A los 95 años de edad se ha despedido del mundo, en París, donde residía desde hace décadas, el artista venezolano Carlos Cruz Diez. La televisora multinacional TeleSur destacó el «legado de una fructífera carrera e investigaciones sobre la forma y el color que aportaron al arte nuevas percepciones cromáticas» y subrayó su protagonismo en el encumbramiento del arte óptico y cinética a nivel mundial. Es por ello que su pérdida no solo atañe a la cultura venezolana sino a la de los pueblos de América Latina y el Caribe.
Los habitantes y visitantes de La Habana tienen, desde 1999 ante sus pupilas, una obra emblemática del maestro, Arcos de inducción cromática, emplazada en el comienzo de la calle Zapata, en el municipio de Plaza de la Revolución, a un costado del Castillo del Príncipe, y a poca distancia de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Fue su tributo a la Casa de las Américas en el cuadragésimo aniversario de su fundación por Haydée Santamaría.
No era la primera ni la última vez que las huellas de Cruz Diez marcaran el acontecer artístico de la capital cubana. Significativa resultó su presencia en la Segunda Bienal de La Habana (1986) con cinco obras, y el año pasado, con motivo de su 95 cumpleaños, estuvo en el centro de la exposición organizada de conjunto por la Fundación Casa Museo Simón Bolívar, la embajada de Venezuela en Cuba y la habanera Oficina del Historiador de la Ciudad, con obras de varios merecedores del Premio Nacional de las Artes Plásticas en la nación sudamericana, reunidas en la Casa que lleva el nombre del Libertador en el centro histórico habanero.
Cruz Diez definió sus indagaciones estéticas bajo el siguiente principio: «Constituyen el soporte de un acontecimiento que evoluciona en el tiempo y en el espacio reales y cambian con el desplazamiento de la luz y la distancia del espectador. Son situaciones autónomas desprovistas de anécdotas, en las que el espectador descubre el color haciéndose y deshaciéndose, sin tiempo pasado ni futuro, en un presente perpetuo».
Quienes llegan a Caracas por el aeropuerto internacional de Maiquetía son recibidos por las sugerentes intervenciones óptico-cromáticas de Cruz Diez, integradas a la arquitectura interior de la edificación desde 1974.
«Que todos los colores brillen, vibren y se saturen en tributo a la obra de Carlos Cruz Diez», escribió Ernesto Villegas, ministro de Cultura de la República Bolivariana de Venezuela al comentar el suceso luctuoso.












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Francisco Rivero dijo:
1
30 de julio de 2019
09:08:48
WILFREDO JESUS BLANCO dijo:
2
30 de julio de 2019
11:02:59
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