ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Una niña con alas, de Teatro de Las Estaciones. Foto: Julio César García

Teatro de Las Estaciones acaba de presentar en el Festival Iberoa­meri­cano de Teatro Infantil y Ju­ve­nil en México, el espectáculo Una niña con alas, puesta en escena que revisita la poesía de Dora Alon­so y que busca potenciar la lectura en los pe­que­ños, junto a valores éticos, espirituales y cul­turales.

Estrenado en el 2009, este montaje de la agrupación matancera dirigido por Rubén Darío Salazar e interpretado por María Laura Germán, Iván García y Karen Sotolongo, for­ma parte de la amplia muestra del Festival, que acoge hasta el 7 de septiembre el trabajo escénico de 40 compañías dedicadas al teatro para niños y jóvenes, provenientes de 22 países de América Latina, España y Por­tugal.

Entre los participantes figuran los grupos me­xi­canos Figurat, de Em­manuel Márquez y la Com­pañía Na­cional de Teatro; Teatro Guloya, de Re­pública Dominicana; La Libélula Dorada, de Co­lombia; El Galpón, de Uruguay, el Teatro Na­cio­nal Cer­van­tes, de Argentina, entre otras pres­tigiosas agrupaciones que ofrecen to­das las funciones con entrada gratis para el público.

Las Estaciones, de amplia resonancia en el retablo nacional, llega al evento —convocado por la Or­ga­ni­zación de Estados Iberoa­meri­canos para la Educación, la Ciencia y la Cul­tura— luego de celebrar el 12 de agosto sus dos décadas de vida artística.

La sala Pepe Camejo, sede del elenco, fue el centro de la festividad donde amigos, titiriteros, críticos y colaboradores se dieron cita para con­memorar el aniversario. Un re­cuento por los más emblemáticos per­sonajes de sus puestas en escenas, canciones y evocaciones realizaron los integrantes del grupo para celebrar “estos 20 años de hallazgos, riesgos y utopías”, tal y como expresó Rubén Darío.

Así ante los ojos de los presentes, desfilaron el Hada Azul, Lady Milady The Fox, de Pinocho corazón madera; Alicia, la eterna niña que busca al conejo blanco; el Payaso triste, de En un retablo viejo; Don Bigote Ca­pi­rote, de Canción para estar contigo; el Señor Primavera, de El patico feo; y el propio Rubén Darío, quien interpretó el unipersonal La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón.

Al finalizar la jornada, a la mejor manera titiritera, su director nos hizo llegar una nota donde confesaba: “Un montón de recuerdos, repaso de mo­mentos irrepetibles y efímeros, se coló entre los árboles y flores del vergel construido hace un par de años. La historia vuelve a recomenzar. Es­tos veinte años nos estimulan a convocar otros veinte más y otros y otros, en infinito sueño teatral”.

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