ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El escritor Urbano Martínez Carmenate. Foto: Tomada de Internet

Matanzas.–Hubiera bastado con la biografía de Carilda Oliver Labra, de José Jacinto Milanés o de Bonifacio Byrne, personalidades imponentes de la cultura, para ocupar un lugar respetado en el sitial literario cubano. Pero el escritor e investigador Urbano Martínez Carmenate, a quien está dedicada la Feria del libro en esta provincia, trascendió ese cometido y se luce incluso por otros senderos de la narrativa, al punto de ser hoy uno de los más importantes biógrafos del país.

Ahondar en la vida y obra de estas y otras figuras de la poética cubana, con equilibrio estructural, sin rehuir las realidades complejas, así como ofrecer una vasta información de la época, es todo un regalo a las actuales y futuras generaciones.

Su obra es extensa y en ella aparecen títulos como Atenas de Cuba: del mito a la verdad, Domingo del Monte y su tiempo, Los puentes abiertos, Letras húmedas. La ciudad poética, Carpentier, la otra novela, García Lorca y Cuba: todas las aguas, y El coleccionismo en Matanzas. Del gabinete privado al museo público, entre otros.

En la actual Feria del Libro se presentan dos textos suyos, uno de poemas, a cargo de Ediciones Vigía, y el libro Matanzas, ciudad del mundo, compilación de artículos ensayísticos.

Bajo el pretexto de la fiesta literaria, Granma conversó brevemente con el destacado intelectual.      

–¿Qué impresión le merece el hecho de que la Feria exalte su obra?

–Un reconocimiento a mi trabajo a lo largo de 40 años, algo siempre plausible, estimulante.

–¿Cómo selecciona a su biografiado?, ¿cuáles son las motivaciones?

–Son figuras que me llaman la atención, personas con una vida intensa y escabrosa, inteligentes, que distinguieron y no solo por su obra extraordinaria, sino también por los azares políticos y culturales que circundan su existencia. Me inclino preferentemente por los personajes complejos.

–Ha dicho que los mejores instrumentos del biógrafo no son la pluma o la computadora, sino la plomada y el termómetro. ¿Puede explicarlo?

No hay vida perfecta, por eso es preciso medir las circunstancias y balancearlas, estudiar y proyectar los elementos que configuran la obra de un biografiado para comprenderlo mejor. Siempre se hace necesario el análisis del contexto, tomarle la temperatura.

–¿Cómo puede la biografía, como género literario, atrapar al lector?

–Contando historias interesantes, con un lenguaje eficiente y sin desestimar otros ingredientes como el tono poético y la fibra humana del personaje.  

–¿Dónde comienza y termina una biografía?, ¿es saludable seguir el orden cronológico?

–En mi caso, durante el proceso de estudio voy acomodando la estructura, que puedo modificar en la marcha; el orden cronológico es solo una opción.

–Adentrarse en interioridades poco conocidas de prominentes figuras supone grandes retos, ¿cuáles son algunos de ellos?

–El mayor desafío es hallar equilibrio entre la justicia y la belleza. Justicia para reproducir con la mayor certeza a esa figura, y la belleza porque es una exigencia en toda obra. 

–¿Y qué ocurre cuando esa personalidad vive aún, como ocurrió con Carilda Oliver Labra?

–Es mucho más complicado, desde luego. Por eso he dicho que las biografías de personajes vivos no pueden ser definitivas, pues en ese caso la vida sigue ocurriendo. No queda más remedio entonces que asumir la aventura literaria a merced de piedras intempestivas. Claro, en el caso de Carilda, cuya exuberancia vital propende a múltiples calas biográficas, no me animaba contar su vida con frialdad, despojándola de la leyenda.     

–Por cierto, ¿cuál de los biografiados le ha fascinado más?

–No podría determinar, todos tienen algo fascinante. Quizá y en última instancia, Milanés gane alguna preferencia mía, pero solo porque es el que tiene más puntos de contacto conmigo.

–¿Alguna biografía que haya querido emprender sin concretar hasta ahora?

–Este año voy a iniciar la investigación sobre una figura con una vida literaria y política muy polémica, un colombiano que llegó a Cuba muy joven y vivió en Matanzas. Se trata de Félix Tanco Bosmeniel, quien inaugura la narrativa antitratista en nuestro país.

–Alguien dijo que la autobiografía es la salvación del biógrafo. ¿No ha pensado en la suya?

Son géneros muy distintos. Creo que nadie puede realizar su biografía, no sería capaz de contar su propia vida sin pestañeos y remordimientos. Pero bueno, si de autobiografía se trata, ya tengo escritas algunas páginas, y no precisamente con el ánimo de salvarme.

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Angel Perez dijo:

1

11 de marzo de 2020

21:05:16


Me encanto el articulo, felicidades para el escritor para el autor del articulo. Ojala aqui en Matanzas la Television Yumuri y el periodico Giron hubieran divulgado mas la obra del escritor Urbano, gracias