ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Carteles de Santos Toledo en la sala Villena, de la Uneac. 

Los días finales de abril fueron propicios para que la Asociación de Artistas Plásticos, de la Uneac, reconociera destacados desempeños en el diseño gráfico, a partir de la concesión del Premio Muñoz Bachs 2017 a Ricardo Reymena y la apertura de una exposición dedicada a la obra del laureado el año anterior, Santos Toledo.

Bajo la advocación de quien fuera uno de los más creativos cartelistas e ilustradores de la segunda mitad del siglo XX, Eduardo Muñoz Bachs, la Asociación distingue trayectorias significativas en un campo donde la cultura cubana exhibe notables resultados que no se limitan, como a veces se dice, a los años 60, en los cuales, ciertamente, el cartel, las vallas y las portadas de libros y discos alcanzaron una sobresaliente dimensión, sino que también en décadas posteriores y hasta la actualidad, ha logrado cotas de excelencia.

Ahí está, en la sala Martínez Villena, de la sede nacional de la Uneac, la obra de Santos Toledo para dar fe de una sostenida evolución que debe ser apreciada y le valió el Muñoz Bachs 2016.

Toledo ha dedicado su trabajo a la promoción de eventos culturales de diversos tipos, con acento específico en la música, los espectáculos y la discografía, además de haber respondido a los requerimientos del diseño ambiental de espacios artísticos caracterizados en la capital.

Continuador de una línea cultivada por los maestros Esteban Ayala y Raúl Martínez, el artista ha conseguido balancear la recreación de imágenes fotográficas, la utilización medida de la tipografía y la cuidadosa administración del color casi siempre sobre fondos negros, para redondear mensajes que en la mayoría de los casos trascienden la inmediatez del acto comunicativo.

En la muestra, titulada Entre mociones y adeudos, comparten espacio tanto carteles antológicos entre los cuales cabe subrayar los dedicados a las puestas en escena de María Antonia, del Teatro Caribeño, y a los festivales Benny Moré, como otras obras surgidas al margen de reclamos publicitarios que rinden homenaje a Celeste Mendoza y Rita Montaner.

A Ricardo Reymena se le debía el premio Muñoz Bachs para hacer visible su aporte al diseño gráfico. Aunque mucho se conoce su imprescindible huella en la creación de imágenes escénicas para el Ballet Nacional de Cuba y otras compañías, sus puntos de partida y llegada pasan por la gráfica.

Muchos recuerdan cómo cuatro años atrás, al inaugurarse la exposición Giselle–Alonso: memorias en el cartel, varias de las piezas de más acabada realización eran las de Reymena.

A su favor hablan destacadas participaciones en las bienales del cartel de Varsovia, Brno y México, y los premios internacionales que obtuvo en salones internacionales de diseño gráfico en Leipzig y Bratislava.

Ese recorrido podrá ser visto el próximo año en la Uneac, cuando en virtud del premio Muñoz Bachs reúna una retrospectiva de su obra.

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