de expresar lo que siente, y lo hace de una manera diferente, bella.
–Hay quien dice que se nace poeta. ¿Ese es tu caso?
–Yo creo en la predisposición para ejercer la poesía. Sin embargo, para mí lo fundamental es la preparación y la formación que pueda tener el poeta. Ahora mismo puede haber un poeta trabajando en el campo, pero si alguien no lo descubre y lo encamina, se frustrará. Ernest Hemingway decía: «si la inspiración existe, que me encuentre trabajando». Esa es mi visión del asunto.
–¿Consideras que tu poesía es una obra del amor y el desamor?
–La mayoría de los poetas escribimos del desamor. Los poetas latinoamericanos escriben, en lo fundamental, de ese tema, y lo hacen por vergüenza. Solo grandes como Pablo Neruda escriben del amor, y, por cierto, él lo hizo con genialidad.
–De tus obras, ¿cuál es la que más quieres?
–Dicen que se quiere mucho al primer libro, y aunque he escrito otros como Romanza del malo, El tonto de la chaqueta negra y Otro nombre del mar, para mí el más completo es El libro de otros, un texto diferente, porque parte de las anécdotas y de la experimentación.
–¿Por qué te dicen Veleta?
–Me pusieron ese mote en 1983, quizá por la manera en que vivía, de un lado para otro y, aunque ahora estoy un poco más tranquilo, creo que todavía merezco ese sobrenombre.












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