Eduardo Chibás y la semilla que sembró en la conciencia nacional
Chibás y la ortodoxia fueron un refugio de dignidad y patriotismo, en una etapa caracterizada por el desaliento y la confusión de nuestro pueblo
Chibás y la ortodoxia fueron un refugio de dignidad y patriotismo, en una etapa caracterizada por el desaliento y la confusión de nuestro pueblo
La Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana, estuvo durante muchos años en el otrora edificio del Cuartel de Lanceros, un centenario caserón de gruesas paredes de cantería que estaba situado en las calles de Belascoaín esquina a Zanja
Ocho latifundios con más de 4 mil caballerías cada uno controlaban 61 240 caballerías de tierra, una extensión mayor que la antigua provincia de La Habana
Juan Fajardo Vega, último integrante del Ejército Libertado cubano, falleció a los 108 años de edad en Santiago de Cuba, el 2 de agosto de 1990. Fue enterrado con los honores militares correspondientes en el Mausoleo de El Cacahual, el 5 de agosto de 1990
El martes 26 de julio 1960 amaneció soleado. Una inmensa multitud se concentraba disciplinadamente frente a la improvisada tribuna. Para los invitados extranjeros era impresionante escuchar las voces de más de un millón de personas que portando carteles con consignas revolucionarias, repetían una y otra vez: ¡Venceremos!, ¡Patria o Muerte!, ¡Cuba Sí, yanquis no!
En La Habana, tan pronto conoció la noticia, el entonces primer ministro Comandante Fidel Castro,le ofreció al pueblo chileno la solidaridad del pueblo cubano, así como una ayuda material y humanitaria
Los intentos del Gobierno de Estados Unidos por impedir la llegada de combustibles a Cuba, para paralizar totalmente el país, comenzaron en junio de 1960, cuando el monopolio de refinerías Esso, Texaco y Shell (las tres hermanas, como se les llamaba), se negaron a refinar el petróleo que la Isla, con todo su derecho, había adquirido en la URSS
Los intentos del gobierno de Estados Unidos por impedir la llegada de combustibles a Cuba para paralizar totalmente el país comenzaron en junio de 1960
Cuando el Apóstol se encontraba escribiéndole a Mercado, escuchó que se acercaba una caballería. Detuvo la pluma, alzó la vista y reconoció al General Bartolomé Masó que con una numerosa tropa avanzaba hacia el campamento. De esa forma quedó inconclusa esa histórica carta
«No tengo duda de que este incendio fue un sabotaje calculado fríamente; pero una vez más, frenamos los macabros planes del imperialismo. ¡Qué monstruos!»