
A los 79 años falleció en la noche del jueves en Oaxaca el pintor, grabador y ceramista mexicano Francisco Toledo (Oaxaca, 1940), uno de los más importantes creadores latinoamericanos de los últimos tiempos, profundamente comprometido con una visión revolucionaria del arte y la sociedad.
Desde que descubrió su vocación dedicó sus empeños a la develación de imágenes que mucho tienen que ver con el realismo mágico, la recuperación de la cultura zapoteca y la defensa de los valores de la gente de su tierra. Luego de viajar a la capital mexicana a estudiar en la Escuela de Diseño y Artesanía del Instituto Nacional de Bellas Artes, su estancia en París entre 1960 y 1965 fue decisiva en su formación. En Francia conoció a su compatriota Rufino Tamayo, quien ejerció sobre él un ejemplo inspirador.
De nuevo en Oaxaca comenzó a desarrollar en diversos formatos y técnicas la poética que lo caracterizó: animales fantásticos, historias fabuladas, una manera muy suya de concebir el erotismo y, como mexicano al fin, el trato festivo con la muerte.
La acreditada crítica mexicana Raquel Tibol expresó que «sus obras presentadas conjuntamente adquieren una energía poética, mayor todavía, cuando se les confronta con la producción de sus contemporáneos en cualquiera de las técnicas por él practicadas». Por su parte, la notable crítica cubana Adelaida de Juan consideró a Toledo como «un grabador de excelencia, no solo por atrapar el hilo conductor de una tradición y colocarlo en una dimensión superior, sino por lograr una indivisible comunión entre tema y forma».
Expuso en galerías de Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Francia, Alemania, Noruega y México y piezas suyas forman parte de las colecciones del Museo de Arte Moderno de México, el Museo de Arte Moderno de Bogotá (Colombia), el Sofía Imbert de Caracas (Venezuela), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (España) y el Centro Cultural de México en París (Francia). Mereció el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1998, el Premio Príncipe Claus en 2000 y el Premio Right Livelihood en 2005. En Cuba, la Primera Bienal de La Habana le dedicó en la Casa de las Américas una exposición personal y fueron muy visitadas y reconocidas las muestras que envió a La Habana en 2015 con motivo de la Feria Internacional del Libro.
De su activismo social, dos ejemplos son ilustrativos. A Toledo se debió la creación del Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural del Estado de Oaxaca y del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Y en diciembre de 2014, diseñó y armó 43 papalotes elevados en Oaxaca por alumnos de una primaria, con los rostros de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, víctimas de desaparición forzada.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, escribió en su cuenta de Twitter, a propósito del deceso: «El arte está de luto», y se refirió al artista como «gran pintor y extraordinario promotor cultural, auténtico defensor de la naturaleza, las costumbres y las tradiciones de nuestro pueblo».












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