«Occidente» y el «orden basado en reglas»: errores y horrores
No hay un solo dato que demuestre que Occidente esté interesado –y sea capaz– de reducir las tensiones globales actuales
9 resultados.
No hay un solo dato que demuestre que Occidente esté interesado –y sea capaz– de reducir las tensiones globales actuales
Se trata de que el mundo que hoy vivimos y se pretende resetear, es un mundo en el cual, desde el inicio de la pandemia y según datos del FMI, la deuda pública global sobrepasa el producto bruto mundial y la deuda pública y privada del sector no financiero lo triplica
Si hablamos de Guerra fría y de nueva guerra fría, no podemos pasar por alto a Marx, cuando, desde el 18 Brumario… nos recuerda: «Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa»
Los nuevos y no tan nuevos escenarios que podían preverse casi desde el inicio de la pandemia continuaron confirmándose, y el calentamiento global y el cambio climático –consecuencia de la sobreexplotación de los recursos del planeta– siguieron profundizando la(s) crisis del capitalismo como sistema
En lo que presentan la estrategia de seguridad nacional, el mandatario Joe Biden dio a conocer la Orientación Estratégica Provisional, en la que anuncia sus objetivos. Tiene como antecedente conocido más inmediato su artículo publicado en la revista Foreing Affairs, en el que anunció que tomaría medidas para que, una vez más, Estados Unidos liderara el mundo
Desde hace algo más de un mes dejamos atrás 2020, el último año de un ciclo del que nuestro Presidente dijera: «nos tiraron a matar y estamos vivos». Y ya en 2021, con el fuego trumpeano que nos sigue llegando, ahora desde enero se acompaña por el rebrote del coronavirus. A dos pandemias nos hemos enfrentado en estos últimos tiempos: a la supremacista y a la sanitaria… y ¡seguimos vivos!
Los hechos, testarudos, demuestran que Trump y el «trumpismo» no son más que producto de la descomposición del capitalismo y de la generación, en sus entrañas, del totalitarismo y del fascismo
Coincidimos todos, o casi todos, en que el futuro nos depara otro mundo, muy diferente al que hemos conocido hasta ahora
«Cisne negro» –metáfora que se utiliza para describir los sucesos inesperados de gran impacto en la economía y la sociedad–: el nuevo coronavirus, al que se trata de responsabilizar hoy con el fracaso del capitalismo, cuando en realidad, en su corona, solo aparecen los clavos del ataúd del capitalismo y el neoliberalismo, ese que los que «teorizan» y no tienen voz «allá» pretenden darnos lecciones para que lo revivamos, nosotros, los de «acá»