
¿Por qué continuar tratando únicamente a las personas sin cambiar las causas de las enfermedades, si lo que queremos y necesitamos son cuidados para la salud y la vida? Fue esta una interrogante que propició la reflexión en la cuarta jornada de la Convención Internacional Cuba-Salud 2015 que centró sus debates en las determinantes sociales y equidad en salud.
“La causa de las causas”, señaló el viceministro primero de Salud de Cuba, doctor José Ángel Portal Miranda, al introducir la sesión plenaria, refiriéndose a la repercusión directa que tienen en la salud de la población las determinantes sociales, como predictoras de la inequidad sanitaria y su influencia en la estructura de los comportamientos relacionados con la salud.
“No quedan dudas de que la salud es un producto determinado socialmente, pues las condiciones sociales se traducen en consecuencias para esta”, apuntó el doctor Portal Miranda, que en ese sentido subrayó que la atención sanitaria no es la principal fuerza que determina la salud de las personas, sino una más. “Son más importantes los factores que permiten mejorar o mantener la salud que los servicios a los cuales tienen que acudir cuando se enferman”.
El viceministro primero recordó que cada vez hay mayor convergencia entre los países pobres y los ricos con respecto al tipo de problemas de salud que hay que resolver, y que es un imperativo ético y de justicia social resolver las enormes diferencias sanitarias que persisten en cada una de nuestras naciones.
Al respecto, precisó el doctor Portal Miranda que cinco fueron los componentes del informe y del debate sostenido en la conferencia mundial que sobre este importante tema convocó a numerosas personalidades y autoridades de la salud en Río de Janeiro en octubre del 2011. Entre estos destacó el papel de la gobernanza, la promoción y la participación del liderazgo de las comunidades; y la función del sector de la salud para abordar las causas fundamentales de las inequidades en salud y reducirlas.
Subrayó que en Cuba, el tema de las determinantes sociales y la equidad en salud ha estado siempre en el centro del debate y la acción. “En los últimos 50 años el Estado cubano ha mostrado al mundo lo que se puede lograr en materia de salud de las poblaciones a partir de un manejo integral y participativo de los factores que la determinan y diferencian: permanente voluntad política, sólida acción intersectorial, auténtica participación social, desarrollo permanente de un sistema de salud basado en la formación de capital humano y orientado a la atención primaria.
“La salud es un tema de política de Estado y un derecho humano indiscutible de la población cubana; doctrina sanitaria que hizo posible alcanzar en breve tiempo los objetivos que conforman la meta de salud para todos”, remarcó.
Varias experiencias compartidas en el panel reforzaron la premisa de que no se trata de un asunto meramente biomédico, sino que tiene dimensiones que se extienden a todos los segmentos y políticas que conforman el entorno social.
NECESITAMOS UNA NUEVA FORMA DE HACER SALUD
“La concentración de la riqueza es cada vez más golpeante para la salud de nuestros pueblos”, sostuvo Violeta Menjívar Escalante, ministra de la República del Salvador y coordinadora del Gabinete de Gestión Social e Inclusión del Gobierno.
Menjívar se refirió a la Reforma de Salud impulsada en su país que apuesta por una atención de “calidad y calidez, que respete la dignidad humana, es decir una nueva forma de hacer salud orientada a la persona, la familia, la comunidad y el medio ambiente”.
Dijo que en el Salvador, con este programa, se ha logrado impactar en la ruptura de las grandes barreras para el acceso a la salud como las económicas, geográficas, tecnológicas y científicas.
También aseveró que ha sido fundamental la cooperación cubana asesorando y enriqueciendo esta reforma, con el apoyo además de la Organización Panamericana de la Salud.
Por su parte el doctor Eduardo Busto Villar, viceministro de Salud de Argentina a cargo de la Secretaría de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, destacó que solo si se trabaja de forma intensa y priorizada en estas determinantes, podremos evitar que nuestros hospitales colapsen.
“Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad son unas pobres causas”, expresó Busto Villar citando al primer ministro de Salud de su nación, el doctor Ramón Carrillo.
Enfatizó en que se necesitan políticas integrales e integradas, sobre todo en la prevención de las enfermedades crónicas no transmisibles, porque “los estilos de vida son los que más impactan”, y subrayó la responsabilidad de los estados en la inversión social.

