
En el campo audiovisual, si usted merece un Oscar lleva la delantera, en virtud de los mecanismos de legitimación de la industria hegemónica. Es por ello que la fama de Ruth E. Carter se la debe a la estatuilla conseguida en 2019 por el diseño de vestuario del filme Black Panther, y al hecho de ser la primera afroestadounidense en ser laureada en esa categoría. Y que se haya acuñado para calificar su trabajo de un neologismo inquietante: afrofuturismo.
A Carter, sin embargo, no le hacía falta el Oscar para ser quien es. En más de cuatro décadas de entrega profesional en las artes escénicas, el cine y la televisión, ha madurado conceptos y realizaciones que tienen que ver con la deconstrucción de estereotipos y la reconstrucción de una identidad marcada en Estados Unidos por los avatares de la racialidad.
Tales búsquedas, pensamiento y acciones se reflejaron en el capítulo dedicado a Carter por la serie El arte del diseño (Netflix), que ha venido transmitiendo una vez a la semana Multivisión. No solo por el caso de la artista estadounidense, sino por los otros exponentes que se han mostrado en la serie, vale la pena llamar la atención a la audiencia de un canal donde el mundo se asoma a nuestra pantalla doméstica de maneras tan diversas como desiguales, desde instructivos materiales didácticos y científicos hasta una especie de curso intensivo de cómo matar más y mejor de ciertas series policíacas y el inefable espacio titulado Documental forense.
Las aventuras del diseño en los avances del siglo xxi saltan a la vista: la intersección entre diseño computacional, ingeniería de materiales y biología sintética por parte de la israelí Neri Oxman, al frente de un laboratorio del célebre Instituto Tecnológico de Massachusetts, las instalaciones de luz y agua del danés Olafur Eliasson, la propuesta utópica de su compatriota Bjarke Ingels de traducir las estructuras inmateriales de la sociedad en estructuras físicas, y la renovación de la visualidad de los equipos automotores, acelerada por el canadiense de origen haitiano Ralph Gilles, han recorrido la serie.
La singularidad de Ruth E. Carter radica en la perspectiva antropológica de sus trabajos, la toma de conciencia acerca de sus orígenes, y la restauración de los vasos comunicantes entre las culturas africanas y las comunidades afroestadounidenses.
Mucho antes de que la llamaran pionera del afrofuturismo, Carter fue la diseñadora de Malcolm X. No por gusto ha trabajado tanto con Spike Lee. Su paleta cromática en la piel de los personajes es una declaración de principios.












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