ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Imagen de la serie Nell, la renegada.

Muy frescos aún los choques de sables y el polvo de los combates de los solidarios personajes del díptico fílmico de Martin Bourboulon, Los tres mosqueteros: D´Artagnan (2023) y Los tres mosqueteros: Milady (2024), llega a la pequeña pantalla otra pieza en la que se cruzan los géneros de capa y espada y la aventura, en un argumento en el cual también cobra gran valor la amistad: Nell, la renegada (2024).

Al aire en la Televisión Cubana, en de la franja destinada al sector juvenil, la serie de ocho episodios de la cadena Disney+ supone un bienvenido retorno a esas historias de atracadores justicieros que salieron del capote de Robin Hood, tan leídas en el tiempo.

Narrada con calidez, gracia  y unas bien engarzadas dosis de humor y fantasía, se trata de un divertimento familiar sin mayores pretensiones que entretener de una forma sana, al que quizá por ello debemos perdonarle su sarta de inverosimilitudes históricas y su inclusivismo racial de agenda –que al menos yo no me creo, viniendo de donde viene: de la racista casa de Mickey Mouse–, incluida la colocación de personajes negros con títulos nobiliarios, en la Inglaterra de 1705.

La producción televisiva británica cuenta las tribulaciones de Nell Jackson (interpretada por la irlandesa Louisa Harland, de la serie Derry Girls), quien retorna a su hogar en Tottenham, luego de una experiencia poco feliz en la guerra. Allí la esperan su padre, el apacible tabernero Sam, y sus dos hermanitas, Roxie y George.

Todo marcha medianamente bien hasta que irrumpe en escena uno de los villanos del relato, Thomas, el hijo varón de los Blancheford, los potentados del pueblo inglés de inicios del siglo xviii en los que despunta la historia. Este personaje mata al padre de Nell, pero también al suyo propio, impelido por el oscuro conde de Poyton, quien maneja la magia negra. Thomas no reconoce su crimen y, en complicidad con su no menos malévola hermana Sofía, culpa a la recién llegada.

A partir de este momento, comienza la huida de Nell y de sus hermanas, junto a un criado de los Blancheford nombrado Rasselas. Él será un soporte fundamental en las andanzas de la joven, cuyo destino también se entrelazará al del saqueador de caminos Charles (Frank Dillane, de la serie La serpiente de Essex, en una composición, entre lo pícaro y lo sarcástico, que le sienta muy bien a este trabajo).

Nell deberá afrontar muchas vicisitudes y múltiples combates en el trayecto a su reivindicación, imposibles de vencer sin sus amigos o la presencia, mágica, de Billy Blind (Nick Mohammed, de la serie Ted Lasso), un duendecillo que se convierte en garantizador de la descomunal fuerza física y destreza que acompañará a la protagonista en sus peleas y, además, en una suerte de Pepe Grillo de ella.

Pese a su destino televisivo, Disney+ invirtió una considerable suma para respaldar este proyecto de una creadora británica de prestigio como Sally Wainwright (a ella se deben las dos alabadas series Happy

Valley y Gentleman Jack, también con personajes femeninos en el centro de la trama), algo evidente en un diseño de producción de primera línea y la cuidada ambientación o recreación de época.

Sin embargo, al parecer, Nell, la renegada no satisfizo las expectativas mercantiles de los directivos de la plataforma estadounidense, y no tendrá segunda temporada. No le importó siquiera su favorable recepción entre la crítica de los principales medios anglosajones.

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