ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Santiago de Cuba acoge su Festival del Caribe hasta el 7 de julio. Foto: Yander Zamora

El fuego del Caribe reaviva sus llamas en Santiago de Cuba; un fuego abrasador, inextinguible, que a lo largo de una semana, desde ayer, convierte a la urbe oriental en crisol donde se funden mitos, saberes y prácticas ancestrales con metáforas de la resistencia y las culturas de los pueblos de la región.

Así se nos presenta la Fiesta del Fuego 2022, de nuevo en calles y plazas, teatros y galerías, luego de dos años en que por la pandemia del coronavirus hubo de manifestarse por rutas virtuales, a distancia.

Llega el festival justo cuando la institución que le da aliento, la Casa del Caribe, acaba de cumplir cuatro décadas de existencia. Al saludar el acontecimiento, Abel Prieto, presidente de la Casa de las Américas, expresó en un mensaje: «Sus publicaciones y eventos, en particular la gran Fiesta del Fuego, han construido una trinchera de ideas frente a la colonización cultural. Nuestro recuerdo a su fundador: el entrañable Joel James».

Con el filo del pensamiento en la memoria llega Joel a los participantes de 17 países reunidos hoy en Santiago. La última vez que se dirigió al foro dijo palabras que parecen haber sido escritas hoy: «Tenemos que borrar de una vez y por siempre aquello que Rubén Martínez Villena denominó “la costra tenaz del coloniaje”. Tenemos que olvidar, y aun abjurar, de las mediocres manifestaciones de orgullo por haber pertenecido a una metrópoli o a otra. Como bien dijo Nicolás Guillén en algún momento, “soy hijo de esclavos, que se avergüence el amo”. Si algo nos puede definir en la búsqueda común de una cada vez más cabal integración, no sería otra cosa, en términos culturales, que la expresión de la más entrañable solidaridad humana».

El equipo que continúa la obra de Joel en la Casa del Caribe, encabezado por Orlando Vergés, no solo ha sido fiel al mandato, sino que lo ha encauzado a la altura de las exigencias de nuestro tiempo. El mismo Vergés dio cuenta, hace apenas unas horas, de un testimonio sobre la fuerza gravitacional que ejerce la Fiesta del Fuego a escala popular, a partir de la vivencia de una alemana caribeña, Dorothea Marx, en la ruta para participar nuevamente en el festival.

«Ella pudo ver desde su guagua –narró-, a la salida de Palma Soriano, un pequeño pero divertido montompolo en el que a la cabeza venían Los Ripiaos con sus latas de mermelada vacías y una bulla del cará. Dice que cuando el ómnibus consiguió adelantar al grupo, vio de refilón que alguien traía, brazos en alza, una foto de Joel James. Le comenté: nada, hermana, seguramente son los negros de los grupos Barranca, la Caridad, Pilón del Cauto y de Thompson, que ya están enterados de que el Festival va y que desde entonces no duermen».

No han dormido tampoco los coordinadores de los muchos eventos que se desatan al calor de la fiesta: el coloquio El Caribe que nos une, el taller de religiosidad popular, el foro de estudios literarios, el Salón del Caribe, el taller de danza y percusión, el encuentro de poetas a la memoria de Cos Causse, el espacio Rumbos del Teatro Caribeño, el taller de arqueología, el Desfile de la Serpiente y la Quema del Diablo. No ha dormido ni el premio nacional de Artes Plásticas, Alberto Lescay, que este domingo abrió en la Casa del Caribe, Cavila, su más reciente creación.  

 

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.