ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La obra descubierta en Francia. Foto: Cortesía Centro Wifredo Lam

Wifredo Lam murió en París el 11 de septiembre de 1982, pero sus cenizas reposan desde el 6 de diciembre de aquel año en Cuba. Era cubano por los cuatro costados.

El largo tiempo de residencia en Europa no mermó ni un ápice una cubanía que llevaba en la sangre y en la pupila, y que entendió como crisol del mestizaje que fraguó en nuestra identidad afrolatinocaribeña, desde una visión netamente moderna.

Nunca deja de sorprender y de situarse a la vanguardia de la vanguardia cubana. Por estos días vuelve a ser noticia, por el descubrimiento de una obra suya en Francia, que ha despertado el interés de aficionados, coleccionistas y críticos.

El hilo conductor lleva al inventario que en octubre del año pasado el tasador Guillaume Cornet realizó en los fondos del fotógrafo estadounidense, radicado en Francia, John Pole-Woods, en su casa de Sologne.

Fijó su mirada en un cuadro en el cual encontró resonancias picassianas, pero al observar con detenimiento, llegó a la conclusión de que se trataba de una reproducción.

Un vecino del fotógrafo, presente en el acto, corrigió al tasador. «Esa es una reproducción; el original me lo dio a guardar John Pole-Woods».

La calidad de la pintura se impuso. Era un Lam en el mejor estilo del creador cubano. «La obra no está firmada –comentó en días recientes, al dar la primicia, el tasador Cornet– pero rápidamente descubrimos que fue realizada por Wifredo Lam, gracias a una correspondencia ilustrada con pequeños dibujos entre la pareja Pole-Woods y el pintor, una fotografía del cuadro en la pared del apartamento parisino de la pareja, así como un certificado de autenticidad emitido por Madame Lou Laurin-Lam, con fecha 25 de octubre de 2007».

La obra, pintada en Cuba en 1950, revela con cuánta intensidad Lam decantó los elementos constitutivos de su universo visual, luego de su reencuentro con la tierra natal por aquellos años y el contacto con Haití, que tuvo lugar en 1946. 

Coronada de cuernos, la figura femenina dominante y animal se destaca frontalmente, como un tótem, sobre un fondo marrón monocromático que evoca el color de la madera de las máscaras rituales.

Fallecido hace 40 años, Lam es noticia también en Argentina. El pasado 26 de agosto quedó abierta, y podrá verse a lo largo de los próximos 11 meses en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), la exposición Tercer ojo (Colección Costantini), cuyas piezas más importantes son Diego y yo (1949), de la mexicana Frida Kahlo, y Omi Obini (1943), de Wifredo Lam.

La obra ingresó en la colección hace dos años, al ser subastada en Sotheby’s. Los medios hicieron hincapié en el monto de la adquisición y no en los extraordinarios valores estéticos de una composición que se hermana con La jungla, por la exuberante dialéctica entre el mito, la vegetación y la textura antillana.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.