ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Banner
Milaimy llegó a París convencida de que no podía irse con las manos vacías. Foto: Ricardo López Hevia

París.–A su mamá no le gustaba que ella practicara la lucha libre, de hecho, se inició en este deporte a escondidas de ella. Perseveró y lleva un regalo: su primera medalla olímpica.

Milaimy de la Caridad Marín Potrillé vino convencida. «No tenía otra cosa en mente que ganar», nos dijo, y sabía, por su entrenador, que enfrentaría un organigrama escabroso.

Tuvo que abrir con la búlgara Yuliana Vasileva Yaneva, campeona europea, y salió airosa, desplegándose en todo su físico de 76 kilogramos. Fuerza y velocidad le dieron la victoria.

Se encontró en el segundo duelo con la estadounidense Kennedy Alexis Blades, quien venció, antes de venir aquí, en los certámenes del orbe Sub-21 y Sub-23.

Fue una pelea muy reñida, decidida en las postrimerías de la porfía, y que mandó a Marín al repechaje.

«Por ahí es más estresante la competencia, pues no puedes perder más porque te quedas sin medallas, y eso no podía pasarme a mí», dijo la habanera.

Su primera rival en esa fase, la rumana Catalina Axente, no se presentó, lo cual le abrió el camino a la disputa de la medalla de bronce. Pero no se presagiaba nada fácil ese cotejo. La adversaria, Aiperi Medet Kyzy, de Kirguistán, es una luchadora con el bronce del Campeonato Mundial de 2021, y la plata de la edición del orbe en 2023.

«Había quedado muy inconforme con el revés ante la norteamericana, y descargué todo lo que tenía en esa pelea por el tercer lugar. Insisto, no me podía ir con las manos vacías».

Milaimy fue un torbellino que no creyó en el abolengo de su oponente. La pizarra de 6-0 reflejó lo sucedido en el colchón: había una sola luchadora allí, la cubana.

«Solo escuchaba las voces de Puli (Filiberto Delgado), mi profesor, y la de la Chiqui, Yusneylis Guzmán, aunque me dijeron que toda esa inmensa sala me estaba apoyando».

Ella, que ya tiene un título mundial, jamás se achicó ni se presionó con que sería el cierre en París-2024 de la delegación cubana.

«Es un honor cerrar los Juegos para Cuba, y hacerlo con una medalla. No sabía que sería la última; entonces, por mí país, por la mujer cubana, que es una guerrera, que no se rinde nunca, yo tenía que darlo todo».

–¿Qué viene ahora?

–Descansar, disfrutar, y después, más entrenamiento. La misión de entregarle más medallas a Cuba no ha terminado.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.