ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Grabado del maestro Antonio Seguí.

En una acción concertada por la Casa de las Américas y la Embajada de Argentina en Cuba, parte de los fondos de la colección Arte de Nuestra América Haydée Santamaría, correspondientes a creadores de tantísimo mérito del país austral hablan de una condición esencial, abonada y defendida, por la vanguardia artística del continente en la segunda mitad del siglo pasado: el perfecto ensamblaje entre los más altos valores estéticos y un reflejo activo de la sociedad.

Obras de pintores, grabadores y dibujantes se muestran en la galería propiamente dicha de la institución, en la planta inferior. Hay que detenerse en el rosarino  Antonio Berni (1905-1981), incisivo experimentador del grabado en madera y representante de la corriente denominada nuevo realismo; en los vívidos autorretratos de Carlos Alonso (1929), llevados a la técnica serigráfica; y en el humor corrosivo e intensamente estructurado de las imágenes litográficas del cordobés Antonio Seguí (1934).

Si los óleos de Rómulo Macció (1931-2016) y Emilio Pettoruti (1892-1971) informan al espectador de la maestría en la pintura de estos dos artistas, las estampas de Ricardo Carpani (1930-1997) se yerguen como paradigmas de un  arte implicado con la transformación revolucionaria de la realidad que, para cumplir con su objetivo, es ante todo, arte de primerísima calidad. Lo mismo tendría que decirse de Lea Lublin (1929-1999) y su tela  Los inquisidores.

Esa misma verticalidad se apreció en la vida y obra de León Ferrari (1920-2013), de quien se exhiben dos obras pequeñas trabajadas con equipos de impresión, y que solo dan una mínima idea de la grandeza de uno de los artistas más provocadores  de la contemporaneidad latinoamericana.

Otros dos significativos creadores otorgan jerarquía a la exposición: Luis Tomasello (1915-2014) y Julio Le Parc (1928). Ambos, sobre todo el segundo, lograron situarse en la primera fila del arte óptico a nivel mundial.

La curaduría y diseño museográfico de Silvia Llanes y Aksana López hacen posible una lectura reflexiva de los exponentes, donde, como apuntan en la nota del catálogo, destaca el seguimiento a la evolución histórica del arte argentino contemporáneo, las experiencias personales de los artistas y la inclusión de los más novedosos lenguajes en el contexto de los años que median desde la década de los 60 hasta la de los 80 de la centuria anterior.

La fotografía domina la planta alta del centro. Es apenas un botón de muestra de los 82 artistas de esa manifestación que integran la colección de la Casa de las Américas. Desde los testimonios de la rica escena teatral rioplatense, captados por Jorge Fama, hasta la carga social en las imágenes de Ariana Lestido y Rafael Calviño, se teje un discurso poliédrico de una Argentina cercana en tiempo y espacio.

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Virginia Alberdi dijo:

1

15 de agosto de 2019

15:52:49


Fragmento del texto que se corto y donde aparece el lugar en que se encuentra la exposición: Como una fiesta para la vista y la inteligencia puede calificarse la exposición Rostros del arte argentino, que ocupa las dos plantas del Centro Hispanoamericano de Cultura, frente al Malecón habanero....