Entre imágenes que rompen con la composición lineal y buscan un diálogo auténtico con el espectador, la obra plástica del pintor Felipe Alarcón Echenique (La Habana,1966) nos evoca —como crónica— la historia, la cotidianidad, la vida misma.
La distancia física no ha sido para este artista hispano-cubano una barrera para reencontrase con sus raíces y descubrir en las costumbres, la música y el folklore del país que lo vio nacer un leitmotiv para su creación pictórica.
El sello cubano es evidente en todo su quehacer, ya sea en la voluptuosidad de las figuras, el movimiento de los personajes que habitan sus cuadros, la escenografía llena de luz y color o ese micro-cosmo desde donde construye alegóricamente el ser de una tierra: etnia, cultura y estética.
"Me interesa que en la Isla se conozca mi trabajo... Cuba es la fuente de inspiración en mi obra, está en el color del trópico y su gente, en lo barroco de La Habana, y cómo el artista que soñó de niño conocer otras culturas, se formó en una de las mejores escuelas de Latinoamérica: San Alejandro", confesaba Echenique durante nuestras charlas online.
—Primeras incursiones en el mundo del arte....
—Cuando era pequeño participaba en los círculos de interés de plástica en la Biblioteca Rubén Martínez Villena en la calle Obispo; allí compartí talleres con algunos de los máximos exponentes del arte cubano como Belkis Ayón y Pedro Álvarez Castellón.
Esa primera etapa aportó mucho en mi preparación como futuro artista, me enseñó a crear y a potenciar la imaginación. Recuerdo que la profesora Zenaida Díaz nos presentaba a concursos de pinturas y en algunos obtuve distinciones, como el Premio de la Embajada de La india y el Premio de la Oficina de Historiador, entre otros.
Luego, a principios de los ochenta, ingresé en la Academia de San Alejandro, una de las escuelas más importantes de Bellas Artes en la especialidad de grabado y dibujo.
"Estos primeros años en el mundo del arte significaron mucho para mi, ya que me despertó el interés por otras culturas y una formación académica de las distintas manifestaciones visuales, que me han servido en la actualidad, para desarrollar mi obra y mi estilo. Es la semilla del artista que soy".
—¿Qué pintores o movimientos artísticos consideras que han influido más en tu sensibilidad estética?
—Los inicios de Portocarrero, por su línea, floras y perfiles de mujeres con colores pasteles y planos; Lam en la superposición de motivos y las composiciones abigarradas; Picasso y Juan Gris, entre otros. Me gustan los movimientos que en su época rompieron con los estereotipos: el expresionismo, cubismo, art déco y dadaísmo.
"Creo que se trata de innovar, crear e investigar, sacar lo mejor de mí en cada obra".
—En varias entrevistas has definido tu obra como una superposición de imágenes entre sí, con distintos micro-mundos...
—Me gusta desarrollar una composición en bloque superpuesta entre sí y que las figuras interactúen unas con otras buscando un lugar en el lienzo. Así, rompen con la línea del horizonte y van más allá de la superposición, creando micro-mundos con motivos variados, que conviven paralelamente, y donde trato de representar pasado, presente y futuro de estos universos.
—Casi siempre desarrollas tus obras a partir de collages o grabados, ¿consideras que estas técnicas le dan más fuerza visual a los cuadros?
—Aunque son dos aspectos de los más característicos de mi obra, desde el punto de vista formal, trabajo por sensaciones e impulsos, dejándome llevar. Pero si es cierto que me sirven de estructura y dan fuerza a la obra. De esta forma logro crear un discurso visual más claro, mezclado con imágenes y formas más complejas, en un universo superpuesto donde periódicos y revistas me dan una crónica de algún tema importante y se establece un vínculo con las series temáticas que realizo.
En el caso del grabado, me ayuda a reproducir las imágenes sobre la cartulina o el lienzo, dando una fuerza gráfica única, además de una gran soltura a la hora de representar el dibujo.
—Aunque hace más de una década resides en España y posees doble nacionalidad, nunca te has desvinculado de la creación artística en la Isla... háblame sobre ese sentimiento de pintor cubano radicado en Madrid.
—Me interesa que en Cuba conozcan el trabajo que estoy realizando, tanto plástico como literario.
Detrás de cada línea, forma o laberinto superpuesto, están las calles de mi pequeño barrio Casablanca. "Allí desarrollé gran parte de mi obra teniendo como inspiración las vistas que me brindaba el mirador de El Cristo de La Habana. Me sentía más cerca de la naturaleza y desde que me levantaba hasta que me acostaba por la noche, olía a mar". Eso influyó en mi como creador y permitió darle a mis cuadros un sello propio, de la tierra de donde soy.
En cuanto a las incursiones en la literatura, escribí la novela Habana, estampas de un viejo recorrido y la serie Claroscuro de mi Barrio, ambas, un homenaje a la cultura cubana.
—Varias de tus pinturas nos trasladan una y otra vez a Cuba, a sus raíces africanas, su folklore, sus costumbres, ¿por qué la insistencia en esta serie temática?
—Desarrollo esta serie temática para no perder de vista de donde vengo, de donde soy y a donde quiero volver. Es una forma de estar interactuando constantemente con el niño que creció en esa gran tierra, véase en series como Islas al Sur y Raíces.
En esta última, trato de reflejar la influencia de la cultura africana en nuestras costumbres e idiosincrasia. Obras como 'Homenaje a La Caridad' y 'Ofrendas a San Lázaro' son algunos de los títulos que conforman dicha colección.
Cómo decía Fernando Ortiz, ese gran pensador cubano, "Cuba es como un gran ajiaco donde se mezcla todo...", y en mi obra existe una gran mezcla de técnicas como: collage, dibujo, pintura, para lograr ese ajiaco particularmente mío.
—¿Próximos proyectos?
—De manera muy personal, acabo de ilustrar 'El Quijote' con veintidós dibujos originales en acuarela, tinta y dibujo; el libro se editará y presentará para la próxima feria del libro de Madrid y de La Habana.
En octubre próximo tengo planeado exponer en La Embajada de Cuba en Madrid, en conmemoración del día de la Cultura cubana, y espero llevar en diciembre de 2016 una exposición al Centro Hispano de La Habana.
Además, acabo de crear aquí en España una Asociación de Creadores Iberoamericanos (ACI) de arte y literatura.
—A lo largo de tu carrera has recibido meritorios reconocimientos como el Primer premio de Pintura Gráfica Zeus, en Italia o el Primer premio de Dibujo de la A.E.P.E en el Certamen Lorenzo Aguirre de Madrid, sin embargo, ¿cuál es tu mayor satisfacción como artista?
—Mi mayor satisfacción es saber que el espectador que se pone delante de mi obra se siente identificado con lo que expreso. Si bien los premios sirven para reconocer el trabajo y esfuerzo que estás realizando, considero que no son determinantes.
"Creo que el sueño de todo artista, es que su obra interactúe con la gente que la mira y que encuentren preguntas y respuestas dentro de un mismo tema".
Además me interesa exponer mi obra en todos los rincones del mundo, pues considero que eso es lo que hace a un pintor más universal.
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Rufino de mingo dijo:
1
1 de octubre de 2015
14:16:35
Rodolfo Valentino dijo:
2
2 de octubre de 2015
10:22:34
Rodolfo Valentino dijo:
3
5 de octubre de 2015
10:08:56
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