ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El público le puso el sobrenombre de Papá Shangó. Foto: Talía Castro Cruz

Fue primer bailarín del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba (CFNC) durante tres décadas, y después otra treintena se dedicó a la docencia en el Instituto Superior de Arte (ISA), donde fue jefe de departamento del perfil Danza Folclórica, por 14 años. Ha contribuido, y contribuye, a la formación de muchas generaciones de bailarines. En su infinita modestia, Alfredo O'Farrill Pacheco todavía no cree haber ganado el Premio Nacional de Danza 2024.

«Lo veo tan grande que me pregunto si me lo merezco», nos dice, en su cálida conversación. Las muchas llamadas de felicitación que ha recibido se lo confirman. «Ya que llegó, estoy muy contento y agradecido con las autoridades que decidieron darme el Premio y, sobre todo, con la Revolución Cubana. Si no fuera por ella, no se hubiera creado el Conjunto Folklórico Nacional, del cual soy parte».

El Premio Nacional de Danza lo han merecido varias figuras vinculadas al Conjunto.... Mientras O'Farrill asimila que ahora su nombre integra esa gloriosa lista, junto a Santiago Alfonso, a quien considera su eterno profesor, recuerda sus comienzos como artista aficionado en el grupo El Nuevo Teatro de Danza, apadrinado por el CFNC, al cual ingresó, posteriormente, como bailarín, y pasó de ser «un muchacho de la calle a integrante de un grupo profesional de danza».

Se considera afortunado porque, además de Santiago, recibió clases de Alberto Alonso, Ramiro Guerra, Sonia Calero, Eduardo Rivero, Isidro Rolando, entre otras personalidades de la danza en Cuba. De ellos aprendió que la «danza es una sola. Yo digo que el nombre propio es danza, y los apellidos son clásica, contemporánea y folclórica, y hay que estudiarlas todas como entrenamiento, para después especializarse».

El CFNC ofrece a sus bailarines una rigurosa formación integral de la danza, que incluye la técnica clásica (ballet) y la técnica moderna, así como clases de actuación. «Yo fui mejor bailarín de folclor a partir de que aprendí la técnica clásica y la técnica moderna».

Entre todos los personajes que interpretó a lo largo de su carrera, el que recuerda con mayor cariño es Shangó, el cual consideraba que era una danza muy difícil, y que no tenía aptitudes para bailarla. Entonces entrenó muy duro y, con la práctica constante, «Shangó me atrapó, me enamoré de ese personaje, y empecé a interpretarlo. Parece que al público le gustó, y me pusieron el sobrenombre de Papá Shangó».

«Bailando Shangó con el CFNC viajé el mundo, y tengo recuerdos lindísmos del personaje, como que, en medio de la danza, el público, tanto cubano como extranjero, se ponga de pie a aplaudir, y eso es algo que reconforta al artista. El público siempre me ha acogido con mucho cariño».

Al maestro le interesaba todo lo que puediera aportarle en su superación personal y artística. Esa fue la motivación para aprender a tocar los tambores. «Aprendí, no para dedicarme a eso, sino porque consideré que podía bailar mejor». A sus alumnos del ISA les enseña que el bailarín no tiene que convertirse en músico, pero sí conocer la percusión, para saber cuándo cambia el tambor. «Cada cambio que el tambor hace, en los orishas es una danza diferente. El que no sabe, el tambor cambia y sigue haciendo el mismo paso, pero cuando sabes tocar, el tambor cambia y el bailarín cambia el paso».

Se hizo tocador de tambores batá, de la rumba, del guaguancó, de la música carabalí. Todo eso lo aprendió gracias a la amistad que tuvo con uno de los más grandes tamboreros que había en La Habana, Jesús Pérez Puentes, a quien «quise como un padre y él me quiso como un hijo», y cuyo vínculo le abrió las puertas del mundo religioso.

«Conocí a gente religiosa de muchos conocimientos, que me enseñaron las historias de los orishas, danzas que se cantaban, pero no se bailaban. Todo eso lo aprendí, no en un aula, sino junto a esa biblioteca viviente en los toques de santos».

En sus siete décadas de  fructífera vida, O'Farrill también constituye una biblioteca viviente para sus alumnos, a los que siempre está dispuesto a ayudar y transmitirles sus saberes. «No hay premio más grande que el que los alumnos me paren en la calle, me saluden y se acuerden de lo que les enseñé. Eso me pasa frecuentemente, porque tengo alumnos en todos los lugares».

–¿Para integrar el CFNC se necesita ser practicante de la santería?

–Los bailarines tienen que conocer la historia de esta danza, las diversas culturas de los esclavos procedentes de varias partes de África que llegaron a la Isla, así como sus orishas. De esos orishas, primero hay que saber sus caracaterísticas para después darles movimiento; pero la religión no es obligatoria. Tengo alumnos que son católicos o no profesan ninguna religión. Yo, por ejemplo, soy santero y católico, y voy los domingos a la iglesia. Eso forma parte del sincretismo cubano, sincretizar los orishas con los santos católicos.

 «Cuando hablas de folclor, muchos piensan que se trata de danzas africanas, de santería, pero el folclor lo conforman también el danzón, el danzonete, el chachachá, el zapateo cubano, entre otros bailes tradicionales cubanos».

–A qué se refiere cuando ha dicho que en un tiempo el CFNC estuvo estancado?

–El folclor lo hace el pueblo y el pueblo siempre está evolucionando y creando. Lo que siente la gente cuando está en un toque de tambores, esa esencia hay que transmitirla en escena, pero el CFNC se quedó estancando en las danzas de Yemayá, Eleguá, Shangó, por poner un ejemplo. Leiván García (el actual director) ha vuelto a echar a andar la maquinaria del folclor.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Irene Saura dijo:

1

30 de abril de 2024

23:06:49


Muy merecido premio, una vida entera dedicada a la Danza, la Docencia, el folclor y la filantropía. Aunque de pocas palabras, una charla con el maestro es una lección de vida. GRACIAS por ser, y estar siempre para Nosotras.