¿Cuáles son los retos que encaramos?, reflexionó en otro momento la señora Cristina Rabadán-Diehl, directora de la oficina de las Américas y representante del Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos.
“En Estados Unidos la disparidad existe y es una responsabilidad nuestra luchar por la equidad. Compartimos muchos de los desafíos abordados en esta reunión, porque la situación de América, del mundo y de Estados Unidos tiene realidades comunes en cuanto a altas tasas de desempleo, pobreza, personas sin seguro médico y aumento de enfermedades crónicas no transmisibles. Las mayorías étnicas y raciales constituyen en Estados Unidos más de la mitad del personal no asegurado”, dijo.
Resaltó que una de las estrategias más importantes en el sector es la ley de salud costeable que impulsó el presidente Obama, que prioriza entre otros aspectos la promoción de salud pública en las comunidades y el incremento de la atención primaria.
“Queda mucho por hacer, tenemos metas internas como crear una cultura de bienestar y prevención, mejorar el acceso a los servicios y la infraestructura del sistema de salud. Debemos promover las intervenciones en salud sobre la base de la evidencia, lograr un modelo de excelencia y una cobertura universal de salud. Desde las Américas quiero contar con ustedes como socios, porque compartimos los mismos desafíos y problemas y de conjunto estamos obligados y convencidos de que podemos buscar soluciones ajustadas a nuestras realidades”, concluyó.
LA SALUD TAMBIÉN SE PIENSA
“Hoy los sistemas de formación en la academia siguen centrados en lo curativo”, paradigma que debe cambiar, reflexionó el doctor Eduardo Guerrero, profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, Colombia.
Estamos convencidos de que en nuestras ciudades se concentran los mayores recursos de salud mientras a las zonas fronterizas les queda el hambre, la desnutrición y las grandes desigualdades, dijo refiriéndose a la brecha que persiste en muchas naciones entre el campo y la ciudad.
Si queremos un país diferente tenemos que trabajar desde la academia y la sociedad civil, además de las instituciones. Los desafíos globales radican en que necesitamos un país con crecimiento económico, pero con equidad y justicia social, apuntó el también coordinador de la especialización de Salud Internacional de la mencionada Universidad.
“Somos conscientes de las epidemias de consumo masivo de alimentos no sanos, del sedentarismo, el estrés, la obesidad, de los perjuicios del cambio climático; y también de la gobernanza de la salud que tiene una atención por intereses comerciales y de mercado. Todos desde la academia y la sociedad civil trabajamos para construir una sociedad sin violencia, sin armas y con esperanza de vida saludable”, expresó.
El profesor Guerrero señaló que Colombia es un país que está en proceso de firmas de acuerdos de paz. “Queremos llamar la atención sobre que los acuerdos pasan por muchas partes de nuestra sociedad, las cuales tienen que perdonarse y mirar hacia un futuro totalmente diferente, para poder reconciliarse en profundidad y reducir al máximo los conflictos y principalmente aprender a manejar las tensiones que hay entre las diferentes sociedades”.
Resaltó la importancia de una búsqueda de consensos a partir de la alianza entre las universidades que permita también avanzar en el sistema de salud.
Puntualizó que la influencia del comercio internacional en la vida de las personas no puede perderse de vista. “Necesitamos más ética, equidad y solidaridad, no más rentabilidad y negocio”, dijo.
Sobre la importancia del vínculo entre la academia y los decisores políticos, Guerrero declaró a Granma que las universidades son un tanque de pensamiento, reflexión, crítica constructiva para que los países sean mucho mejores, a partir de los productos de investigación que allí se generan.
“Son estos estudios los que ayudan a iluminar los procesos de toma de decisiones y también la formación de recursos humanos, especialmente para la gobernanza y para la autoridad sanitaria”, dijo.
Las experiencias mostradas en Cuba-Salud 2015 “muestran cuánto puede lograrse cuando la equidad social se arraiga en la forma de pensar, y los gobiernos desarrollan políticas sociales y sanitarias coherentes, dirigidas al progreso”, significó al cierre del panel el viceministro primero de salud de Cuba.
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