Aquí está Juan Formell en alma y voz presente. No solo porque fue el padre de los Van Van, sino por lo que sostiene, anima y proyecta, y por lo bueno que la orquesta aporta. Aquí está más vivo que nunca en la pieza A través de mis canciones, asistido por Silvio Rodríguez, quien, como se recordará años atrás, grabó con la banda Imaginada, Décimas a mi abuelo y Llegué por San Antonio de los Baños, colaboraciones que hicieron época.
Escuchar a Juan y a Silvio marcó el momento más emotivo de la puesta en circulación de Mi songo, la más reciente producción discográfica de los Van Van por el sello Egrem, y es la prueba más fehaciente de la continuidad vital de una orquesta, un estilo, un modo de ser y estar en el vórtice de la música cubana.
A lo largo de las 12 propuestas contenidas en el álbum, presentado recientemente, bailadores y oyentes cubanos tienen ante sí un resumen apretado de los hitos que han marcado la evolución y el impacto vanvanero en las audiencias.
¿Quién no gozó Anda, ven y muévete? ¿Cómo permanecer impasible ante Sandunguera? ¿Cuántas razones hay para sonreír con la picardía de Recaditos no? ¿Acaso no es visible la sabrosura con la que el Pupy Pedroso de Azúcar y Me gustas encajó en la trama de la orquesta? ¿O en las versiones de obras de autores que han dejado huellas en la música para bailar, como Rodulfo Vaillant (Se muere de sed la tía) y Evaristo Aparicio, El Pícaro (Si a una mamita)? ¿Cómo no volver a asombrarnos con la rotunda cadencia de El buey cansao?
Al revisitar estos y otros temas, Samuel Formell, quien recibió el batón de su padre, convocó no solo a Silvio, sino a otros intérpretes que tuvieron que ver con la orquesta o crecieron bajo el influjo de esta: el saxofonista César Alejandro López, la rapera Telmary, el trombonista Jimmy Bosch, el trompetista y cantante Alexander Abreu, y una voz de resonancia internacional que declaró sentirse honrado por la invitación, el puertorriqueño Gilberto Santa Rosa, quien alterna con Robertón en Quién no ha dicho una mentira.
Valor añadido del fotograma es el diseño gráfico de Raúl Muñoz, que aprovechó una tela mural pintada en ocasión del cincuentenario del colectivo por Zaida del Río, Yasbel Pérez, Ángel Rivero, Choco, Abelita, Rafael Pérez Alonso, Cuti Echevarría y Pichi Perugorría.
«Solo soy un Van Van. Siempre habrá Van Van aunque sea uno solo que defienda la obra de este nuevo son, del songo, de nuestra música cubana bailable. Eso siempre quiso el creador de esta orquesta, el eterno Juan Formell», afirmó Samuel, al introducir el álbum.










COMENTAR
Alisa dijo:
1
24 de diciembre de 2020
12:11:26
Responder comentario